La solicitud de los hijos de Reuben y de Gad (Versículos 1-5)
Los hijos de Reuben y Gad tenían un ganado “muy grande” (Versículo 1). Ellos contemplaron que la región de la ribera oriental del Iardén es buena para el pastoreo, por lo cual le consultaron a Moshé si es que ellos pueden asentarse en dicha región. En su pedido ellos enfatizan que se asentarán en la ribera del Iardén, y que no habrán de cruzar el río: “Y dijeron ellos: si hemos hallado gracia ante tus ojos, sea dada esta comarca a tus servidores como posesión, no nos hagas pasar el Iardén” (Versículo 5)
La reacción de Moshé (Versículos 6-15)
Moshé no se niega, pero eleva dos problemas. El primero-si los hijos de Reuben y Gad no habrán de ingresar a la tierra, ellos no habrán de combatir junto a sus hermanos y así se genera una falta de igualdad entre las tribus de la ribera del Iardén y las que se asientan en la tierra. el segundo problema, es la sospecha de Moshé de que el pueblo tal vez no desee ingresar a la tierra, y todos desearán asentarse en la ribera oriental del Iardén.
La enmienda a la propuesta de los hijos de Reuben y de Gad, la reacción de Moshé y el compromiso de los hijos de Reuben y de Gad (Versículos 16-27)
Los hijos de Reuben y de Gad agregan a su pedido una respuesta que resuelve las dos problemáticas elevadas por Moshé: ellos dejarán los bienes, a los niños y a las mujeres en la ribera del Iardén, pero los hombres combatientes ingresarán a la tierra y participarán de las guerras de Israel. Sólo cuando la tierra ya esté conquistada, ellos retornarán a sus hogares “no habremos de regresar a nuestras casas hasta que tomen posesión los hijos de Israel, cada cual en su heredad” (Versículo 18).
Moshé escucha sus palabras y acuerda con ellos. Les deja muy en claro que si ellos no habrán de cumplir su promesa, deberán rendir cuentas ante Dios “y si no van a hacer así, he aquí que habrán pecado contra El Señor, y tengan conocimiento de vuestro pecado que los encontrará a ustedes” (Versículo 23). A raíz de las palabras de Moshé, los hijos de Reuben y de Gad asumen el compromiso de todo lo que dijeron.
La síntesis con Iehoshúa y Elazar (Versículos 28-32)
Moshé los actualiza a Iehoshúa y Elazar con una síntesis de las tribus de Reuben y Gad. Una vez más, los hijos de Reuben y Gad prometen que así lo harán “y respondieron los hijos de Gad y de Reuben diciendo: Lo que ha hablado El Señor a tus servidores, así habremos de hacer. Nosotros pasaremos armados ante El Señor, a la tierra de Kenaan, pero con nosotros estará la posesión de nuestra herencia, allende el Iardén” (Versículos 31-32)
La heredad de los hijos de Reuben, Gad y la mitad de la tribu de Menashé (Versículos 33-42)
En este fragmento se describe la heredad de las dos tribus, y la incorporación de la mitad de la tribu de Menashé, para la posesión de la herencia en la ribera oriental del Iardén. Rambán está persuadido de que la tribu de Menashé se incorporó porque había más lugar en la región de la ribera del Iardén y solicitaron asentarse allí.
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