En contraste con el capítulo anterior, en nuestro capítulo, el profeta describe las relaciones de amor y compasión de Hashem, de Dios para con Israel.
El amor de Hashem por Israel (Versículos 1-7)
El capítulo comienza con el amor de Dios por Israel, similar al amor de un padre por su hijo: “Cuando Israel era niño, Yo le amé, y de Egipto llamé a Mi hijo” (Versículo 1). A pesar de que Israel se alejó de Dios, Él intentó acercarlos nuevamente a Él “con cuerdas humanas los atraía, con vínculos de amor” (Versículo 4), y aún así, Israel rehusó retornar a Él “(Pensaba Yo que Israel) no volvería a la tierra de Egipto; mas ahora, Ashur es su rey, porque rehusan volver (a Mí)” (Versículo 5).
La Misericordia Divina para Israel (Versículos 8-11)
A pesar de los pecados del pueblo, y a pesar del anuncio de Hashem, de Dios, acerca del castigo-la destrucción, inmediatamente después de ello Hashem se apiada de su pueblo: “…¡Se ha revuelto Mi corazón dentro de Mí, Mis compasiones a una se inflaman! No ejecutaré el ardor de Mi ira, no volveré a destruir a Efraim” (Versículos 8-9). Finalmente, en el futuro, Israel habrá d seguir a Dios, y lograrán la redención: “En pos de Hashem andarán, el cual rugirá como león… y Yo los haré habitar en sus casas, dice Hashem”. (Versículos 10-11).