Una revisión milagrosa es la única vía para esclarecer si es que, efectivamente hubo adulterio, y es también la única posibilidad de recomponer el matrimonio de esa pareja.
¿Por qué la Torá utiliza un milagro para demostrar si la mujer es pura o adúltera? De hecho, éste no es el estilo de la Torá de utilizar a los milagros como una herramienta halájica.
La transgresión del adulterio, por su propia naturaleza, es la transgresión que menos se presta a ser demostrada por testigos. Se realiza en la oscuridad y sin que nadie lo vea, a partir de un exhaustivo cuidado de los dos participantes para no ser vistos y sin dejar rastros. Por ello, es sumamente impensado que un hecho de estas características llegue a un debate ante un tribunal.
La consecuencia de ello es que el ámbito del adulterio es prácticamente expropiado del debate jurídico. Dicha consecuencia-puede contaminar las relaciones de parejas en las cuales el marido sospecha de que su mujer es adúltera, y su sospecha tiene fundamento, pero no tiene posibilidad alguna de esclarecer el asunto por la vía judicial regular.
Allí donde el juicio humano es impotente, y el hecho puede derivar en una grieta en la vida familiar, toma su lugar el juicio Divino como sustituto, y de ese modo se obtura dicha grieta.
Observemos ahora la situación de los integrantes de la pareja que han caído en una grave crisis en la relación, y como tal, no pueden continuar viviendo juntos. ¿Cuáles son las posibilidades que existen para ellos, desde la óptica de la Halajá (Ley religiosa judía)? El marido puede decidir, por cierto, que no desea más continuar el vínculo matrimonial, y concluirlo con el divorcio (con el pago de la Ketuvá, acta matrimonial de la mujer). También la mujer puede resolver que no desea ser revisada, y así propiciar la disolución del vínculo matrimonial.
No obstante, ¿qué ocurre si ambos-el marido y la mujer-desean seguir viviendo juntos y recomponer el vínculo matrimonial entre ellos? La Torá les abre una posibilidad para ello: la revisión con las aguas de la mujer “Sotá”, sospechada de adulterio. Sólo a raíz de esta revisión la mujer volverá a estar permitida para su marido, desde que sea hallada pura, y la familia podrá recomponerse.
El hecho de traer a la mujer a esta revisión, debe darse a partir de la voluntad compartida de ambos cónyuges, y cada uno de ellos por sí mismo puede llegar a impedir que se realice la revisación si es que no la desea. El marido no le impone compulsivamente esta revisación a su mujer: sólo su predisposición a pasar por esta senda de tormentos de la revisación por propia voluntad, lo permite. La mujer estará dispuesta a ello debido a su deseo de continuar viviendo con su esposo, y a partir de que sabe que no se ha impurificado.
“Es importante la paz entre el hombre y su mujer”-a fin de posibilitar la reparación de las relaciones entre el esposo y su mujer, se requiere de una revisación que ningún sistema jurídico humano puede abastecer. La Torá se aparta de su limitación y le propone a la mujer y a su esposo una revisación basada en el milagro. Sólo por medio de la ayuda del milagro retornará la confianza entre el hombre y su mujer, y se reinstalará la armonía en el hogar.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj.
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".