A lo largo de todas las profecías alusivas a los pueblos y a Iehudá, Amós logra fuertes aplausos del público oyente, pero cuando el pueblo escucha a Amós anunciar “Por tres pecados de Moav, y por el cuarto, no apartaré su castigo” se asombran y no pueden creer lo que escuchan.
Tras persuadir Amós a sus oyentes que está profetizando por el bien de ellos, continúa con el formato de “Por tres y por cuatro” y “recorre” toda la frontera de Israel. Se “dirige” a Gaza, a Tzor y a cada uno de los países de la ribera del Iardén y los maldice.
En cada estrofa de la poesía recibe Fuertes aplausos de sus oyentes. A medida que la poesía avanza, crece la adhesión al profeta y la alegría de todos aquellos que odian a Israel. Al llegar Amós a la séptima estrofa: “Por tres pecados de Iehudá”, ya están convencidos de que el profeta ha cruzado todos los limites. De hecho, es su patria, y está profetizando que la pecadora Tzion será borrada de la faz de la tierra. Con esos conceptos cautivó sus corazones. No obstante, luego de ello, agrega sorpresivamente una octava estrofa (6-8), en la cual asesta un duro y doloroso golpe a la cabeza de todos los que lo rodean.
Ahora, los rostros de las personas denotan asombro al escuchar sus palabras. Amós describió una sociedad cuyo único propósito es la adquisición, la propiedad personal a cuenta de los avasallados y los débiles que viven en ella. Describe el panorama estremecedor del hijo que va de la mano del padre al encuentro de la joven (por prostitución). En su camino al lugar de culto visten túnicas festivas que tomaron de los “magullados” como garantía de las personas que no pudieron devolver sus deudas., también el vino que beben en la Casa de dios es el “vino de los castigos”-un vino que se les ha quitado como deuda por insolvencia. He aquí tenemos un retrato de la a sociedad israelita a mediados del siglo VIII antes de la era común. Las personas “religiosas” en el sentido ritual, pero tiránicas y violentas en su trato hacia los débiles e irrefrenables para los placeres y disfrutes.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído del libro “Shmoná Neviim beAvotot Ahavá”, ediciones literarias Yediot.