Sublevación, anarquía

Sublevación, anarquía

En Koraj vemos la primera sublevación contra la autoridad, contra el Manhig, el dirigente de la generación. Koraj se rebela contra Moshe: "Todo tu pueblo es sagrado", y nadie es"superior". Moshe no es pues sino un usurpador y Koraj es el "redentor".

Ya nos hemos detenido en otra oportunidad sobre la rebelión de Koraj y su verdadero significado. En sí los últimos motivos de Koraj fueron sus intereses personales, Moshe era el profeta y Aarón el sacerdote, por ello Koraj fué el anárquico.

En todo hombre, el mundo interior se refleja en la realidad exterior. Un ejemplo típico lo tenemos en las dos trágicamente famosas figuras Koraj y Haman. A haman una "cuestión privada" con Mordejai lo lleva a decretar la aniquilación del pueblo judío todo, a Koraj sus pretensiones lo llevan a sublevar a todo el pueblo aun contra la misma Torá y Mitzvot. Los pequeños y mezquinos intereses personales y de sus actos se pueden llegar a entrever el verdadero espíritu que lo anima. Y estos intereses personales motivaron la rebelión de Koraj.

De la mierra manera en todas las actitudes y posiciones se esconde un verdadero significado, el verdadero móvil que puede denigrar o elevar.

Estos pensamientos nos llevan nuevamente al principio de la Kedusha de la Santidad total.

No deben existir en el hombre Shtei-Reshuiot, dos dominios, no debe existir dualismo, sino todas las acciones hasta la más ínfima tienen una repercusión universal. Un aforismo famoso dice que si la nariz de Cleopatra hubiese sido un poco más pequeña, la faz del mundo hubiese sido totalmente otra. Cierto es sin embargo, que al menos de los actos, pensamientos y sentimientos tienen importancia en el hombre y en el mundo. Y aún más, no existe "grande", ni "pequeño", porque lo principal es siempre la relación del espíritu a los problemas a que está sometido.

“והוי זהיר במצוה קלה כבחמורה, שאין אתה יודע מתן שכרן של מצוות" (אבות ב' א'

"Se cuidadoso en el precepto grande como en el pequeño pues no conoces la recompensa de las Mitzvot".

Aparentemente tiene el hombre una jerarquía en las Mitzvot, existen unas al parecer esenciales, otras secundarias, pero "no conoces la verdadera recompensa de las Mitzvot", no conoces su verdadera esencia. No es un problema cuantitativo, no es un problema de magnitud, es un problema de toda la esencia humana.

Simples son estos principios psicológicos, es el famoso versículo:

 “האדם יראה לעיניים וד' יראה ללבב"

"El hombre verá con los ojos, Ds’ verá el corazón".

El hombre solo ve las apariencias exteriores, Ds' ve lo más recóndito del corazón humano.

El judaísmo agrega sin embargo algo más. Nosotros hemos observado la primera relación del hombre al exterior, la Torá nos muestra un segundo principio. Aquello que causa daño es malo también para quien lo ejecute. Aquel en cuyo ser crece el mal será al fin dañado por el mismo, y aquel que no causa la felicidad de sus prójimos no puede lograr su propia felicidad.

Conocida es una expresión del Baal-Shem-Tov, el creador del Jasidismo.

“דע מה למעלה ממך: דע שכל מה שלמעלה הכל הוא ממך"

"Y sabe aquello que está sobre tí (Mimja). Sabrás que aquello que está sobre ti es de ti (Mimja).” Todo aquello que acontece al hombre, es un reflejo de las acciones del hombre.

Hay una famosa parábola del Baal-Shem-Tov, que nos permitirá comprender estos principios: "Hubo una vez una fiesta y un músico ejecutaba en un instrumento una bella y armoniosa melodía, con dulzura extraordinaria, y los oyentes no pudiendo detenerse acompañaron la música con danzas y saltos. Un sordo que pasaba por allí se paró a observar esos raros hechos y lo Único que pudo pensar era que se hallaba ante una "locura colectiva

Esta es la posición del hombre en el Universo en general. El Universo entero es una melodía, una maravillosa sinfonía en la que cada acto, cada sentimiento, cada pensamiento es una nota, una pequeña melodía. El hombre sin embargo puede a veces ser "sordo", y no sentir aquella melodía maravillosa, el hombre puede no comprender la significación del Universo, y es por ello que el hombre a pesar de sus ojos puede no ver la Unión y la Unidad del Universo todo.

