Pero nosotros somos culpables

Pero nosotros somos culpables

¿Qué les sucedió a los hijos de Iaacov en esos años posteriores a la venta? ¿Acaso justificaron su accionar o tal vez se lamentaron? En el capítulo que tenemos por delante, la Torá nos abre una ventana acerca de las sensaciones de los hermanos tras la venta de Iosef.

Veintidos años transcurren entre la venta de Iosef y el encuentro entre él y sus hermanos. ¿Qué les sucedió a los hijos de Iaacov durante toda esa etapa? En relación a Iaacov, la Torá da testimonio: “Y se sumió en duelo por su hijo, muchos días…mas él se negó a ser consolado” (Capítulo 37, versículos 34-35). Pero en cuanto a los hermanos, la Torá oculta-en la sección Vaieshev- y no revela, si es que los remuerde su conciencia o tal vez, endurecieron su corazón y continuaron considerando a la venta como un “acto justo” adecuado –según la concepción de ellos- contra aquel que quería hacerles daño?

Pero he aquí-en la sección Miketz- al estar ellos en una situación similar, en el momento en el que otro hermano está a punto de ser encarcelado y separado de ellos, violan ese “pacto de silencio”: “Dijeron el uno al otro: pero culpables somos nosotros por causa de nuestro hermano, pues habíamos visto la angustia de su alma en su implorar a nosotros mas no hemos oído. ¡Por eso nos ha sobrevenido esta tribulación!” (Capítulo 42, versículo 21). Justamente aquí la Torá no ahorra palabras y nos presenta un cuadro desgarrador: Iosef implora por su alma y sus hermanos cierran sus oídos en lugar de escuchar su clamor.

¿Por qué el texto no detalló todo esto en el momento de la venta?

NejamaLeibovitz, en nombre de MeirWeiss,  explicó que la Torá desea describir el estado de ánimo de los hermanos, a partir del uso de un recurso literario tomado de la “Psicología Profunda”. En el momento de la venta de Iosef, los hermanos se encuentran en una situación “trans” y el sonido de sus gritos no penetró en sus corazones, mientras que ahora, a partir de una mirada retrospectiva, el mismo estado traumático que ha sido reprimido ha regresado, ingresando en su conciencia. Sin embargo, parece que la profundidad literal del relato bíblico no puede ser ignorada sin prestar atención a la palabra que abre los conceptos de los hermanos: Pero nosotros somos culpables.

Seguramente, los hermanos de Iosef tenían buenas razones para su venta y he aquí que vienen ellos mismos y dicen: a pesar de que tenemos múltiples motivos…pero en realidad nosotros somos culpables, y todas las causas no son más que burdas excusas. Mientras la persona continúe encubriendo sus malos actos y acumulando explicaciones e interpretaciones sobre los mismos, todo ello le dificultará la posibilidad de modificar su conducta. Solamente el reconocimiento del pecado-sin excusas- es la base para una verdadera Teshuvá (Retorno).

Editado por el equipo del sitio del Tanaj de la serie "Meat min Haor", publicada por la Biblioteca Beit El con la colaboración de la organización "Orot"

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