Un arameo intentó destruir a mi ancestro

Un arameo intentó destruir a mi ancestro

El texto señala que “Arameo extraviado era mi patriarca” (Versículo 5) y de ese modo hace hincapié en el lado débil y dependiente de la personalidad de los patriarcas. ¿Por qué?

La Parashá (sección) de Ki Tavó comienza con el episodio de las primicias. De inmediato, el primer versículo, que describe la época de los patriarcas, concita toda la atención: “Arameo, extraviado era mi patriarca, descendió a Egipto, y peregrinó allí con poca gente, pero fue allí un pueblo grande, poderoso y numeroso” (Versículo 5). Todos tenemos incorporada la interpretación que figura en la “Hagadá” de Pesaj, según la cual el “Arameo” es Laván, que quiso destruir a nuestro patriarca Iaacov. Así también lo explicó Rashi, siguiendo el pensamiento de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria.

Sin embargo, conforme a la literalidad del texto, parece que en este versículo no hay dos referentes, sino uno solo: Mi patriarca, que era un arameo extraviado. Así lo interpretaron muchos de nuestros grandes exégetas, quienes discutieron acerca de quién es dicho padre. El Rashbam explicó que la referencia es a Abraham que “Arameo era, extraviado y exiliado de la tierra de Aram”. Ibn Ezra propuso que el patriarca calificado de arameo, es Iaacov.

¿Por qué motivo se ocupa el texto de enseñarnos que nuestro origen es de un “Arameo extraviado”? De acuerdo al Rashbam, el propósito de la mención es a fin de destacar que nuestros patriarcas no nacieron en la tierra de Israel, sino que arribaron a ella por obra y gracia de Dios: “Desde una tierra gentil, llegaron nuestros patriarcas a esta tierra, y Dios nos la entregó a nosotros”. También Ibn Ezra mantiene una postura similar.

Parece que no hay aquí solamente una expresión de gratitud hacia Dios, sino también un mensaje importante acerca de la condición de la persona frente a Dios. Dios es el que creó al hombre a imagen y semejanza, y le otorgó capacidades especiales y habilidades nobles. Pero el hombre no puede pecar por orgullo excesivo y auto-adjudicarse  sus éxitos y olvidar a su Creador.

Por ello, también el texto describe los primeros días del pueblo de Israel, no relata acerca de su constitución como pueblo en manos de héroes, santos y hombres maravillosos, a pesar de que todas esas cualidades se hallan en el perfil de nuestros patriarcas, tal como lo relata la misma Torá. El texto hace hincapié precisamente en la otra faceta de la personalidad de nuestros patriarcas: el lado débil, el dependiente, el extraviado.

Está prohibido que nuestro orgullo justificado en lo concerniente al pueblo de Israel se convierta en soberbia: “No por ser numerosos ustedes más que todos los pueblos, ha deseado Adonai  a ustedes y los ha elegido” (Capítulo 7, versículo 7), la Torá nos advierte; “ya que ustedes son el menor de entre todos los pueblos” (Capítulo 7, versículo 7)

Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Perashot" publicado por "Maaliot".

 

Volver al capítulo