Miriam y Aharón hablan de Moshé
Miriam y Aharón hablan de Moshé, y de hecho “por causa de la mujer kushit que había tomado” (Versículo 1). Además ellos dicen “¿Acaso solamente con Moshéh ha hablado el Señor? ¡Ciertamente también con nosotros ha hablado!" y lo escuchó el Señor” (Versículo 2). El texto señala que Moshé (¿a diferencia de sus hermanos?) “era muy modesto, más que todo hombre que hay sobre la faz de la tierra” (Versículo 3)
La reacción de Dios (Versículos 4-9)
Dios llama “súbitamente” a Moshé y sus hermanos. Él desciende en una columna de nube, y les explica a Aharón y a Miriam la singularidad de Moshé “Boca a boca hablo con él y Revelación mas no con parábolas” (Versículo 8). Inmediatamente después de ello, Dios reprende a los hermanos de Moshé: “y ¿por qué no habéis temido hablar contra Mi servidor, contra Moshé? Se encendió el furor del Señor contra ellos, y Él se retiró” (Versículos 8-9)
El castigo de Miriam (Versículos 10-15)
Dios se va, y de repente Miriam está leprosa (y blanca) como la nieve. Aharón le pide disculpas a Moshé, y Moshé clama a Dios a través de una plegaria “Dios., te ruego, cúrala ahora” (Versículo 13). Después de siete días en los que Miriam permaneció apartada del campamento, Miriam retorna al mismo y el pueblo continúa su travesía por el desierto.
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