He aquí, viene el día del Señor cuando serán repartidos tus despojos en medio de ti.

Rashí sostiene que no se trata de un día común y corriente sino de un día muy esperado por Dios.

Radak, especifica que se trata del día de la redención final, (la guerra de Gog y Magog relatada en el libro de Iejezkel) en el que Dios se dará a conocer a todos los pueblos. Este comentarista, sostiene que, en un primer momento, los enemigos triunfarán en la batalla y penetrarán en Jerusalem saqueándola.

Metzudat David y Don Isaac Abarbanel, en cambio, opinan que volverán a Jerusalem todos los despojos que los enemigos le han quitado, todos los tesoros y utensilios del Templo como así también los de los palacios de David y Shelomó.

Y Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalem; y será tomada la ciudad y serán saqueadas las casas y violadas las mujeres; la mitad de la ciudad será desterrada, pero el resto del pueblo no serán exiliados de la ciudad.

Tal como anticipamos en el versículo anterior, en un primer momento de esta última guerra, el enemigo se impondrá sobre Jerusalem y ultrajará a las mujeres llevándose muchos en cautiverio, pero no a todos. Pero este será solo el comienzo, en los próximos versículos detallará cómo la situación se dará vuelta en favor del pueblo de Israel.

Entonces saldrá el Señor y guerreará contra aquellas naciones, como cuando El peleó el día de la lucha.

Acorde a la opinión de la mayoría de los comentaristas, Dios asumirá la defensa de Su pueblo, y desde los cielos luchará contra los enemigos, tal como lo hizo cuando luchó contra Egipto a orillas del mar Rojo, en donde dice en Shemot 14: Dios luchará por ustedes… o como sucedió en época de Deborá, Barak y Siserá en donde dice que Dios luchó desde los cielos contra los enemigos de Israel.

El comentarista Malvim, explica que hay una diferencia entre luchar y guerrear. En la lucha, se pelea de cerca, cuerpo a cuerpo contra el enemigo, en cambio, en una guerra, la lucha también puede ser desde lejos arrojándoles todo tipo de proyectiles. Dios luchará contra ellos desde lejos, pero los derribará uno a uno a tierra.

Sus pies se posarán aquel día en el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalem, al oriente; y el monte de los Olivos se hendirá por el medio, de oriente a occidente, formando un enorme valle, y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.

En la parte sur del monte de los Olivos, está ubicado el milenario cementerio, en donde están enterrados príncipes, sabios y profetas del pueblo de Israel. La parte norte del monte, limita con lo que hoy en día es la Universidad Hebrea de Jerusalem y en la parte media del monte, entre el sur y el norte, se hallan dos grandes iglesias católicas.

Metzudat David sostiene que está hablando metafóricamente, que Dios posará Sus pies en el monte de los Olivos que queda frente a Jerusalem hacia el este. Con esto quiere hacer notar, que no será por casualidad o algún motivo geológico que el monte se partirá en dos, sino que será causado directamente por Dios.

Habrá como un gran terremoto y el monte será partido en dos, quedando un gran valle entre la parte sur y la parte norte del monte, de forma tal que quedará dividido en dos montañas completamente separadas con un valle en el medio que se podrá pasar desde el oeste hacia el este.

Don Isaac Abarbanel deja abierta la posibilidad de que no solo se trate de una brecha física visible en el monte, sino que se trate de una brecha en la coalición de pueblos que vendrán a luchar contra Jerusalem, de esa manera se desmoronará la coalición de pueblos que luchan juntos contra Jerusalem.

Y huiréis al valle de Mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta Atzal; huiréis tal como huisteis a causa del terremoto en los días de Uziá, rey de Yehudá. Y vendrá el Señor mi Dios, y todos los santos con Él.

Entonces, todos huirán despavoridos, incluyendo al pueblo de Israel, que se refugiarán en los valles por temor a las réplicas del terremoto, como había sucedido en la antigüedad en la época del rey Uziá en que hubo un gran terremoto en Jerusalem.

Malvim explica, que esta vez, a diferencia de lo que fue relatado en la época de Uzia, en donde aquel terremoto había sido a causa de que Dios estaba enfadado contra el pueblo de Israel; lo que está relatando ahora, es justamente lo contrario, será en contra de los enemigos, es por eso que dice que saldrán todos los santos con Él, haciendo alusión que los ángeles, lucharán por el pueblo de Israel.

