En el capítulo 5 del libro Kohelet figuran algunos refranes conocidos. Estos tres refranes están incluidos en un párrafo que describe la problemática de la vida de la riqueza y la búsqueda del dinero.
“Quien ama plata, no habrá de saciarse de plata” (Versículo 9)
Esta frase refleja la insatisfacción de la persona que persigue la riqueza, ya que una persona de estas características, siempre querrá más dinero del que ya tiene, y por consiguiente, no se siente “satisfecha”-nunca está conforme.
“Dulce es el sueño del trabajador, si poco o si mucho ha de comer; empero la hartura para el rico no le deja dormir” (Versículo 11)
Este versículo compara a la persona que trabaja con esfuerzo y la persona rica, y muestra la ventaja del esfuerzo por sobre la riqueza: una persona que trabaja mucho, por la noche duerme mejor que una persona rica que no debe trabajar y la preocupación por sus bienes lo abruma y perturba su sueño.
En el hebreo moderno se utiliza la primera parte del versículo “Dulce es el sueño del trabajador”, a fin de elogiar al trabajo que le concede al trabajador la posibilidad de un buen descanso tras una jornada laboral satisfactoria.
“Hay mal que sobreviene, que he visto bajo el sol: riqueza guardada para su dueño, para su propio mal” (Versículo 12).
En ciertas ocasiones, la riqueza realmente perjudica a su poseedor y le provoca pesar, como se describe en el siguiente versículo: “Y se pierde la riqueza aquella en un hecho calamitoso” (Versículo 13). Es decir, la riqueza no se perdió así nomás, sino que le sucedió algo a la persona acaudalada, por ejemplo: ladrones lo atacaron para robarle su dinero.
En el hebreo moderno se utiliza esta frase también para describir dificultades adicionales que trae consigo la riqueza, por ejemplo: la riqueza le plantea a su dueño excesivas posibilidades de opción y le impide elegir de un modo correcto.