Un rey sin rumbo

Un rey sin rumbo

A lo largo de todo el relato de Ester, se destaca notablemente la falta de constancia de Ajashverosh.  Cuando no hay un lineamiento de valores  o un ideal que guía la vida, pues todo el accionar  es consecuencia de un móvil de interés personal que se adapta a las necesidades y al amenazado de turno, en ese momento.  

En el capítulo 7 se describe la transformación que se registra en la relación de Ajashverosh con Hamán. Dicha transformación, no es el único cambio que atraviesa Ajashverosh, a lo largo del libro de Ester. 

Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, argumentan que Ajashverosh “era un rey  muy cambiante”, y esta definición se adapta increíblemente a su figura. 

En el primer banquete (en el capítulo 1) el rey debía sentirse orgulloso de su mujer e incluso mostrar su vínculo especial con ella, lo que finalmente se convirtió en la sentencia a muerte de ella. En una cultura y en una política, en las que todos los movimientos están construidos sobre intereses, de hecho, también su amor, era un amor interesado que finalmente se convirtió en un odio ilimitado. 

Esta política cambiante se refleja también en que en el enfrentamiento con Vashtí, el rey prefirió el consejo de sus asesores y príncipes por sobre su mujer. Y a diferencia de ello, en el enfrentamiento entre Hamán y Ester (en el capítulo 7) él prefiere a su mujer, por sobre su referente más jerárquico. Esto puede comprenderse como una lección aprendida a partir del episodio de Vashtí, pero acorde a las normas de vida de Ajashverosh, la contradicción se ve, aparentemente, como entendida. Como siempre, el vector que guía su accionar es el interés momentáneo inmediato, he aquí que en el episodio con Vashtí se vio afectado su ego personal, él lo consideró como un daño a todos sus deseos y a la capacidad de satisfacer sus instintos, de forma inmediata. A diferencia de ello, en el caso de Ester, el interés estaba direccionado en contra de Hamán “que el adversario no pudiera resarcir el perjuicio del rey” (7,4). Aún antes de ello, él pasa de un estado en el que no quería que Ester se le acercara durante treinta días a entregarle el cetro de oro y sentirse atraído por ella. 

Cabe destacar que también la decisión de matar a Vashtí, es una decisión que sus asesores sabían que podía llegar a arrepentirse de ella, como efectivamente ocurrió “se acordó de Vashtí, y de lo que ella había hecho, y de lo que se había decretado contra ella” (2,1) y por eso le otorgaron a la sentencia carácter oficial de largo plazo. 

La carencia de una columna vertebral valorativa se pone de manifiesto en su más alto nivel también en la aceptación de la sentencia de Hamán “(mandando) destruir, matar y exterminar a todos los Yehudim”. Y por el otro lado, la anulación de esa sentencia con la misma firma del anillo real y la autorización a los judíos para “que en cada ciudad se juntasen y defendiesen sus vidas” (8,11). 

 

Editado por el equipo del sitio del Tanaj 

Gentileza sitio Daat 

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