En los capítulos siguientes, y hasta el final del libro Devarim, estamos a punto de leer acerca de los preparativos para la muerte de Moshé. En nuestro capítulo está descripto el nombramiento de Iehoshúa y la generación de mecanismos de defensa y preservación para impedir que el pueblo de Israel caiga en el pecado.
Nombramiento de Iehoshúa (Versículos 1-8)
Moshé da cuenta de que ya tiene ciento veinte años, y que no puede cruzar el Iardén e ingresar a la tierra, tal como le dijera Dios. Por consiguiente, Moshé convoca a Iehoshúa y lo fortalece a ojos de todo Israel “Sé fuerte y ten valor, ya que tú habrás de venir con este pueblo, a la tierra que había prometido Adonai a sus patriarcas para dar a ellos y tú se la harás tomar en posesión a ellos” (Versículo 7)
El precepto de “Hakhel” (Versículos 9-13)
Moshé escribe “esta Torá” (hay aquí una discusión interpretativa acerca de a qué alude aquí el texto) y se la entrega a los Cohanim (Sacerdotes) y les ordena que cada siete años, al concluir el año sabático en la festividad de Sucot, cuando el pueblo de Israel peregrina debe leerse la Torá a oídos de todo Israel “para que hayan de escuchar y hayan de aprender y habrán de venerar a Adonai, vuestro Dios, y cuidarán para cumplir todas las palabras de esta Torá” (Versículo 12)
Las palabras de Dios a Moshé Rabenu antes de su muerte y las acciones de Moshé a raíz de los conceptos de Dios (Versículos 14-30)
Dios lo convoca a Moshé, un instante antes de su muerte y le transmite una dura profecía sobre el pueblo de Israel: tras la muerte de Moshé, el pueblo habrá de practicar la idolatría y abandonará a Dios. Como consecuencia del pecado, Dios ocultará su rostro del pueblo y lo castigará. A fin de combatir contra aquello que habrá de suceder en el futuro, debe ser escrito “este cántico” (Versículo 19), y enseñárselo al pueblo de Israel (el cántico de Haazinu, que leeremos en el próximo capítulo) “Y ocurrirá que cuando le hayan sobrevenido a él males grandes y tribulaciones, testificará, el cántico este delante de él, como testigo, ya que no será olvidado de la boca de su descendencia pues yo conozco su artificio, lo que él obra el día de hoy antes que yo lo traiga a la tierra que yo le he prometido” (Versículo 21)
A raíz de las palabras de Dios, Moshé escribe el cántico y se lo transmite al pueblo de Israel. Moshé le ordena a los Leviim tomar el rollo de la Torá “este” y colocarlo al costado del Arca del testimonio “y estará allí en ti, por testigo” (Versículo 26). Luego de ello, Moshé reúne a los líderes del pueblo, y recita ante ellos el cántico, que leeremos en el capítulo siguiente.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj.