Yehoash se ocupa del mantenimiento de la Casa, no obstante, en el año 23 de su reinado le solicita a los Cohanim que no pidieran más dinero a sus conocidos para el mantenimiento. ¿Cuál es el significado de esa decisión?
Yehoash es un rey del cual el profeta da cuenta que hacía lo correcto a los ojos de Dios siempre, como le enseñara Yehoiadá el Cohen. Creció en la Casa de Dios unos siete años y a partir de ello surgió su gran amor por el Templo. Estaba entre los pocos reyes que según el profeta, habían fortalecido el mantenimiento del Templo. Su primera instrucción a los Cohanim fue que todo dinero que recibieran como aporte no se lo llevaran ellos sino que lo utilizaran para el mantenimiento del Templo y la refacción necesaria.
En el transcurso del vigésimo tercer año de su reinado se reveló que no se realizó en el Templo la refacción que era necesaria. A raíz de ello, el rey modifica su instrucción y le indica a los Cohanim que no tomaran contribuciones de sus familiares y conocidos para la refacción sino que colocaran un arca con una abertura para Tzedaká junto al altar, de modo que todo aquel que llegue de visita al Templo y eleve un sacrificio, realizará su donación para el mantenimiento del Templo.
¿Qué provocó que Yehoash modificara su primera instrucción? ¿Acaso pensó que de ese modo se juntaría más dinero? ¿Acaso el hecho de que los Cohanim podían llegar a utilizar sus aporte personales para el mantenimiento del Templo es lo que provocó, de hecho, que el Templo no haya sido refaccionado? Puede decirse que esas fueron las causa del cambio de política. Sin embargo, puede ser que Yehoash sostenía que la refacción del Templo debe ser realizada con el dinero del público y no de particulares. El Templo representa esa colina hacia la cual se dirigen todas las bocas (todas las plegarias). Así fue construído el Mishkán, el Tabernáculo al principio-de un fondo público, y así fue construído el Templo de Shlomó-del dinero de los impuestos. Yehoash consideraba que también la continuidad del mantenimiento debe realizarse con el dinero público a fin de preservar su idiosincrasia pública y para que no se convierta en propiedad de particulares.