Los dos próximos capítulos abordan principalmente todo lo relacionado con el reinado de Yehú y la aniquilación de la Casa de Ajav como parte de la rebellion de Yehú. En nuestro capítulo leemos acerca del asesinato de los miembros de la realeza, y en el capítulo siguiente se amplía el círculo de sangre.
La coronación de Yehú (versículos 1-13)
Elishá le ordena a uno de los discípulos de los profetas coronar a Yehú como rey de Israel. El profeta corona a Yehú y le encomienda una misión: “Y herirás la casa de Ajav, tu señor, para que Yo vengue la derramada sangre de Mis siervos, los profetas, y la derramada sangre de todos los siervos del Señor, a mano de Izével” (versículo 7).
La muerte de Yehoram y Ajaziahu (versículos 14-29)
Yehoram, el rey de Israel, se encuentra en Izreel, ya que se está recuperando de la guerra contra Jazael. Ajaziahu, el sobrino de Yehoram, viene a visitarlo. Otra persona que viene “a visitar” a ambos, es Yehú. Yehoram, el rey de Israel y Ajaziahu, el rey de Iehudá, pensaban que Yehú vino a anunciarles una victoria en la guerra, pero repentinamente se dan cuenta de que Yehú está en contra de ellos y de inmediato, Yehoram y Ajaziahu intentan huir. Yehú le lanza una flecha a Yehoram, y éste muere. Ajaziahu continúa la fuga hasta Meguido, donde muere.
La muerte de Izével (versículos 29-37)
Izével escuchó sobre las acciones de Yehú y ella “se pintó los ojos” (versículo 30) y observa desde una ventana. Al llegar Yehú a su encuentro, ella le dice “¿Se encuentra bien, Zimrí, matador de su señor?” (versículo 31) la intención de Izével es que el accionar de Yehú es similar al de Zimrí-se rebeló contra Basha, pero debido a que el pueblo no estaba con él, no pudo reinar, y así, desea Izével, también será en el caso de Yehú. De inmediato, Yehú ordena a sus camareros que maten a Izével y ellos la arrojan por la ventana.