Y sucederá que en aquel día no habrá luz; las luminarias se oscurecerán. 

Hay entre los comentaristas quienes explican que se refiere a un suceso real, en que no se podrá ver bien. No se trata de que el sol se oscurecerá o algo por el estilo, sino que la luz será oculta por una gruesa capa de nubes que no dejen pasar la luz del sol y que, a pesar de ser pleno día, estará oscuro, como suele pasar en ciertos días muy nublados y tormentosos en que la luz diurna es muy tenue hasta el punto tal que las luces de la vía pública se encienden como si fuera de noche. O tal vez, el motivo por el cual la visibilidad no sea buena, sea por una densa niebla que cubre todo, de forma tal que, a pesar de ser de día, no se puede ver.

Entre los que opinan que se trata de algo figurado, se refieren a que, en aquel tiempo, la luz, de la espiritualidad y la sabiduría estará muy opaca y no relucirá.

Será un día único, conocido sólo del Señor, ni día ni noche; y sucederá que a la hora de la tarde habrá luz. 

Cuándo ocurrirá este día, es algo que solo Dios sabe.

Mientras suceda, para la mayoría de los seres humanos, será una gran duda si es algo bueno o malo lo que estará ocurriendo, y solo al final podrán apreciar que era bueno, que es cuando finalmente Dios doblegará a todos los enemigos e idólatras y todos se someterán a la verdad de Dios y solo a Él servirán y Sus valores aceptarán, viviendo una vida plena y verdadera, sin perseguir placeres mundanos, ni honores falsos.

Maari Kra, dice que la redención no será algo repentino y bien visible, sino que será algo que surgirá paulatinamente, casi imperceptible, hasta que al final quedará claro que era la salvación de Dios.

Don Isaac Abarbanel dice que la alegoría es que, tal como en un día de tinieblas no se puede diferenciar nada, ni la luz de la oscuridad, así también, en el final de los días, en esa gran guerra, en un primer momento, no se podrá diferenciar entre la euforia del triunfo de una batalla del temor a la venganza del enemigo.

Para aquellos comentaristas que explicaron el tema de la luz de una manera figurativa haciendo alusión a la luz, de la espiritualidad y la sabiduría, se refiere a que, en un principio, será difícil apreciar la verdad y la sabiduría, pues estará cuestionada y relativizada por otras culturas y filosofías (tal como sucede hoy día con el judaísmo y las distintas filosofías de vida actuales), hasta que, finalmente saldrá a luz la verdad de Dios, disipando toda sombra y oscuridad.

En aquel día sucederá que brotarán aguas vivas de Jerusalem, una mitad hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental, será lo mismo en verano que en invierno. 

Rashí explica, que esto sucederá en el día en que el monte de los Olivos se parta en dos, tal como dijo en el versículo 4.

La idea expresada en este versículo también fue mencionada por el profeta Yoel en 4:18 Y sucederá que en aquel día los montes destilarán vino dulce, las colinas manarán leche, y por todos los arroyos de Yehudá correrán las aguas; brotará un manantial de la casa del Señor y regará el valle de Shitim. También el profeta Iejezkel hace alusión a esta idea en el capítulo 47: Después me hizo volver a la entrada del Templo; y he aquí, brotaban aguas de debajo del umbral del Templo hacia el oriente, porque la fachada del Templo daba hacia el oriente. Y las aguas descendían de debajo, del lado derecho del Templo, al sur del altar.  Me sacó por la puerta del norte y me hizo dar la vuelta por fuera hasta la puerta exterior, por la puerta que da al oriente. Y he aquí, las aguas fluían del lado sur…  y ya era un río que yo no pude vadear, porque las aguas habían crecido, aguas que tenían que pasarse a nado, un río que no se podía vadear. Entonces me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Me llevó y me hizo volver a la orilla del río. Y cuando volví, he aquí, en la orilla del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Y me dijo: Estas aguas salen hacia la región oriental y descienden a la Arabá; luego siguen hacia el mar y desembocan en el mar; entonces las aguas del mar quedan purificadas. Y sucederá que dondequiera que pase el río, todo ser viviente que en él se mueve, vivirá.

