Sobre fuertes y débiles

Sobre fuertes y débiles

La enfermedad de Naamán puede llevarlo a comprender de que a pesar de ser aquel que posee la fuerza física, y que a diferencia de él, el pueblo de Israel es débil, aún así, el pueblo de Israel tiene una ventaja sobre él, en su condición de pueblo de Dios, en cuyo seno hay un profeta verdadero.

La lepra de Naamán representa un fuerte contraste con todos sus títulos y actos que figuran en el inicio del relato. El hombre grande y valiente enferma de lepra-una enfermedad que aleja a la gente de la sociedad. También la descripción de la pequeña joven se halla en un profundo contraste con la descripción de la personalidad de Naamán: Naamán es un “gran hombre” y ella “una pequeña joven”, y aquí están incluídas las diferencias entre masculino y femenino, entre un hombre mayor y una joven y entre un hombre grande y respetado y una joven pequeña y despreciable. A ello se le debe agregar que Naamán es jefe del ejército, un hombre libre, mientras que ella es la sierva de su mujer, y fue tomada prisionera por sus soldados. Y lo más importante:Naamán es arameo, el salvador de Aram y el vencedor de Israel, mientras que ella es una joven de la vencida Tierra de Israel.

Y he aquí, que ¡el gran Naamán depende de una pequeña joven y requiere de su consejo! Esta dependencia refleja la continuidad directa del sentido del contraste entre su condición de leproso y su cargo del jefe de ejército de Aram: la condición de leproso de Naamán no refleja solamente un contraste abismal con su estatus, sino que está íntimamente relacionada con su estatus, ya que como consecuencia del mismo ha surgido. La dependencia de Naamán de una pequeña joven de la Tierra de Israel, tiene el propósito de insinuarle: la lepra que has contraído está relacionada con tus acciones realizadas en la Tierra de Israel y con tu actitud hacia el pueblo de Israel, y tu cura está supeditada a tu cambio de actitud hacia ellos. Debes saber: el grande y el pequeño, el importante y el que no es importante no son dimensionados solo a partir de la potencia militar, de un estatus social y otros valores que acostumbramos a contemplar como los determinantes del peso de una persona y un pueblo. He aquí que tú, Naamán, eres “un hombre importante”, “un valiente”, “jefe del ejército” de un gran pueblo como Aram, un líder militar victorioso y salvador de su pueblo, y aún así, tienes lepra. ¿Cuál es el valor de todos esos títulos, cuál es la importancia de tus actos heroicos, si no puedes salvarte a ti mismo de la lepra?

A diferencia de lo que te sucede, he aquí “una pequeña joven”, integrante del pequeño pueblo al que has vencido, y que es cautiva de tus soldados a los que enviaste para atacar a la pequeña tierra adyacente a la tuya, y que es la sierva de tu esposa. Tú y ella-dos polos sociales opuestos que expresan las consecuencias del enfrentamiento ente tu pueblo y el de ella, entre tu tierra y la tierra de ella. A pesar de que el poder y el dominio, la victoria y el sometimiento están en tus manos, esta pequeña joven es más grande que tú, ya que ella tiene en sus manos el secreto de tu salvación y la solución par tu dolor. Tu posibilidad de purificarte de la lepra que has contraído, le ha sido entregada en sus manos. Y la solución que ella posee, señala ese ámbito en el que este pequeño pueblo se destaca y que posee un gran poder-“el profeta que hay en Shomrón” (versículo 3).

Aunque este pueblo haya sido derrotado en el campo de batalla, y aunque su Tierra sea invadida por los batallones de Aram que hacen lo que se les antoja, ese es el pueblo en cuyo seno se haya el profeta, el varón de Dios, y en sus manos se encuentra la cura y la purificación de las criaturas. Y para ser merecedor de ello, la joven dice, el honorable jefe del ejército debe molestarse y llegar a la tierra de ella y presentarse ante el profeta que se encuentra en Shomrón. “pues él le sanaría de su lepra” (versículo 3). Ella expresa esto con total certeza, sin duda alguna.

A primera vista, parece que Naamán accede a la pista incluida en el consejo de esa pequeña joven y está dispuesto a seguir el rumbo indicado por ella-hacia la Tierra de Israel. y efectivamente, parecería que Naamán entra en un cambio de su actitud soberbia hacia Israel, y dicha senda lo llevará a purificarse de su lepra. No obstante, Naamán no está dispuesto a agachar la cabeza ante Israel y ante el profeta de Israel. tiene la intención de presentarse en Israel con toda su fuerza y vigor, como gobernador y mandatario y no como un mendigo. Para ello, necesita una carta de su rey que le allane el camino hacia el rey de Israel y que le conceda a su presentación un carácter politico. El propio pedido del rey de Aram al de Israel, y en particular, la singularidad de dicha solicitud, dan cuenta de que Naamán y su rey no comprenden la insinuación que les ha transmitido hasta ahora, su dependencia de Israel en lo concerniente a la cura de la lepra de Naamán. La reacción del rey de Israel indica que el accionar de Elishá en la continuidad de nuestro episodio, debería cambiar no solo la actitud de los gobernantes de Aram hacia sus pares de Israel, sino también la actitud del rey de Israel para con su Dios y su enviado, el varón de Dios.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Cortesía sitio VBM de la Academia Rabínica “Har Etzion”

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