Profecía (“Masá”) del Valle de la Visión (versículos 1-14)
.Esta profecía está dirigida a Ierushalaim, que es denominada “el valle de la visión”. El profeta se pregunta por qué Ierushalaim se alegra “¿Qué tienes ahora, que has subido, con todos los tuyos, a los terrados? (versículo 1), si próximamente se registrará un “día de conmoción, y de holladura, y de perplejidad para el Señor, Dios de los ejércitos, en el valle de la visión” (versículo 5). Parece que las personas de Ierushalaim están seguras y confiadas en la victoria frente a la conquista asiria, pero el profeta deja en claro que no tienen motivo alguno para confiar en su victoria. El profeta critica a los que sacrifican ovejas y vacas y beben hasta emborracharse, ya que no le temen a la muerte, y se mofan de las palabras del profeta: “matanza de ganado mayor y degüello de ganado menor, el comer carne y beber vino; (dicen): "Comamos y bebamos, porque mañana moriremos!”. Los libertinos no se referían realmente a que mañana habrían de morir, sino que se burlaban de las palabras del profeta.
Una profecía de reprimenda a Shevna, el tesorero (versículos 15-26)
En la segunda parte del capítulo, hay una profecía de reprimenda para “Shevna, que preside en la casa real” (versículo 15). En el libro Melajim, escuchamos acerca de Shevna el escriba, quien le anuncia a Jizkiahu las palabras de Ravshake (Melajim II, capítulo 18, versículo 37). No está claro si se trata del mismo Shevna, pero tenemos aquí una dura profecía alusiva a Shevna. El profeta presagia que será degradado de su cargo, y será reemplazado por Eliakim, el hijo de Jilkiahu “Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro, y él abrirá, y ninguno cerrará, y cerrará, y ninguno abrirá“(que en el libro Melajim son mencionados juntos). A pesar de la relativa extensión de la profecía, el profeta no menciona en ella el pecado de Shevna.