Nuestro capítulo cuenta acerca de la última guerra de Ajav contra Aram, pero dentro del relato de la guerra figura un relato sobre la profecía de Mijaihu hijo de Imlá.
El episodio de Mijaihu hijo de Imlá (versículos 1-27)
Apertura (versículos 1-4)
Después de tres años de calma entre Aram e Israel, Yehoshafat, rey de Iehudá desciende para visitor a Ajav, y Ajav le propone a Yehoshafat una cooperación en la guerra contra Aram. Yehoshafat acepta “Lo mismo soy yo que tú, lo mismo mi pueblo, que tu pueblo, lo mismo mis caballos que tus caballos”. Aquí, escuchamos por primera vez acerca del vínculo entre el reino de Iehudá y el de Israel.
La profecía de los profetas: una victoria en la guerra (versículo 5-12)
Antes de que Yehoshafat acepta salir a la guerra, le pide a Ajav consultarle a Dios. Ajav reúne a cuatrocientos profetas y todos presentan una postura: Ajav vencerá a Aram. Yehoshafat comprende que se trata de falsos profetas o de profetas paganos y solicita un profeta que profetice en nombre de Dios. Ajav menciona a Mijaihu hijo de Imlá, pero señala que él no profetiza bien. Ajav envía un emisario para convocar a Mijaihu y mientras tanto, Yehoshafat y Ajav están sentados frente a los profetas, y entre ellos, Tzidkiá hijo de Knaaná que exhibe cuernos de hierro y dice “Con éstos acornearás a los de Aram hasta acabar con ellos” y todos los profetas lo apoyan.
La profecía de Mijaihu hijo de Imlá (versículos 13-17)
El emisario se presenta ante Mijaihu, y después de que éste jura que hablará sólo en nombre de Dios, se presenta ante el rey y expresa “Sube, y ¡ojalá tengas feliz suceso, y el Señor la entregue en mano del rey” (versículo 15). Ajav comprende que Mijaihu no está diciendo la verdad y le exige que hable en nombre de Dios. Tras ello, Mijaihu despliega su verdadera profecía “Yo he visto a todo Israel disperso por las montañas, como ovejas que no tienen pastor” (versículo 17), es decir, Ajav morirá en la guerra.
El relato que asoma detrás de la profecía de Mijaihu (versículos 18-28)
Después de que Ajav esgrime una crítica a la profecía de Miaihu, continúa contando sobre otra visinó. Mijaihu vio a Dios sentado en su trono, consultando a la comitiva celestial “¿Quién inducirá a Ajav, para que suba y caiga en Ramot Guilad?” (versículo 20). Mijaihu relata que el “espíritu” salió y se ubicó ante Dios y aceptó seducir a Ajav. Mijaihu explica el sentido de la cuestión: cuatrocientos profetas, aparentemente los falsos profetas, eran profetas de Dios, quienes intencionadamente le profetizaron a Ajav que saliera a la guerra, para que caiga en ella. Se trata de falsos profetas en nombre de Dios. Ajav escucha los conceptos y se enoja, y envía a Mijaihu a prisión.
La guerra (versículos 29-40)
A pesar de la profecía, Yehoshafat y Ajav salen a la guerra, y a pesar de que Ajav se disfrazó, fue herido circunstancialmente por una flecha perdida. Poco tiempo después, Ajav murió.
El reino de Yehoshafat (versículos 41-51)
Yehoshafat, el hijo de Asa, fue coronado en el cuarto año de Ajav, el rey de Israel, y reinó 25 años. Yehoshafat fue un rey justo, como su padre Asa, a excepción de la elevación del incienso en las “Bamot”, los “Sitios Altos”.
El reino de Ajaziá (versículos 52-54)
Ajaziá, el hijo de Ajav, que fue coronado en el décimoséptimo año de Yehoshafat, fue un rey malo y en total reinó dos años.