El precepto del agregado de la ofrenda y las libaciones a los sacrificios, está relacionado con el ingreso a la tierra. La Torá ordena agregar la ofrenda y las libaciones a los sacrificios de “Olá” (holocausto) y “Shelamim” (de paz) en el marco del pago de la promesa, el sacrificio voluntario o los sacrificios de las festividades. El texto los divide en tres clases: cordero, carnero y novillo.
Al sacrificar un cordero se debe traer una ofrenda de oblación de la décima parte de harina de flor con un cuarto de Hin de aceite, y vino para la libación un cuarto de Hin.
Cuando se trae un sacrificio de carnero (que es un cordero más grande) se debe traer ofrenda de oblación de dos décimos de efáh de harina de flor, con un tercio de Hin de aceite, y vino para la libación, un tercio de Hin.
Al ofrecer sacrificio de un novillo se debe traer una ofrenda de oblación de tres décimas de efáh de harina de flor, mezclada con medio Hin de aceite, y vino para la libación, medio Hin.
Es decir, cuanto más grande es el animal, debe incrementarse la ofrenda de oblación y el vino para la libación.
El precepto de la ofrenda Terumá de la masa, “Hafrashat Jalá” (la separación de la Jalá) (Versículos 17-21)
Cuando se elabora pan, debe separarse la Terumá para Dios de “la primicia de vuestras masas” (de la primicia de toda masa). Al igual que el precepto anterior, este también está relacionado con la llegada del pueblo de Israel a la tierra, pero el texto hace hincapié en que este precepto es “para todas las generaciones” (Versículo 21)
Leyes de pecados cometidos por error (Versículos 22-31)
En el caso en que toda la congregación haya pecado y transgredido un mandamiento de Dios por un acto involuntario, debe traerse un novillo y un macho cabrío para sacrificio Jatat (iniquidad) “y será perdonado a toda la congregación de los hijos de Israel, y al forastero que mora entre ellos, ya que todo el pueblo ha actuado con error” (Versículo 26)
En el caso en que sea una sola persona la que pecó en forma involuntaria, debe traer una cabra primal para el sacrificio Jatat.
No obstante, en el caso que la persona actuare con alevosía “al Señor está blasfemando, será truncada esa persona del seno de su pueblo. Ya que la palabra del Señor él ha despreciado, y Su precepto él ha abolido, truncar habrá de ser truncada aquella persona, su iniquidad recae sobre ella” (Versículos 30-31)
El recolector de leña (Versículos 32-36)
Entre las secciones de los preceptos del capítulo, también figura un episodio. El pueblo de Israel encontró “un hombre que recogía leña en el día Shabat” (Versículo 32). Quien lo encontró lo acerca a Moshé y Aharón y a toda la congregación “y lo pusieron bajo custodia, ya que no les había sido aclarado qué se le habría de hacer” (Versículo 36). Dios ordena lapidarlo con piedras y matarlo.
La Parashá de los Tzitzit (flecos rituales) (Versículos 37-41)
La última sección del capítulo aborda el precepto de “Tzitzit”-deben colocarse flecos en los extremos de las vestimentas, y sobre los Tzitzit deberá colocarse un hilo violáceo. La finalidad del precepto de Tzitzit es “para que recuerden y cumplan todos mis preceptos, y sean consagrados para vuestro Dios” (Versículo 40).
Editado por el equipo del sitio del Tanaj