Una receta básica para la plegaria

Una receta básica para la plegaria

Nuestro capítulo aborda el pecado de Miriam  y la lepra con la que fue castigada a raíz de ello. Moshé Rabenu, en su plegaria por ella, experimenta la síntesis e incluye en la misma los componentes significativos y necesarios de la plegaria.

Miriam se dirige a su hermano Aharón esgrimiendo una crítica sobre Moshé Rabenu-el hermano más joven. Dios es muy estricto con ella y la castiga con la lepra. Aharón está persuadido que el perjuicio fue contra Moshé Rabenu y por ello se dirige a él para pedirle disculpas. A raíz de este pedido, Moshé se dirige a Dios por medio de una plegaria pidiendo por la curación de su hermana. Dios no accede al pedido de Moshé argumentando que el daño no fue contra Moshé sino a quien él representa, que no es otro que Dios y por ende, sólo después de ser castigada como corresponde, será curada.

Moshé en su plegaria nos exhibe los fundamentos necesarios para la plegaria y en particular para una plegaria en una instancia de pesar y pedido:

“Dios, te ruego, cúrala ahora” (Versículo 13)

La plegaria comienza con una solicitud. Antes de iniciar la oración se debe pensar a qué faceta y aspecto de Dios nos estamos dirigiendo. Si es a su atributo de misericordia y bondad, o al nivel de venganza y celo que hay en Él, al atributo de Rey que hay en Él, por el mérito de que sea nuestro padre  y similares. Esta solicitud, generalmente, será determinada según el contenido del pedido que será presentado adecuadamente.

Después de ello, hay una palabra de súplica. Dicho vocablo ubica al solicitante en una posición de carenciado que requiere ser completado y no como alguien que demanda lo que le corresponde, Dios no lo permita.

En esta fase la Torá llega al pedido propiamente dicho. Aquí se debe formular el pedido de raíz y conviene aclarar qué es lo que precisamente queremos de Dios. Ocasionalmente, lo que se ve desde un inicio no es lo que realmente queremos.

El pedido estará acompañado por una palabra adicional de ruego. Esto, para que el solicitante se anule completamente ante Dios, ya que sólo si proyecta su carga a Dios, tendrá el mérito de ser salvado.

Finalmente, se debe señalar el objeto de la solicitud. Es bueno rezar por el compañero ya que así llega a un lugar profundo del alma y de allí permite la salvación de otro y también para sí mismo, como está citado en la Guemará en Baba Kama (92a): “Aquel que eleva una plegaria por su compañero es ayudado primero”.

 

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