“Y salió Dina, la hija que Lea le había parido a Jacob, para ver a las hijas de aquella tierra. Y la vió Shejem, hijo del heveo Jamor, gobernante del país, y la tomó y yació con ella, haciéndole violencia... Y Shejem habló con su padre Jamor, diciéndole: Tómame a esta joven por mujer... y vino a Jacob para hablarle... y respondieron los hijos de Jacob a Shejem y a su padre engañosamente...: No podemos dar nuestra hermana a varón que tenga prepucio, porque es afrenta para nosotros... y el joven no demoró en hacerse aquello, porque se deleitaba en la hija de Jacob... Y volvieron Jamor y Shejem su hijo al portal de la ciudad y anunciaron a los varones de ella: ´ Estos varones son pacíficos con nosotros y residirán en el país y negociarán con él... sólo con ésto consentirán ellos residir entre nosotros... que sea circuncidado todo varón, como lo están ellos. Sus ganados y sus bienes y todas sus bestias serán (por supuesto) de nosotros..´ Y prestaron atención... y (finalmente) fue circuncidado todo varón que salía por el portal de la ciudad. Y sucedió al tercer día.... que dos de los hijos de Jacob, Simón y Leví... tomaron sus respectivas espadas y entraron a la ciudad confiada y mataron a todos los varones.... Luego la ciudad fue saqueada por los hijos de Jacob”
(Génesis 34)
Preguntas: ¿Cómo es que aceptó el pueblo de Shejem a circuncidarse solo por el capricho de su príncipe de querer tomar a Dina?, ¿Qué llevó a Simón y Leví a realizar un acto tan drástico?. Aún contando con el dolor de la circuncisión, ¿cómo pudieron matar a todos los varones de la ciudad sin siquiera tener alguna resistencia? ¿Por qué a final de cuentas saquearon la ciudad y tomaron el botín?
Respuesta:
Abarbanel realiza aquí un análisis detallado, basado estricta y literalmente en el texto:
Antes que nada se puede comprobar cómo en el discurso de Jamor y Shejem a su pueblo no mencionan en ningún momento el suceso amoroso entre el príncipe y Dina; de haber sido así, nadie hubiera aceptado sacrificarse a sí mismo por un capricho personal de su líder. Más bien, utilizan la demagogia para convencerlos de que vale la pena la fusión; argumentos como: comercio, bienestar, riqueza y bonanza atraen definitivamente a las masas.
Hasta aquí todo en orden; sin embargo, estos dirigentes van más allá de eso y prometen a su pueblo “Sus ganados y sus bienes y todas sus bestias serán nuestros”; con lo que involucran tomar ventaja e incluso incitan al robo. De esta forma, aún el que no acepta complacer a su príncipe, es ganado por la tentación y sucumbe a la ambición económica.
Basado en la opinión del RALBAG, Abarbanel dice que los que realizaron el Brit Milá a esta gente eran nada menos que Simón y Leví, ya que ¿quién más en el país sabía de esto sino la familia de Jacob?, Así pues, ellos entran en cada casa y aislan al varón en una habitación separada matándolo silenciosamente. Le avisan a sus familiares que la persona necesita reposo total (por la supuesta circuncisión) y no deben entrar ni siquiera a verlo, de esta forma van a cada casa y hacen lo mismo. A final de cuentas, todos los hombres de la ciudad son muertos y la ciudad saqueada.
La justificación de los hijos de Jacob se basa en que los hijos de Noaj, aun no siendo del pueblo de Israel, tienen prohibido los actos sexuales inmorales y el robo; estas transgresiones merecen pena de muerte. Por tanto, Simón y Leví tomaron esta determinación: contra el mismo Shejem y contra el pueblo que debió reprender a su dirigente en vez de caer en la tentación del robo. La toma de botín es en represalia a lo que ellos intentaban hacer con los hijos de Jacob.
Este acto fue finalmente reprendido por Jacob y recordado también al final de sus días: “Maldita sea su ferocidad (acerca de Simón y Leví), porque engendró la violencia y la crueldad” (Gen 49,7) Jacob ratifica que su reacción fue exagerada y deben ellos dos trabajar mucho en mejorar su carácter explosivo. Leví logró este cometido y sus descendientes fueron elevados al servicio sagrado llegando al sacerdocio.