Malvim explica que en capítulo anterior en el versículo 1 ya había hecho alusión a la fuente de agua en medio de Jerusalem, ahora especifica que esa fuente de agua (la Tora) desbordará hacia todos lados y se beneficiarán también los demás pueblos.

Especifica que será lo mismo en verano y en invierno, porque en invierno, en Israel, los arroyos suelen llenarse por las lluvias del invierno y fluyen acaudaladamente, sin embargo, en el verano, que no llueve, se secan. Sin embargo, con estas aguas que saldrán desde Jerusalem, no ocurrirá así, sino que nunca se secará, aun en las peores épocas.

Y el Señor será rey sobre toda la tierra; aquel día el Señor será uno, y uno Su Nombre.

En ese día, todos los pueblos de la tierra reconocerán a Dios como verdadero y cada cual abandonará su idolatría.

Sabrán que Él es el que maneja toda la naturaleza, y nada puede anteponerse a Su voluntad.

Acorde a los sabios judíos, la idolatría comenzó en un principio por una pequeña desviación, que con el tiempo se fue alejando cada vez más. Así, al principio, fue solamente el cambio de Nombre, no se referían a Dios, sino a Sus actos (Creador, Juez, Todopoderoso, etc.), no obstante, seguían refiriéndose al mismo Dios, con el tiempo, fueron alejándose cada vez más y pensaron que el Creador era un ente y el Juez era otro, y así sucesivamente, hasta llegar a la ridiculez pagana y mitológica de imaginar varias deidades.

Toda la tierra se volverá como una llanura desde Gueba hasta Rimón, al sur de Jerusalem; pero ésta se levantará y será habitada en su lugar desde la puerta de Biniamín hasta el lugar de la puerta Primera, hasta la puerta del Interior, y desde la torre de Jananel hasta los jardines del rey. 

El tamaño de la ciudad de Jerusalem, acorde a los límites que menciona en este versículo, es aproximadamente el tamaño que tiene la ciudad hoy en día.

Rashí explica que, si bien, los alrededores de Jerusalem son todos montes, más altos que el de Jerusalem, en ese entonces toda la tierra se volverá una planicie y el único monte que sobresaldrá será Jerusalem.

Recalcando que, no se tratará de que Jerusalem será trasladada a otro sitio de llanuras, sino que en el mismo lugar que estuvo siempre, allí mismo ocurrirá este milagro y que la ciudad de Jerusalem se extenderá mucho hacia todos los puntos cardinales y será habitada por muchas personas, en contraste con lo que era en la época del profeta Zejariá en que era pequeña la ciudad y no muy habitada.

En el ámbito simbólico, representa que, todas aquellas civilizaciones que hoy en día son tan preponderantes y sobresalen en la cima de la fama, en el futuro, quedará demostrado que todas ellas son falsas, y por lo tanto serán rebajadas, quedando en alto solamente Jerusalem con sus verdaderos y eternos valores que siempre pregonó.

Límites Municipales de Jerusalem hoy en día

 Y habitarán en ella y no habrá más maldición; y Jerusalem habitará en seguridad. 

Malvim explica que cuando dice: habitarán en ella, se refiere a que a partir de ese momento vivirán para siempre en Jerusalem. Cuando dice:  no habrá más maldición hace alusión a que no volverá a estar deshabitada, tal como lo estuvo durante el exilio. Y cuando dice: habitará en seguridad se refiere a que no será como en el pasado que había guerras.

Esta será la plaga con que el Señor herirá a todos los pueblos que han hecho guerra contra Jerusalem: se pudrirá su carne estando ellos aún de pie, y se pudrirán sus ojos en sus cavidades, y su lengua se pudrirá en su boca.

Acorde a la opinión de los comentaristas Rashí, Radak y Metzudat David esta plaga ocasionaba que sus órganos se infecten y se pudran dentro de ellos. Aparentemente esto ocurría por dentro, sin que ellos se percataran (y por lo tanto no podrían tratarse) y cuando se daban cuenta, ya era demasiado tarde para curarse.

Esta enfermedad, causaba que pierdan la vista y una infección (herpes o llagas) en toda la boca, de forma tal que tampoco podrían comer.

 Y sucederá aquel día que habrá entre ellos un gran pánico del Señor; y cada uno agarrará la mano de su prójimo, y levantará su mano contra la mano de su prójimo. 

