Dina en Shjem (Nablus) (Versículos 1-4)
El texto comienza diciendo “Y Diná, hija de Leá, que ella diera a luz para Iaacov, salió a conocer a las chicas del lugar” (Versículo 1). El motivo de la salida no está muy claro, pero finalmente la ve a ella Shjem, “Príncipe de la tierra” (Versículo 2) la toma y la viola, finalmente Shjem ben Jamor se enamora de Diná y pide su mano.
Las palabras de Jamor a Iaacov y a sus hijos (versículos 5-19)
Jamor, el padre de Shjem se dirige a Iaacov para hablar con él y a la conversación se incorporan también los hermanos de Diná. A diferencia de Iaacov que “guardó silencio hasta que llegaron” (Versículo 5) sus hijos están muy enojados “se apenaron los hombres y se indignaron mucho” (Versículo 7). Jamor pide a Diná para su hijo y está dispuesto a pagar una elevada suma de dinero para ello. Los hijos de Iaacov le responden “con astucia” y le solicitan realizar un acuerdo general, a partir del cual los hombres de Shjem serán circuncidados y de ese modo “les daremos nuestras hijas a ustedes y las hijas de ustedes tomaremos para nosotros” (Versículo 16). Jamor y Shjem se muestran conformes y se dirigen a los hombres de Shjem.
Las palabras de Jamor a los hombres de Shjem (Versículos 20-24)
Jamor y Shjem llegan al encuentro con los hombres de Shjem e intentan convencerlos a propósito del acuerdo con la familia de Iaacov. Los hombres de Shjem se convencen rápidamente y no tienen reparos sobre el acuerdo y “se circuncidaron todos los varones, todos aquellos que pasaron por el portón de la ciudad” (Versículo 24).
La acción de Shimón y Leví (Versículos 25-29)
El relato dejó a los lectores en estado de tensión en relación con “la astucia” que menciona el relato, y ahora la misma es revelada. “Y resulta que al tercer día cuando estaban doloridos, dos de los hijos de Iaacov, Shimón y Leví, hermanos de Diná tomaron sendas espadas y entraron en la ciudad confiados , matando a todos los hombres” (Versículo 25). Shimón y Leví toman a Diná y saquean la ciudad. El saqueo incluye sus bienes, niños y mujeres-a quienes los hijos de Iaacov toman como prisioneros.
El diálogo entre Iaacov, Shimón y Leví (Versículos 30-31)
Iaacov que hasta el momento no se había manifestado, esgrime una crítica hacia Shimón y Leví “Ustedes me pusieron en un problema al hacerme aborrecible para los moradores de la tierra, para los kenaanitas y los perizitas” (Versículo 30). Ahora, Iaacov sospecha que los moradores de la tierra lo destruirán a él y a su familia. Shimón y Leví no se quedan callados y terminan la conversación con una pregunta resonante: “¿Acaso debió tratar a nuestra hermana como una prostituta?” (Versículo 31).
Editado por el equipo del sitio del Tanaj