Se requiere un cambio de arriba

Se requiere un cambio de arriba

El reino de Iehudá se encuentra en un estado espiritual deteriorado. Quien incide en el espíritu del pueblo y lo deja en ese estado de deterioro, es Shevna, quien preside la Casa real. Yeshaiahu exige sustituirlo por otro, a fin de llevar al pueblo a una mejor situación.

En el marco de las profecías alusivas a los pueblos, aparece también una profecía de reprimenda a Ierushalaim. El pueblo de Israel podria llegar a pensar que es inmune a la mano dura de Dios y que no le deparará ningún mal, a pesar de continuar con sus malas acciones. Por ello, el profeta opta por incluir una profecía de castigo a Ierushalaim en la serie de profecías alusivas a los pueblos, a fin de indicarles que las profecías de calamidad sobre los pueblos están supeditadas, a que ellos, el pueblo de Israel, se comporten adecuadamente y abandonen sus malos caminos.

La profecía describe el duro castigo en el cual el enemigo de Eilam asciende a la Tierra y ataca a todos. Las personas llegan a un estado de desaliento total y optan comer y beber a partir de la falta de esperanza en el mañana que habrá de venir y la sensación de que ya no tiene sentido sufrir.

El profeta, abrumado por tanto dolor, se niega a ser consolado y desea guardar duelo y llorar por el triste estado de Ierushalaim. No obstante, no se conforma con ello. Va y emprende una acción. Debemos recordar que en esa misma época el rey era Jizkiahu, quien era conocido por su temor reverencial a Dios.

Resulta que quien dirigía la Casa real era una persona orgullosa que no confiaba en Dios, que sólo se preocupaba por sí misma y por un lugar digno para su sepultura. Este comportamiento también incidió enormemente en el estado espiritual de las personas.

Por esta razón, Yeshaiahu le profetiza que será destituido de su cargo y en su lugar será nombrada otra persona denominada Eliakim, el hijo de Jilkiahu, y él, junto al rey Jizkiahu podrá sacar al pueblo de su estado espiritual deteriorado y restablecer su mejor estado. Debe recordarse que en aquellos casos en los cuales es necesario remover al rey, no siempre dicho paso es suficiente, y a veces, hay que cambiar a los responsables de los asuntos del reino, a fin de lograr el cambio deseado.

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