Incluso Moshé Rabeinu debe rendir cuentas acerca del uso de fondos públicos. Pero no por el hecho de estar sospechado de haberse enriquecido a expensas del pueblo de Israel, sino a fin de dejar en claro que toda donación llegó a destino, y todo miembro del pueblo de Israel tiene una parte en la construcción del Mishkán.
El capítulo 38 finaliza con el recuento exacto de todos los materiales que fueron entregados para el Mishkán, y lo que se hizo con cada uno de ellos. Toda persona que se ocupa de fondos públicos debe informar con precisión sobre el uso del dinero, a fin de no ser sospechado. Incluso Moshé Rabeinu. No obstante, parece que no se trata de una sospecha en el sentido simple del término. No es la duda de que Moshé se ha enriquecido a expensas de ellos lo que le preocupaba al pueblo.
El pueblo de Israel recibió el precepto de donar medio shekel (siclo) para Dios, de manera que todos tengan una parte idéntica en el Mishkán. Además de ello, se le solicitó a la gente dar una donación para Dios. El pueblo de Israel se enrola para la construcción del Mishkán, dona su dinero y patrimonio, aporta sus fuerzas, de su corazón, de su espíritu. En esta instancia, con la tarea ya concluida, quieren saber que efectivamente cada uno tiene parte en el Mishkán, una parte en el servicio sagrado. Ellos quieren claridad, un registro, que de testimonio de que su dinero y patrimonio, sus fuerzas y su corazón, efectivamente fueron invertidos en la construcción del Mishkán. Ellos tienen la sospecha de que tal vez su dinero fue destinado a otros fines. Y aún cuando no sospechan de Moshé, los aturde el pensamiento de que tal vez su dinero fue desperdiciado en el marco de la gran obra, y que no quedó nada de él. Se preocupan por el hecho de que tal vez, no todo era necesario para la construcción del Mishkán y el resto fue utilizado para cuestiones innecesarias en el marco del servicio sagrado, para construir elementos externos y superfluos, y entonces, tal vez no tienen parte alguna en el Mishkán.
Puede ser también que un recuento de estas características, representa un problema, ya que el Mishkán apunta a ser una construcción general en la que cada uno es equivalente al otro, mientras que el detalle, el recuento y la revisión lo dividen, lo detallan, y aparentemente, le conceden a cada uno la parte que le pertenece acorde a lo aportado. Pero a pesar de todo, Moshé está comprometido a brindar un detalle preciso y amplio, dejar en claro que fue un emisario leal, y que el patrimonio y los bienes llegaron a destino.
De hecho, toda persona debe actuar de este modo al construir un “Mishkán”. En su servicio espiritual, la persona, en un inicio debe comprometer todas sus capacidades, hacer partícipes a todos del servicio sagrado, de la construcción de su personalidad. Después de que construya, realice la obra, la desarrolle y la modele, deberá realizar un recuento, al igual que Moshé, para rendir cuentas claras en forma precisa y amplia. Dejar en claro que todos los bienes han tomado su espacio, llegaron a destino.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza de la Ieshivat Hesder "Ierujam"
Rab Eliahu Blumenzweige: en el año 1993 fundó la Yeshivat Hesder en Ierujam, y es su Director hasta la actualidad. Es conocido por la profundidad de su investigación textual y es reconocido como un extraordinario erudito de la Torá.