La segunda ronda de decretos de Paró es más grave que la primera, y esto es para tratar de quebrar a los hijos de Israel. Pero también en esta ronda, los decretos de Paró fracasan y los hijos de Israel continúan reproduciéndose.
Dos procesos opuestos se dan en nuestro relato: el proceso de empoderamiento interno del pueblo de Israel, y a diferencia del mismo, el proceso de opresión egipcia impuesta sobre los hijos de Israel, con el objetivo de neutralizar su cultura. El primer proceso, aún siendo dinámico en su esencia, es estático desde la concepción de su aparición en el relato: prácticamente no sufre modificaciones desde el comienzo del relato y hasta el final del mismo.
El contraste irónico de la frase de Paró “no sea que se acreciente” (Versículo 10) con la descripción del texto bíblico “así se acrecentaba y así se expandía” (Versículo 12) es traído en los conceptos de Jaza”l (Nuestros Sabios de Bendita Memoria) que cita Rashi:
“Su explicación es: el espíritu sagrado dice si: ustedes dicen “no sea que se acreciente” y yo digo “así se acrecentaba y así se expandía” (Comentario de Rashi al versículo 12)
No obstante, debemos prestar atención a una contradicción irónica adicional: en el comienzo del relato, Paró manifestó con preocupación: “¡He aquí que el pueblo, los hijos de Israel, es numeroso, y más fuerte que nosotros! “ (Versículo 9), y al final el texto nos anuncia “Se acrecentó el pueblo y se fortalecieron mucho” (Versículo 20). Vemos aquí que todos los esfuerzos de Paró a lo largo del relato, todo el proceso de opresión que se fue perfeccionando, que se agravó, no fueron para nada productivos: el proceso de multiplicación y empoderamiento es el que triunfó!! El proceso dinámico de la opresión se hizo trizas frente al proceso “estático” de la cultura.
La prueba de una verdadera victoria en el relato bíblico reside en la capacidad del vencedor de imponerse a sus oponentes en dos vueltas. Este hecho por sí mismo da cuenta de que el triunfo en la primera ronda no fue casual sino vital. No obstante la segunda ronda viene a enseñarnos más aún: siempre es más difícil, más desafiante, y por ello deja testimonio de una victoria más significativa.
Los dos ciclos de decretos en nuestro episodio (el primer ciclo: del versículo 8 al 14; el segundo: del 15 al 22) son claramente paralelos, en ambos hay un decreto de esclavitud y un decreto de muerte a los hijos, y los dos persiguen, en líneas generales, el mismo objetivo. Vemos que la segunda mitad es una repetición de la primera, pero lo hace en forma más grave desde el carácter de los decretos que incluye. ¿De dónde proviene dicho agravamiento? Del fracaso en el primer ciclo de decretos: el proceso de multiplicación de los hijos de Israel se mantiene su vigencia. El examen de esta victoria del proceso de la maravillosa cultura no será completado hasta una nueva ronda-desde la perspectiva de una segunda ronda de decretos, más grave que la anterior, que intentará reducir el número de los hijos de Israel de una forma activa. Sólo con el fracaso del proceso de los decretos en la segunda tanda quedará definitivamente en evidencia la victoria del vencedor oculto que está detrás del impactante proceso de multiplicación, que es imparable y no puede ser interrumpido.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion"