Las siete profecías que figuran en los capítulos 1-2, incluido el mensaje crítico al reino hermano, fueron apenas una introducción a lo importante, y todo su objetivo era atraer al público y provocar que escucharan muy bien. Y entonces, recién allí llega lo importante-una extensa lista de todos los pecados de Israel.
La convención literaria conocida y famosa señala que al contra “por tres y por cuatro”, nos referimos a cuatro. Los ejemplos más salientes de ello se hallan en el capítulo 30 del libro Mishlei, Proverbios-“el capítulo de la sabiduría de los números”
Por consiguiente, el hecho d que Amós, un profeta de la escuela de la sabiduría, no contempla las reglas del género, indica ya desde el inicio que tiene otro objetivo. Amós repite siete veces esta conocida frase en los capítulos 1y 2: “Por tres crímenes de Israel…y por el cuarto no apartaré su castigo”, y en cada ocasión menciona explícitamente solo un terrible pecado. Casi siempre se trata de crímenes de guerra en contra de Israel o Iehudá, y sólo en la séptima vez, al mencionar los propios pecados de la tierra de Iehudá, el profeta pasa a ocuparse del abandono de Dios y del paganismo. Como si dijera:” Hasta les perdonaría por todo, pero por esto, no”. El mensaje es claro, el abandono de Dios no es menos grave que la quema de huesos y otros crímenes de guerra atroces.
El público que se congregó en torno al profeta y esperaba escuchar el elemento central de su profecía, en esta instancia, comienza a dispersarse. Todos saben contar hasta siete, todos saben que este número expresa la perfección, todos saben que la séptima vuelta es la última. También todos están conformes por el hecho de que el profeta de Iehudá, eligió criticar a la tierra de la cual proviene y reprenderla por sus pecados ante toda la congregación israelita.
Pero Amós les preparó una sorpresa. Todas las siete profecías, incluido el mensaje crítico hacia el reino hermano, eran solamente el prólogo a lo importante, y todo su objetivo era atraer al público para que escuchara muy bien. Ahora es el momento de lo importante y principal: “Así dice el Señor: "Por tres crímenes de Israel, y por el cuarto, no apartaré su castigo…”(Versículo 6), y aquí es donde el profeta vuelca toda su ira a su congregación.
No se trata de tres crímenes, ni de cuatro, y ni siquiera de siete u ocho, sino de una lista continua de más y más actos de injusticia y violencia, sociales, morales y religiosos, que deja al público atónito y confundido. Se derrumban todas las convenciones literarias.
En la profecía inicial del libro Amós, la forma es el mensaje, y el mensaje es que todo lo que les parece seguro y estable colapsará en un instante, y sin dejar piedra sin remover.
Cortesía sitio 929