Dios hará recaer sobre ellos una gran confusión, tal como explicamos en el versículo 12:4.

Metzudat David y Malvim dicen que, en esa gran coalición de pueblos que vendrán a luchar contra Jerusalem, cuando uno quiera ayudar al otro que estará decayendo, éste sospechará de su ayuda pensando que lo quiere derribar y se pondrá en su contra y se pelearán entre ellos.

También Yehudá peleará en Jerusalem; y se amontonarán las riquezas de todas las naciones circunvecinas: oro, plata y vestidos en gran abundancia. 

Tal como dijo en 12:2 En aquel momento, también los hombres de Yehudá, estarán entre los que luchan contra Jerusalem, pues, tal como explican Radak, Metzudat David y Don Isaac Abarbanel, cuando los demás pueblos suban para guerrear contra Jerusalem, primero conquistaran las demás aldeas y ciudades que pertenecen a Yehudá y que están en el camino a Jerusalem, y al caer estas ciudades, los hombres de Yehudá serán tomados como prisioneros. En la antigüedad, los prisioneros eran obligados a luchar junto a sus nuevos amos, es por eso que también los hombres de Yehudá, en contra de su voluntad, debían participar activamente del sitio a la ciudad de Jerusalem.

No obstante, cuando Dios envíe la plaga y destruya a los enemigos, entonces la gente de Yehudá que estarían allí, no serían víctimas de esa plaga, ellos serán los primeros en recoger el botín que dejarán esos pueblos que vinieron a luchar contra Jerusalem.

Como aquella plaga así será la plaga del caballo, del mulo, del camello, del asno y de todos los animales que haya en aquellos campamentos. 

Este versículo es bastante similar al que relató en el capítulo 12:4 en donde dice: En aquel día, declara el Señor, heriré a todo caballo con pánico, y a su jinete, de locura. Pero sobre la casa de Yehudá abriré Mis ojos, y heriré de ceguera a todo caballo de los pueblos

Los animales sufrirán la misma plaga que afectaría a los hombres que mencionó en el versículo 12.

Y sucederá que todo sobreviviente de todas las naciones que fueron contra Jerusalem subirán de año en año para prosternarse ante el Rey, el Señor de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de Sucot. 

Radak explica que este versículo se refiere a aquellos que, al ver las obras de Dios durante la guerra, se volvieron a Dios con todo su corazón y desistieron de guerrear contra Israel. Ellos serán los que suban a Jerusalem año tras año.

El motivo de que suban a Jerusalem durante la fiesta de Sucot, según Radak, es porque esa guerra sucederá durante esa época, es por eso que, cada año, para conmemorar esa fecha, suben a Jerusalem.

Don Isaac Abarbanel concuerda con todo lo dicho por Radak, y agrega que cuando dice: para prosternarse ante el rey se refiere a que todos los pueblos se prosternarán delante del Mashiaj que será impuesto por Dios y aceptarán su autoridad.

Daat Mikrá, sostiene que se trata de todos aquellos hombres de los demás pueblos que no hayan subido para guerrear contra Jerusalem,

Y sucederá que los de las familias de la tierra que no suban a Jerusalem para prosternarse ante el Rey, el Señor de los ejércitos, no recibirán lluvia sobre ellos. 

Rashí explica que aquellos pueblos que no suban no recibirán lluvias durante ese año, pues en la festividad de Sucot, es cuando se piden las lluvias para todo el año, y éstas son vitales para la subsistencia humana. Debemos recordar que la única fuente de agua dulce son las lluvias, pues los lagos y ríos provienen de los deshielos o el agua de lluvia que escurre hacia los lagos o el mar por medio de los ríos, también la nieve es producto de la lluvia bajo temperaturas extremas.

Por otro lado, toda la vegetación cultivos y agricultura, dependen del agua dulce, como así también el ganado y el resto de los animales y aves que se alimentan de semillas o vegetales, en última instancia dependen de la lluvia.

El precepto de las cuatro especies vegetales (1. el lulav- Hoja de palmera, 2. el Etrog- citrón, 3. Hadas- las ramas de mirto y 4. Arava- las ramas de sauce) que se deben juntar en la fiesta de Sucot, además de su significado profundo, también tiene que ver con la lluvia, pues cada una de estas especies tiene necesidades distintas de agua, las hojas de sauce se marchitan al cabo de uno o dos días sin agua, la rama del mirto suele durar una semana sin agua, la hoja de palmera datilera puede mantenerse verde aun varias semanas después de ser cortada y por último el Etrog que puede durar meses antes de marchitarse.

