La pregunta acerca del pecado de David no es solamente un interrogante interpretativo sino una pregunta ética y educativa-¿acaso la explicación de los pecados de los grandes personajes del Tanaj derivará en la educación hacia valores? ¿O tal vez provoquen un daño espiritual?
Hay muchos métodos en la explicación del pecado de David. El problema principal se halla en la brecha entre lo “literal” y la concepción de Rabí Ionatán:”Todo aquel que sostiene que David pecó, se equivoca” (Bavlí Shabat 56a).
Pero aparentemente, aquí hay una pregunta más amplia: ¿acaso se le pueden adjudicar a los personajes bíblicos pecados graves? Se trata de una pregunta ética básica. Según Rabí Akiva, que es seguido por otros Tanaim (estudiosos de la Mishná) y Amoraim (estudiosos de la Guemará), ello es posible. A diferencia de ello, Rabí Shimon Bar Iojai, que es seguido por otros Tanaim y Amoraim, adoptan una opción que minimiza el pecado.
La discusión entre los comentaristas no comienza necesariamente con la pregunta central o con el interrogante de la literalidad del texto. La misma se halla en una postura básica ética o pedagógica: qué puede ser interpretado y cómo explicarlo. Aún si dicha postura no es presentada explícitamente como el móvil interpretativo, existe de un modo subyacente. “Una vía” (mencionada en los conceptos del Rabino Iaacov Medan) se ajusta al método de Rabí Akiva, quien no duda en reflejar las “manchas” de los personajes bíblicos. La segunda vía (que es el método de nuestro Maestro, el Rabino Neventzal), es la senda de los Tanaim que se oponen a Rabí Akiva hasta el otro extremo, quienes sostienen que la vía educativa correcta es la de presentar a los personajes bíblicos en su estado de pureza. Según la concepción de ellos, la presentación de los pecados tal como ocurrieron, despierta la sospecha, y definen que no sólo hay que ser cuidadosos al traducir para los ignorantes o la gente simple sino también para los eruditos de las últimas generaciones que se hallan en el Beit Hamidrash, en la Casa de Estudios, debido a que se puede causar un daño espiritual en el caso de explicar los pecados explícitamente. De este modo, no cabe decir además que el ungido por Dios ha cometido un pecado tan grave. No creo que el Rabino Neventzal no haya visto todas las fuentes que dan cuenta del hecho de que David cometió un pecado grave. Sino que el Rabino Neventzal enseña, indica que se debe actuar como aquel que sostiene “Todo aquel que dice que David pecó…se equivoca”.
A mi modesto parecer, el problema no se halla, en absoluto, en la exégesis bíblica. El debate refiere a las hipótesis morales y a las tendencias educativas.
Una de las preguntas básicas a la que debemos referir, es la pregunta educativa. ¿Cómo se debe enseñar Tanaj al público, y como se enseñará en el Beit Hamidrash, en la Casa de Estudios? De la Halajá se infiere, que es posible que aun sin la divergencia entre los métodos, una persona pueda adaptarse a dos vías. No es lo mismo lo que enseña en el Beit Midrash, la Casa de Estudios a los eruditos, que lo que publica en una revista destinada al público en general. Esto lo hemos visto no solamente en la traducción bíblica y su interpretación, en el mundo de la Agadá (la interpretación alegórica) y el Drash (la explicación), sino también en el mundo ordenado y limitado de la Halajá. Los dictaminadores distinguen entre lo que le enseñan al individuo y lo que difunden públicamente; entre lo que escriben en un estilo rabínico a partir de una redacción académica y lo que escriben en los libros de Halajá sintetizados destinados al público en general.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Extraído de la revista “Megadim”, ediciones Tevunot.