La descripción de la redención en nuestro capítulo y las ideas incluidas en ella es equivalente a la descripción de la redención de Egipto: sólo los merecedores serán redimidos, el vínculo particular que se dará entre Dios e Israel y la Sucá (la cabaña) circundante y protectora. De ese modo, el profeta le dice a Israel-así como se cumplió la redención de Egipto, del mismo modo, también se hará realidad esta profecía de consolación.
En la descripción de la redención, encontramos tres conceptos, y los tres son paralelos a la descripción de la redención de Egipto:
El primer concepto: la redención será para aquellos que permanezcan después de que Dios elija a los dignos de ser redimidos-“En aquel día el vástago del Señor será espléndido y glorioso, y el fruto de la tierra excelente y hermoso, para los salvados de Israel. Y será que los que fueren dejados en Tzión, y los que quedaren en Ierushalaim, serán llamados "santos"; es decir, todo aquel que está inscrito para la vida en Ierushalaim” (versículos 2-3). La redención no está dirigida a otros, sino a los que permanecen en Tzión y en Ierushalaim. La descripción de la elección se detalla en el capítulo 3, donde se menciona “Tus hombres caerán a espada, y tu potencia en la batalla” (capítulo 3, versículo 25). Y nuevamente aparece el concepto en nuestro capítulo: “Cuando hubiere lavado el Señor la inmundicia de las hijas de Tzión, y hubiere limpiado los homicidios de Ierushalaim de en medio de ella, con espíritu de juicio y espíritu de ardimiento” (versículo 4). Interpretación: Dios limpiará a Ierushalaim de la sangre inocente derramada, pero lo hará “con espíritu de juicio y espíritu de ardimiento”-no será un perdón total a cada uno de los pecadores, sino un perdón que vendrá después de un juicio.
Los hechos son paralelos a la descripción de la salida de Egipto. Tampoco allí fueron redimidos todos. También recordamos el Midrash de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, de que sólo una quinta parte de los israelitas salieron de Egipto, y que cuatro quintas partes murieron en los días de la oscuridad.
El segundo concepto en la profecía de la redención describe el particular vínculo que se dará entre Dios e Israel. Así se describe el vínculo en nuestro capítulo: “entonces creará el Señor sobre toda la extensión del monte de Tzión, y sobre sus asambleas, una nube y humo de día, y de noche, un resplandor de fuego llameante; porque sobre toda la gloria (del templo) habrá cubierta (protección divina)” (versículo 5).
La descripción es paralela a la descripción de la redención de Egipto: “Se desplazó el Emisario de Elohim, el que estaba yendo al frente del campamento de Israel, y fue y se puso detrás de ellos. Se trasladó la columna de nubes de delante de ellos y se puso por detrás de ellos” (Shemot, capítulo 14, versículo 19).
La nube que separa a Israel de sus enemigos, y el fuego que indica el vínculo entre Israel y Su Dios son descripciones cuyo inicio se registró en la redención de Egipto y continuarán en la redención futura.
Y así también el tercer concepto: la Sucá envolvente y protectora. En nuestro capítulo: “la cual será abrigo para sombra contra el calor del día, y para refugio y escondedero contra el aguacero y la lluvia” (versículo 6). Esta es, precisamente, la descripción del precepto de Sucá: “A fin de que tengan conocimiento vuestras generaciones, que en cabañas, Yo he hecho habitar a los hijos de Israel cuando los saqué Yo de la tierra de Egipto” (Vaikrá, capítulo 23, versículo 43).
La redención de Egipto, representa el contexto de la profecía, y una especie de autenticación de la misma: prometí redimirlos de Egipto y cumplí mi promesa, también prometí esta, para la futura redención, y se hará realidad: “Y será que los que fueren dejados en Tzión, y los que quedaren en Ierushalaim, serán llamados "santos"; es decir, todo aquel que está inscrito para la vida en Ierushalaim” (versículo 3).
Editado por el equipo del sitio del Tanaj.
Extraído del sitio DAAT.