Un profeta en la oscuridad

Un profeta en la oscuridad

 

El capítulo nos enseña que no siempre la profecía le resulta clara al profeta, ni siempre genera en él certeza. A veces, le quedan algunas preguntas e interrogantes.

En el capítulo 21 hay tres profecías, y la explicación de las mismas provocó cierta confusión entre los comentaristas, desde los primeros hasta los últimos. No obstante, parece ser que la confusión no es sólo de los comentaristas sino del propio profeta, el profeta se refleja confundido frente a sus profecías.

En la primera profecía-profecía (“Masá”) del desierto del mar, el profeta que anticipó el ascenso de Bavel está avergonzado frente al mal que Bavel trajo al mundo. Él ve un mundo colmado de traidores y maldad, ¿y cuándo llegará el final de los dolores? El profeta se describe a sí mismo como un observador que espera novedades- también yo estoy continuamente de día, y en mi guardia permanezco noches enteras” (versículo 8).

En la segunda profecía-la profecía (“Masá”) alusiva a Edom-le pregunta al guardián de la noche apostado sobre la torre de vigía-“¡Guarda! ¿Qué hay de la noche? ¡Guarda! ¿qué hay de la noche?” (versículo 11).

También en la tercera profecía, el profeta no comprende la migración de los pueblos.

En la primera profecía, el profeta recibe una respuesta-¡Bavel caerá! Es lo que pasa en el mundo, un reino asoma y otro cae, la fortaleza nunca es eterna. Eilam y Maday derrocarán a Bavel. La afirmación que se desprende de ello es-hay un final para el mal.

En la segunda profecía, la respuesta del guardián es-“La mañana viene, y también la noche! Si quieren preguntar, pregunten. Vuelvan; vengan otra vez” (versículo 12). Los comentaristas se complicaron con la interpretación de esta respuesta, y citaremos solamente el comentario de Rashi-si procuran precipitar el final-pues arrepiéntanse y retornen a la buena senda”.

En la tercera profecía, la respuesta sobre la vergüenza de la profecía es simple y clara-“ Porque así me ha dicho el Señor: "Dentro de un año, según los años del jornalero, se acabará toda la gloria de Kedar; y los que quedaren del número de los valientes arqueros, de los hijos de Kedar, serán pocos; porque el Señor, Dios de Israel, lo ha dicho” (versículos 16-17).

A veces, nos imaginamos el período de la profecía como plenamente claro y al profeta lo describimos como una persona que la palabra de Dios que late en ella, lo colma de certeza. El capítulo vago y opaco nos permite el encuentro con las noches oscuras del profeta, en las cuales eleva una plegaria solicitando claridad y luz.

Cortesía sitio 929

 

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