Reprimenda (versículos 1-11)
En esta sección, el profeta reprende a Israel porque ellos "juran por el nombre del Señor, y hacen mención del Dios de Israel, ¡mas no en verdad, ni en justicia" (versículo 1). Dios aclara que Él sabe que Israel es de dura cerviz " Por cuanto conocí que eres duro, y que tu cerviz es un tendón de hierro, y tu frente es de cobre” (versículo 4). A pesar de los pecados del pueblo de Israel, Dios los salva, por Su propio bien: "Por Mi propia causa, sí, por Mi propia causa lo voy a hacer; porque, ¿cómo debía ser profanado (Mi nombre)? Y Mi gloria no la daré a otro" (versículo 11). Él les anuncia la salvación de antemano, para que no piensen que los ídolos los salvaron "a fin de que no dijeses: "¡Mí ídolo las ha hecho; y mi escultura, o mi imagen fundida, las ha ordenado!" (versículo 5).
La redención (versículos 12-22)
Después de que el profeta reprendió a Israel y dijo que anunciaba la redención, los invita a escuchar sus palabras: "¡Reúnanse todos ustedes, y oigan! ¿Quién de entre aquéllos (dioses) ha anunciado estas cosas? (Koresh), a quien ama el Señor, hará Su voluntad en Bavel, y su brazo estará sobre los kasditas" (versículo 14). Dios aclara que Él es quien llamó al conquistador (cuyo nombre no menciona) para conquistar Bavel, Babilonia. En los versículos 17-19, el profeta aclara que el cumplimiento de los mandamientos de Dios conducirá a la paz y la prosperidad. El profeta llama a Israel a salir de Bavel " Salgan de Bavel, huyan de los kasditas, con voz de cántico anuncien, hagan saber esto; háganlo salir hasta los fines de la tierra; digan: "¡El Señor ha redimido a Su siervo Iaacov!” (versículo 20), y reitera que para los malvados no habrá redención "¡Mas para los inicuos, dice el Señor, no hay paz!" (versículo 22).