Nuestro capítulo está compuesto de tres profecías “Masá”, cuyo común denominador son los pueblos ubicados al este de la Tierra de Israel, en la zona del desierto.
La profecía (“Masá”) del desierto de la mar (versículos 1-10)
La mayoría de los comentaristas e investigadores plantean la hipótesis de que “el desierto de la mar” es un apelativo poético alusivo a Bavel. El profeta describe la destrucción de Bavel “¡Ha caído, ha caído Bavel, y todas las imágenes de sus dioses Él destrozó en tierra!” (versículo 9). Dicha profecía plantea preguntas acerca de su relación con la profecía de los capítulos 13-14, y es posible que se trate de distintas épocas.
La profecía “Masá” de Dumá, Edom (versículos 11-12)
No está claro dónde se halla Dumá. El nombre “Dumá” nos resulta conocido como uno de los hijos de Ishmael (Bereshit, Génesis, capítulo 25, versículo 15), y de aquí se infiere que Dumá está situada en un lugar desértico. El contenido de la profecía es una expresión general de “La mañana viene, y también la noche”: nada ha cambiado, “y si quieren preguntar nuevamente, pregunten”, la profecía es muy poco clara.
La profecía (“Masá”) alusiva a Arabia (versículos 14-17)
Aparentemente, es la tierra de Arabia. Teimá, que es mencionado en el versículo 14, también es uno de los hijos de Ishmael (Bereshit, Génesis, capítulo 25, versículo 9), y Dedán, mencionado en el mismo versículo, también nos es conocido de otros lugares (Bereshit, Génesis, capítulo 10, versículo 7; Bereshit, capítulo 25, versículo 3). Kedar es el segundo hijo de Ishmael (Bereshit, capítulo 25, versículo 13). La profecía hace referencia a las tribus árabes que viven en los desiertos ubicados alrededor de Israel, y presagia que en un año, la calamidad también habrá de alcanzarlas a ellas.