El capítulo comienza con una descripción de que Dios castigará con espada grande y fuerte “al Liviatán, serpiente veloz, y al Liviatán, serpiente tortuosa; y matará al cocodrilo que está en el mar”. Parece que hay aquí una metáfora de un pueblo grande y fuerte, como el Liviatán, una serpiente tortuosa y el cocodrilo. Es posible que este versículo, temáticamente, corresponda al capítulo anterior.
La parábola del viñedo (versículos 2-5)
En contraste con la parábola del viñedo citada en el inicio del libro, esta parábola de la viña en nuestro capítulo, presenta que Dios cuida el viñedo y el mismo no lo traiciona. El cuidado estrecho del dueño del viñedo (versículo 5) sobre el viñedo (Israel) deriva en el florecimiento y la prosperidad del viñedo “En los tiempos venideros se arraigará Iaacov; Israel retoñará y echará flor, y se llenará la haz de la tierra con (su) fruto” (versículo 6).
La redención de Israel y la eliminación del enemigo (versículos 7-11)
Dios asegura que habrá de castigar a los enemigos de Israel, con un golpe mucho más duro que el que le propinó a Israel, pero eso tiene una condición “Con ésta, pues (con la diáspora), será purgada la iniquidad de Iaacov, y ésta es toda la paga por la remoción de su pecado, cuando ponga todas las piedras del altar (idolátrico), como piedra, de cal, hechas pedazos, de manera que nunca jamás vuelvan a levantarse las Asherot y las imágenes del sol” (versículo 9)-la eliminación de la idolatría de Israel. De ser así, la ciudad fortificada, cuyo nombre expreso no es mencionado por el profeta, se convertirá en desierto-Dios castigará al enemigo de Israel “no tendrá compasión de él, y el que lo formó no le mostrará favor” (versículo 11).
La congregación de las diásporas (versículos 12-13)
La última fase de la redención es la congregación de las diásporas: “Y acontecerá en aquel día que sonará la gran trompeta, y vendrán los que habían sido perdidos en la tierra de Ashur, y los que habían sido desterrados en la tierra de Egipto, y adorarán al Señor en Ierushalaim, en el monte Santo” (versículo 13).