1 "...Y Yo he de endurecer el corazón del Faraón y he de multiplicar Mis señales y milagros en la tierra de Egipto. Y no habrá de escucharlos el Faraón y extenderé mi mano sobre Egipto y sacaré a mis huestes, mi pueblo de Israel, de la tierra de Egipto con grandes milagros. " (Éxodo 7,3-4)
Pregunta: Si D-s endureció el corazón del Faraón, ¿cuál es su pecado?
(¿Qué culpa tiene él de no haber dejado salir al pueblo de Israel?, el faraón seguramente se puede lavar las manos diciendo: D-s no me puede castigar con plagas ya que El me endureció el corazón y por eso no dejé salir al pueblo.)
Respuesta: Esta pregunta es ya tratada por la mayoría de los comentaristas de la Torá ya que apela a las bases filosóficas del libre albedrío y la justicia Divina.
Abarbanel trae primeramente la opinión del RAMBAM (Maimónides), quien contesta esta pregunta diciendo que existen ocasiones en las cuales un pecado grande o la acumulación de pecados le impiden a uno el camino de la Teshuvá (o sea que parte del castigo mismo es el no permitir que el hombre se arrepienta). Así, D-s advierte una vez, dos veces, tres veces y si no regresa, El mismo cierra las puertas para así castigarlo por lo malo que hizo (el faraón llegó a un punto tal de maldad que le fueron cerradas las puertas del arrepentimiento).
Abarbanel no se conforma con esta respuesta alegando que éste no es el camino de D-s, ya que todos los profetas han hablado de la gran misericordia del Todopoderoso y "no Quiere la muerte del malvado sino que regrese de su mal camino y viva". Trae también como ejemplo al malvado rey Ajav el cual en el final de sus días se arrepiente y D-s lo recibe prometiéndole que no traerá el mal en sus días.
El autor expone pues tres respuestas posibles:
1.- Existen efectivamente malas acciones que no tienen perdón divino, por ejemplo todas las faltas que uno hace contra su prójimo. En este caso, uno debe perseguir el perdón humano y restituir al 100% lo perdido (ya sea en cuestiones de dinero, honor o dignidad personal). Además de éstos, hay otro que tampoco tiene restitución: "Jilul Hashem" (Profanación del nombre divino).
El Faraón pues, no sólo rechazó a D-s y se burló de El sino que también pecó grandemente contra Israel torturándolos y aún llegando a matar a los varones recién nacidos echándolos al río. Definitivamente a personas como éstas la justicia divina no le permite ningún tipo de arrepentimiento.
2.- La justicia pura y recta funciona en base a causa y consecuencia. A cada acción corresponde una reacción de la misma magnitud. Cada pecado tiene su castigo y cada mérito su recompensa. La medicina llamada "arrepentimiento" es un regalo especial de D-s al pueblo de Israel. Así como lo testifica Moshé diciendo: "...qué gran pueblo que tiene a su D-s cerca de él como nuestro D-s cada vez que le clamamos" o como el profeta Hoshea declara: "Shuva Israel ad Hashem Elokeja" (Regresa Israel hasta Hashem tu D-s).
El idólatra Faraón no es entonces merecedor de tal privilegio.
3.- La dureza de corazón del Faraón es consecuencia misma de las plagas. Según esta idea, las "Makot" no eran parte del castigo sino eran el proceso de hacer más terco al Faraón. El hecho de que aparecían las plagas y luego se esfumaban le hacían creer que era algo natural y no de D-s. La manera en que el Todopoderoso mandó las plagas lo hacían casualmente endurecer más su corazón.
¿Cómo se puede entender esta lógica de Abarbanel? Aparentemente nosotros pensaríamos lo contrario: mientras más milagros más creeríamos en D-s....
Sin embargo, no debemos olvidar el entorno histórico y geográfico: Egipto era en ese entonces el centro mundial de la brujería y hechicería, hasta el más amateur podía convertir un palo en una serpiente. Las plagas, aunque sí eran realmente duras y muy molestas, no dejaba de ser algo natural y común en esa tierra. Seguramente Moisés se ganó un alto nombre al competir en las "grandes ligas" de la brujería Egipcia.
No fue sino hasta la última, donde el mismo primogénito del Faraón fue víctima, que el pueblo de Israel gana su libertad. Ahora si, en retrospectiva, ve uno claramente la mano de D-s en todas las plagas anteriores y se da cuenta que todo era parte de un proyecto Divino para un fin específico.
¿Suficiente ahora para el Faraón? Pues parece que todavía no, tiene que todavía perder todo su ejército dentro del mar para darse cuenta que sí hay un D-s que está por arriba de cualquier magia o brujería.
Y... ¿qué nos queda a nosotros por aprender? Mucha gente se pregunta por qué no hay milagros o eventos sobrenaturales hoy en día... seguramente haría ésto creer en D-s a multitudes...
Sin embargo, a la luz de lo expuesto anteriormente, nos damos cuenta que no necesariamente un evento de este tipo es la solución. Qué mejor ejemplo que el mismo pueblo de Israel, después de ver tantos milagros en Egipto y el desierto, llega a construir el Becerro de Oro...
A lo mejor debemos optar por encontrar a D-s en los "simples" eventos naturales como el nacimiento de un bebé o una bella puesta de sol.