Pequeño es el hombre pero a pesar de su pequeñez tiene en sus manos las llaves del mundo y él puede elevar al bien o al mal.

En Koraj se unió pues el error religioso al pecado personal. La anarquía se une a la incredulidad, y al desconocimiento de Moshé y Aarón sigue la negación de la Torá - Min - Hashamaim. Vuelve aquí a reafirmarse nuestro principio. Dos son los amores.                    

ואהבת את ד' א-היך

ואהבת לרעך כמוך

"Y amarás al Señor tu Dios....."

“Y amarás a tu prójimo como a tí mismo..."

Cuando el extranjero viene a ver a Hilel pidiéndole que le "enseñe la Torá sobre un pie", es decir que le muestre el principio máximo de la Torá, Hilel le indica el "Amarás a tu prójimo como a ti mismo!”.El Maguid Midubna nos muestra sin embargo el Pasuk en su integridad:

“ואהבת לרעך כמוך, אני ד'"

"Y amarás a tu prójimo como a ti mismo, yo soy el Señor".

Del amor al prójimo, llega el hombre al amor a Ds'. Cuando el hombre ame al prójimo entonces llegará a saber, a comprender que "Yo soy el Señor", y que hay por encima de la realidad sensible una realidad ideal, superior, llegará a ver con su alma a la Divinidad, y es por ello que es este el principio máximo. El Maguid Midubna nos dice en uno de sus aforismos:

"Al igual come no se puede poner un sable corvo en una vaina recta, de la misma manera no se puede meter un sable recto en una vaina curva" La rectitud de la sabiduría sólo puede amoldarse a un alma recta. Primero debe el hombre rectificar su vida, debe primero purificarse y elevarse para poder llegar a la verdad.

El bien y la verdad bajaron unidos al mundo.

Este es el error de Koraj: Ser, quizás sabios, pero la sabiduría no está unida a la bondad del corazón, al verdadero espíritu y por ello se rebelan contra el bien y la verdad.

El judaísmo en si no se basa sobre los dirigentes, no existe en el judaísmo una jerarquía, no existen intermediarios entre el hombre y Ds', y cada uno puede rogar por su propio perdón y puede pedir su absolución. No hay hombre en el mundo que pueda otorgar perdón, pues aquél pertenece a Ds' y al hombre, al pecador mismo. Todo depende de su arrepentimiento y por ello en el judaísmo son imposibles las "ventas de indulgencias"' u otras cosas por el estilo.

El pueblo necesita sin embargo sus dirigentes. Los dirigentes son como los "anteojos" del pueblo por medio de los cuales puede éste ver su camino.

Los dirigentes del pueblo son siempre un reflejo del pueblo mismo, cuando los judíos hacen el Egel-Hazahab, el becerro de oro, Ds' dice a Moshé que estaba en el Monte Sinaí "Ve y desciende...". Si el pueblo desciende, debe descender el dirigente con él, pero para elevarlo junto con él. Este debe ser el verdadero sentido del "Manhig", el de tratar de elevar al pueblo de llevarlo a la superación constante y al bien. El verdadero ideal del Manhig es llevar al pueblo al extremo de no necesitar más de él.

El Talmud nos relata una pequeña y veraz anécdota sobre la muerte de Rabí Shimon, el hijo de Rabí Akiba, que nos muestra aquello que caracteriza al verdadero conductor de Israel.

"Cuando Rabí Shimon el hijo de Rabí Akiba enfermo, no interrumpió per ello Rabí Akiba su enseñanza, y preguntaba por su hijo por medio de sus enviados. Los primeros le dijeron: "Continúa enfermo". Y Rabí Akiba replica, continuemos. Los segundos: "está grave". Rabí Akiba: “Volvamos a la Torá”. Los terceros:"Agoniza". Rabí. Akiba: “Preguntad”.

Y cuando los últimos enviados se presentan y le dan la triste nueva que su hijo murió, se levanta Rabí Akiba y rasgó sus vestiduras diciendo: “Hasta aquí estuvimos obligados con nuestra Torá, ahora nos obliga el deber de dar los últimos honores al muerto".

Al despedirse aquellos que acompañaron a Rabí Shimón Rabí Akiba les dice:

"No por ser yo sabio .Hay más sabios que yo. No por ser yo rico. Hay más ricos que yo".

 

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