No te alejes

No te alejes

Nuestro capítulo clama de todas las formas el dolor del pueblo atormentado. Pero hay en este capítulo otra voz, más delicada. Esta voz no desprecia el dolor, sino la vergüenza del rechazo, en la sensación de - "Pues nosotros todos somos como cosa inmunda" (versículo 5). Esta es la voz que pide a Dios - no te alejes.

Hay muchas formas de describir el dolor, algunas de ellas se repiten cada vez que alguien intenta describir a otros la intensidad de su dolor. Así es, por ejemplo, la descripción de la perforación en carne viva. Como si un taladro penetrara bajo la carne, hiriendo y causando dolor. Otra descripción es la del fuego, la sensación de un fuego ardiente. Una tercera descripción es la de la desintegración, disolución, o quizás - fusión. Del calor de la ira ardiente, quemante, el cuerpo se derrite hasta que ya no existe.

Nuestro capítulo no desaprovecha ninguna de estas formas, y clama el dolor del pueblo atormentado en cada una de las tres, y quizás más. La voz más prominente en este breve capítulo es la voz del grito animal, atormentado - "¡Basta!" Por favor, Dios, detiene este terrible dolor. Frena el tormento. " ¿A vista de estas cosas podrás contenerTe, oh Señor? ¿Guardarás silencio, y nos afligirás hasta el extremo? (versículo 11)

Pero hay en el capítulo otra voz, más delicada. Esta voz no desprecia el dolor, sino la vergüenza del rechazo, en la sensación de - "Pues nosotros todos somos como cosa inmunda" (5). Esta es la voz que pide a Dios - no te alejes. Pues somos tuyos, somos tus hijos y tú eres nuestro padre, somos tus siervos y tú eres nuestro rey. " ¡He aquí, mira, Te rogamos, que todos nosotros somos pueblo Tuyo!" (versículo 8).

Después de la muerte de su esposo, Zelda escribió uno de sus poemas más importantes - "No te alejes". Un poema difícil y fuerte de cementerio, de hallarse en el valle de la sombra de la muerte, a la sombra del terror. "Creador de noches y viento", clama la poetisa - "¿Acaso no está ante ti este terrible llanto? No te alejes" –

 "Que no se interpongan millones de años luz entre tú y Iyov".

El dolor de alguna manera se podría soportar, dice la poetisa "Iyoviana" - pero no el alejamiento de ti que proviene de él. Justo como nuestro capítulo, el poema alude a la ruta de doble sentido del ocultamiento. Tú te ocultas y nos causas dolor, y como resultado no podemos verte, acercarnos a ti. " Y no hay quien invoque Tu Nombre, ni quien se despierte para echar mano de Ti; porque has ocultado Tu rostro de nosotros, y nos has dejado desfallecer por nuestras iniquidades (versículo 6).

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Cortesía sitio 929

 

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