Esto es lo habitual en el mundo: la generación de los fundadores es sustituida por la generación de la continuidad. Los patrones de conducta cambian, otras formas de vida. Resulta muy difícil aceptarlo.
El rey Shaúl: el primer rey de Israel. “…joven y bueno. No había otro más hermoso que él entre los hijos de Israel; de los hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo” (Capítulo 9, versículo 2); enviado de D-s; “que el Señor ha escogido? En verdad que no hay otro como él entre todo el pueblo” (Capítulo 10, versículo 24);” El Espíritu del Señor se apartó de Shaul” (Capítulo 16, versículo 14).
David, el joven de Beit Lejem: “pelirrojo, de lindos ojos y bien parecido” (Capítulo 16, versículo 12); “que sabe tocar, es fuerte y valiente, un hombre de guerra, erudito en su hablar, hombre bien parecido” (Capítulo 16, versículo 18); “y el Señor está con él” (Capítulo 16, versículo 18).
Así es el mundo: la generación de los fundadores es sustituida por la generación de la continuidad. Los patrones de conducta cambian, las formas de vida son otras. Los líderes jóvenes conocen el espíritu de la época y hablan en el lenguaje de la nueva generación.
El espíritu del pueblo está con el liderazgo joven: “Y aconteció que cuando llegaba, al volver David de matar al Pelishtí, las mujeres de todas las ciudades de Israel salían cantando y danzando al encuentro del rey Shaul, con panderos, con cánticos de júbilo y con instrumentos musicales. Las mujeres cantaban mientras tocaban, y decían: Shaul ha matado a sus miles, y David a sus diez miles. Y se enfureció mucho Shaul, pues este dicho le desagradó, y dijo: Han atribuido a David diez miles, pero a mí me han atribuido miles. ¿Y qué más le falta sino el reino? “ (Capítulo 18, versículos 6-8).
Así transcurre la gloria de las primeras generaciones. Los veteranos entre los líderes, los políticos, los escritores y los artistas, los rabinos y los educadores, contemplan con asombro y frustración el éxito de los jóvenes carismáticos y claros. No comprenden el lenguaje de los jóvenes y de la nueva generación, y están convencidos de que todo lo que han construido, se está desmoronando. Les robaron el Estado. Persiguen a los jóvenes y limitan sus pasos, a fin de salvar el mundo antiguo, el mundo conocido y seguro. Aún cuando los jóvenes se esfuerzan en convencerlos de que realmente aprecian y valoran toda su obra, continúan en su camino, les resulta difícil aceptar y es difícil renunciar. ¿Acaso sólo la muerte del rey anciano, le permitirá al nuevo líder liberarse y encaminar al reino en un nuevo rumbo?
Gentileza sitio 929