Primero, la destrucción espiritual

Primero, la destrucción espiritual

Los aspectos centrales del episodio de la destrucción no refieren a la debacle política de la ciudad capital, sino a la destrucción del centro espiritual y el ámbito de la “Shejiná”, la Divinidad.

El libro Melajim concluye con la destrucción del primer Gran Templo y la salida al exilio.

La descripción de la destrucción comienza con la descripción del impacto en las estructuras e infraestructuras (versículos 9-10), pasa al patrimonio (versículos 13-17) y por último, a las personas importantes de la congregación (versículos 18-21).

En cada una de las partes, el Beit Hamikdash, el Gran Templo ocupa un lugar central: la primera estructura destruida es la Casa de Dios; la primera persona que los babilonios ejecutan, es el Cohen Gadol, el Sumo Sacerdote, y entre ambas cuestiones,el relato del saqueo, dedicado enteramente a los utensilios del Beit Hamikdash.

Todo esto viene a indicarnos que el centro de la historia no es la destrucción de Ierushalaim en su sentido politico-sino en el sentido espiritual, que está representado por el Beit Hamikdash. Está claro que el ejército del rey de Bavel saqueó toda la ciudad y también tomó numerosos tesoros de la casa del rey y de la gente de la ciudad, pero a criterio del autor del libro, lo importante son los elementos del Beit Hamikdash, hasta la última de las palas.

En el marco de la conmoción y el dolor por la destrucción físico-política, es fácil verlo solo a él y olvidar la destrucción espiritual que derivó en ello; principalmente, en nuestros tiempos, resulta fácil verlo desde otro aspecto-contemplar la ciudad construida y el retorno del gobierno, y pensar que todo ha vuelto a su lugar; pero el profeta nos recuerda: lo más importante de la destrucción es, ante todo, lo espiritual, y también condujo a un eventual colapso físico.

Los referentes que escriben en esta sección son miembros de NAJAT-jóvenes amantes del Tanaj, un Centro de Estudios de Tanaj para la juventud

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