Hashem, Dios ama a Israel, como una persona que encuentra uvas en el desierto desolado y se alegra con ellas, como alguien que cosecha higos a comienzos del verano y desea comerlo. Pero Israel no le restituye el amor.
En el versículo 10, Hoshea describe a Israel con una figura excepcional:
“Como uvas en el desierto Yo hallé a Israel; vi a vuestros padres como brevas en la higuera, en su primera cosecha; mas ellos acudieron a Baal Peor, y se apartaron para la vergüenza; y se hicieron asquerosos como aquello que amaban”.
Las uvas no crecen en el desierto. La falta de lluvias destruye a la vid. Pues entonces, ¿cómo surge esta figura de las uvas en el desierto a las cuales se parecen los miembros de Israel?
Aparentemente, este versículo resuena también en boca de Irrmiahu: “Anda y clama a los oídos (de los habitantes) de Ierushalaim, diciendo: Así dice el Señor: me acuerdo del cariño tuyo (a Mí) en tu juventud, del amor de tus desposorios, cuando Me seguiste por el desierto, en una tierra no sembrada. Israel (era entonces) santidad al Señor, la primicia de Sus frutos: todos los que le devoraban, fueron tenidos por culpables; vino sobre ellos el mal", dice el Señor” (Irmiahu, capítulo 2, versículos 2-3).
No hay uvas en el desierto. Y Hoshea describe el encuentro entre Dios e Israel, como una persona que encuentra uvas en un lugar imprevisto. Y se alegra con ellas.
La segunda figura de Hoshea, es la del higo. Los higos de primera cosecha son muy apetecibles, y así también aparece esta figura en otros lugares del texto bíblico. Y así es la actitud de Dios hacia Israel: la actitud de aquel que anda por el desierto y come uvas, la actitud del que recolecta higos al inicio del verano, y no puede aguardar llegara a su casa, para prepararlo y comerlo, sino que al tenerlo en su mano, lo engulle.
La vid y el higo reflejan la abundancia, la buena vida. Y a la inversa: la ausencia de uvas e higos expresa la destrucción, la sequedad, la sequía. Así aparece muchas veces en los conceptos delos profetas.
Y ahora podemos comprender las figuras que Hoshea intenta transmitir a quienes lo escuchan. Comienza a describir la abundancia, la adhesión, el deseo de Dios de relacionarse con Israel. Y la figura es la de aquel que anda por el desierto y encuentra uvas, y la del que come higos de la primera cosecha.
“Como uvas en el desierto Yo hallé a Israel;
vi a vuestros padres como brevas en la higuera, en su primera cosecha”
no obstante, el final del versículo transforma la profecía:
“mas ellos acudieron a Baal Peor, y se apartaron para la vergüenza; y se hicieron asquerosos como aquello que amaban”.
Ante el amor de Hashem, Dios, aparece el amor de Israel. ¿Y qué es lo que aman? A Baal Peor, la vergüenza, y las asquerosidades de Peor. Recién dejaron el desierto, símbolo del amor de Dios a Israel, apenas se aproximaron a la tierra deseada y ya se apegaron a Baal Peor, y amaron su servicio.
Hoshea muestra aun amor frente al otro. Y como el profeta Irmiahu, quien se queja diciendo que el amor de Dios no encuentra respuesta, así Hoshea se queja por el amor de Dios, que es recompensado con el amor a Baal Peor.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza sitio DAAT