Actualmente, viven en Israel casi 10 millones de judíos, casi todos, provenientes de las diásporas “de los cuatro puntos cardinales”. ¿Cómo es posible rezar tres veces por día aludiendo a “Kibutz Galuiot”, la congregación de las diásporas y no ver la realidad?
El cántico de agradecimiento es el momento culminante de la redención (y no una reacción), exactamente como el cántico del Mar que aparece en la Torá. El vocablo hebreo “Nes”, en el lenguaje bíblico significa “bandera” (“Alcen la bandera con dirección a Tzión”, Irmiahu, capítulo 4, versículo 6), y la “bandera” tiene sentido cuando se la porta mientras se entona el himno. El cántico es la grandeza del milagro, y el milagro es reconocido en el cántico. El cántico de la redención pueden ser los capítulos de “Halel”, “Alabanza” (como lo indica la Halajá), o el cántico del Mar, un capítulo del libro Tehilim, Salmos (por ejemplo, el 107 ), o el capítulo 12 de Yeshaiahu, pero aquel que contempla la salvación de Dios o la congregación de las diásporas no puede permanecer en silencio e ignorarlo.
Actualmente, en el Estado de Israel viven casi 10 millones de judíos (¡escalofriante!); casi todos, ellos o sus padres o sus abuelos y abuelas, llegaron de las diásporas, de “los cuatro puntos cardinales” y se congregaron aquí. ¿Cómo es posible rezar tres veces por día aludiendo a la congregación de las diásporas y no ver la realidad?
Tampoco se puede decir que se necesita de la observancia de la Torá y las “Mitzvot”, los preceptos, para cantar y agradecer. Ya que en la noche del Seder de Pesaj recitamos “Daieinu”, “Nos es suficiente” agradecer y alabar “si tan solo nos hubiera sacado de Egipto y no nos hubiera entregado” el Shabat, la Torá, la Tierra de Israel y el Templo”.
En el cántico de redención que veremos a continuación hay una apertura profética (doble) y un capítulo completo de “Tehilim”, “Salmos”-la primera estrofa está dirigida hacia adentro, en singular, el pueblo de Israel ante Dios, y la segunda estrofa está dirigida hacia afuera, en plural, para contarle a todo el mundo:
“Y dirás en aquel día: Yo Te alabo, oh Señor, pues aunque Te airaste contra mí, ya se ha pasado Tu ira, y me das consolación. He aquí que Dios es mi salvación; confiaré y no tendré temor; porque mi fortaleza y mi canción es Dios, el Señor, el cual se ha hecho mi salvación. Y sacarán agua con regocijo de las fuentes de salvación; Y dirán en aquel día: Den gracias al Señor; proclamen Su Nombre; den a conocer entre los pueblos Sus obras; hagan recordar que es enaltecido Su Nombre; Canten al Señor, porque gloriosas cosas ha hecho; sea conocido esto en toda la tierra; Alza el grito y canta de gozo, oh moradora de Tzión, porque grande es en medio de ti el Santo de Israel” (capítulo 12, versículos 1-6).
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