Don Isaac Abarbanel explica que, las lluvias en su tiempo son una señal de la Providencia Divina que vela sobre el género humano y le provee de sus necesidades más básicas. Y por ser que en la época mesiánica todos los pueblos se volverán a Dios y Lo servirán, entonces todos ellos gozarán de la Providencia Divina y no estarán sujetos a las leyes naturales, sino que Dios velará por todas sus necesidades, es por eso que, si no son conscientes de ello (que dependen de Dios) y no piden por el agua, entonces Dios no se las proveerá.

Y si la familia de Egipto no sube ni viene, entonces sobre ellos no habrá lluvia; será la plaga con la cual el Señor herirá a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 

El motivo por el cual menciona a Egipto específicamente, es porque, a diferencia de las demás tierras, Egipto no precisa de las aguas de lluvia para regar sus campos, sino que el delta del Nilo con sus desbordes, es el que riega sus cultivos, por lo tanto, ellos podrían pensar que no precisan subir a Jerusalem para reconocer a Dios y pedir por su sustento. Es por eso que dice que además de que no tendrán lluvias, también les acaecerá el mal, pues sufrirán de otras plagas.

Este será el castigo de Egipto y el castigo de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 

No solo Egipto, sino que todas aquellas naciones que se sientan autosuficientes y que no teman la falta de lluvia, a todos ellos que no suban, sufrirán las consecuencias de plagas, sequias o hambre, y se darán cuenta que su manutención depende de Dios y por lo tanto a Él deben reconocer y servir.

En aquel día estará grabado en los cascabeles de los caballos: “Santidad al Señor”. Y serán las ollas en la casa del Señor como los tazones delante del altar. 

Acorde a la opinión de Metzudat David, se trata de los cascabeles de oro y plata con los que se adornaban la crin de los caballos de guerra. Luego de la plaga que mencionó en el versículo 15 y que todos murieran en la guerra, entonces consagran a Dios esos cascabeles como recuerdo y reconocimiento de ese gran milagro que obró. Con el metal de esos cascabeles, se harán ollas para el servicio Divino en el Templo.

Don Isaac Abarbanel opina que la multitud de pueblos que subirán a Jerusalem trayendo sus ofrendas y montando a caballo, cada uno de ellos colgará sobre la crin de sus corceles un adorno que dirá: Santidad al Señor para expresar con honor y orgullo, que él es uno de los que va a Jerusalem a prosternarse ante Dios. 

Radak, dice que, en aquel entonces, serán tantas las ofrendas que se traigan al Templo, que las ollas en donde se brindaban estas ofrendas serán tan abundantes como los tazones, que eran muchos.

Y toda olla en Jerusalem y en Yehudá será consagrada al Señor de los ejércitos; todos los que ofrezcan sacrificios vendrán y tomarán de ellas y en ellas cocerán; y no habrá más Cnaanim en la casa del Señor de los Ejércitos en aquel día.

Todos los comentaristas opinan que, a causa de la gran multitud de personas que vendrán, será necesario consagrar todas las ollas y vasijas de Jerusalem y de Yehudá, para que puedan ser utilizadas en el Templo.

Rashí sostiene que cuando dice: Cnaani, se refiere a personas pobres, y el significado es que, en aquella época, no habrá gente necesitada en Jerusalem.

Otros opinan que se refiere a que, en aquella época, serán tanos los que se ofrezcan a ayudar y servir a Dios de una u otra manera, que ya no harán falta el servicio de los Guibonim (que era uno de los pueblos cnaanitas que engañaron a Yehoshua para que no los ataque, y éste los puso como aguateros y leñadores para proveer al Templo) Tal como dice en Ieshaiahu al final de su libro en 66:20:  Entonces traerán a todos vuestros hermanos de todas las naciones como ofrenda al Señor, en caballos, en carros, en mulos y en camellos, a Mi Santo Monte, Jerusalem dice el Señor, tal como los hijos de Israel traen su ofrenda de grano en vasijas limpias a la casa del Señor.  Y también tomaré algunos de ellos para sacerdotes y para Leviim, dice el Señor.