Yeshaiahu se burla del rey de Bavel porque pensaba que él puede competir con Dios, y reacciona a su orgullo con suma severidad, más que frente al orgullo de otros gobernantes.

A lo largo de todo el libro Yeshaiahu, hay profecías alusivas a la caída de los diferentes pueblos que gobernaron al pueblo de Israel, pero ninguna de ellas es una profecía de burla a estos pueblos. Pues entonces, ¿por qué el texto, justamente, opta por burlarse de Bavel? ¿Qué hizo el rey de Bavel, que haya sido peor que las acciones de los reyes de los otros pueblos?

Resulta evidente, a lo largo de todo el capítulo, que el rey de Bavel controlaba todo el imperio, y aspiraba a lograr el mayor poder e influencia. Dicha aspiración es característica de todos los grandes gobernantes que lideraron imperios. Pero el rey de Bavel no se conformó con eso, y aspiraba a más-se consideraba a sí mismo como un dios: “A pesar de que solías decir en tu corazón: Al cielo subiré, por encima de las estrellas más altas ensalzaré mi trono y me sentaré en el monte de la Asamblea (de los dioses), en el extremo norte” (versículo 13).

Dios vio esta aspiración del rey de Bavel, y se enojó por su descaro al compararse a sí mismo con un dios y de ese modo, compararse también con el mismo Dios. Como consecuencia de este enojo, lo castigó severamente en comparación con los otros reyes. A todos los pueblos les retribuyó del mismo modo y llevó a los reinos a su ocaso, pero en el caso del rey de Bavel, agregó algo más y lo humilló mediante la profecía de burla.

Se puede inferir que en cada ocasión en la que una persona se ve como una amenaza al estatus de Dios, Dios reacciona duramente. El ejemplo más conocido es la Torre de Bavel. El objetivo de la enérgica reacción es recordarnos que Dios es El Soberano de todo y domina todo, y nosotros, como seres humanos, no tenemos la capacidad de llegar a Su nivel.

Los referentes que escriben en esta sección son miembros de la organización Najat-jóvenes amantes del Tanaj, un Centro de Estudios de Tanaj para la Juventud.