Síntesis del capítulo, Yeshaiahu 42

Síntesis del capítulo, Yeshaiahu 42

 

Nuestro capítulo comienza con una profecía que refiere al siervo de Dios, un tema que acompañará los próximos capítulos.

Israel, siervo de Dios-difundirá la Torá y la Ley (versículos 1-9)

El pueblo de Israel, calificado aquí como “mi siervo” es descrito como una persona que actúa con delicadeza: “No desfallecerá, ni se desalentará, hasta que establezca justicia en la tierra; y las islas esperarán en su ley” (versículo 4), y propaga públicamente la Torá de Dios, para ser “el pueblo de Mi pacto, por luz de las naciones” (versículo 6). El objetivo del siervo de Dios, el pueblo de Israel, es el de propagar la Torá y la justicia a fin de que el pueblo de Israel salga del exilio: “para que abras los ojos ciegos, para que saques del calabozo a los presos, de la cárcel a los sentados en tinieblas” (versículo 7) y para que todos los pueblos reconocieran a Dios y comprendieran que “Yo soy el Señor; éste es Mi nombre, y Mi gloria no la daré a otro, ni Mi alabanza a los ídolos” (versículo 8).

Un cántico de alabanza a Dios será entonado en todo el mundo (versículo 10-13)

El profeta insta a cantar un cántico de alabanza a Dios en todo el mundo “ Canten al Señor un cántico nuevo, alabanza Suya, desde los fines de la tierra” (versículo 10). El cántico de alabanza debe ser entonado ya que “El Señor, cual hombre esforzado saldrá, como varón de guerra, excitará (Su) celo; dará voces y alzará el grito; mostrará Su poder contra Sus enemigos” (versículo 13).

Dios salvará a Israel (versículos 14-17)

En este pasaje, Dios habla en primera persona, por haber contenido su enojo hacia los pueblos, pero ahora ya no puede contenerse y salvará a Israel “Y conduciré a los ciegos por un camino que no conocen; por senderos que no han conocido, los guiaré; tornaré tinieblas en luz delante de ellos, y los caminos torcidos en llanura. Éstas son las cosas que haré, y no los dejaré” (versículo 16). Dios no salvará a quien no cree en Él “¡Serán vueltos atrás, serán en extremo abochornados los que confían en los ídolos! Los que dicen a las imágenes fundidas: "¡Ustedes son nuestros dioses!” (versículo 17).

Los israelitas, sordos y ciegos (versículos 18-25)

En este pasaje, el profeta reprende al pueblo que no hace referencia a las profecías de la redención: “Mas, ¿quién es el ciego, si no Mi siervo (Israel)?, y ¿quién es tan sordo como Mi mensajero que envío? ¿Quién es tan ciego como el que debe ser perfecto, y ciego como el siervo del Señor?” (versículo 19). El profeta deja en claro que “El Señor se complace (en el pueblo) a causa de Su propia justicia para que engrandezca la ley, y (la) magnifique” (versículo 21) e incluso si el pueblo se hallaba en una situación oprobiosa, ahora Dios lo salva y por consiguiente, el pueblo tiene que despertar a la voz de la redención “¿Quién de entre vosotros prestará oídos a esto, y escuchará, y oirá para lo venidero?” (versículo 23).

 

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