Ioná en las entrañas del pez (Versículos 1-11)
Después de que en el capítulo anterior, Ioná fuera arrojado al mar, D-s dispuso “un gran pez para tragar a Ioná y estuvo Ioná en las entrañas del pez tres días y tres noches” (Versículo 1). Mientras Ioná permaneció en las entrañas del pez, le rezó a D-s. La plegaria aquí citada, es una suerte de cántico de agradecimiento. Ioná describe cómo D-s le respondió en el momento de desgracia: “Invoqué desde mi angustia a Adonai, y me ha respondido. Desde el vientre del abismo, clamé y has oído mi voz” (Versículo 3), y como su plegaria fue escuchada por D-s: “Cuando se desvanecía en mí, mi alma, a Adonai yo recordé, y llegó hasta Ti mi oración, hasta el Atrio de Tu Santidad” (Versículo 8). Como acto de gratitud, Ioná promete elevar una ofrenda a D-s: “pero yo con clamor de gratitud te ofreceré sacrificios. Los votos que formulé, yo cumpliré. La salvación es de Adonai” (Versículo 10)
Tras finalizar el cántico, D-s le ordenó al pez que vomitara a Ioná a la tierra firme “Dijo Adonai al pez y vomitó a Ioná a la tierra firme” (Versículo 11).