Linea de tiempo
Zejariá
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1
Los caballos
Las visiones de Zejaria
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2
Los cuernos y el hombre que tenía en su mano un cordel de medir
Las visiones de Zejaria
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3
Iehoshúa el Sumo Sacerdote
Las visiones de Zejaria
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3
Iehoshúa el Sumo Sacerdote
Las visiones de Zejaria
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4
El candelabro y Zerubabel
Las visiones de Zejaria
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5
El rollo, la Efá y las mujeres
Las visiones de Zejaria
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6
Los carros y la elaboración de coronas
Las visiones de Zejaria
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7
La cuestión de los ayunos y la respuesta del profeta
La comitiva de Babel y la respuesta del profeta
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8
Profecía de redención
La comitiva de Babel y la respuesta del profeta
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9
Castigo a los pueblos y salvación
castigo a los pueblos y salvación
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10
Salvación para Iosef y Iehudá
castigo a los pueblos y salvación
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11
Castigo a los pueblos y el episodio del pastor
castigo a los pueblos y salvación
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12
Castigo para aquellos que acechan a Ierushalaim
castigo a los pueblos y salvación
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13
La eliminación de los profetas falsos
castigo a los pueblos y salvación
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14
La guerra de Dios contra los pueblos en Ierushalaim
castigo a los pueblos y salvación
lior
Zejariá 3 Versículo 1
Entonces me mostró al sumo sacerdote Yehoshua, que estaba delante del ángel del Señor; y el Satán estaba a su derecha para acusarlo.
Acorde a la opinión de Daat Mikrá, tal como anteriormente, había mencionado en el versículo 9 del capítulo 1: Entonces dije: ¿Quiénes son éstos, mi Señor? Y el ángel que hablaba conmigo me dijo: Te mostraré quienes son éstos, se trata del mismo ángel que le mostraba a Zejariá estas imágenes para transmitirle un mensaje.
A pesar que el Templo no estaba aun terminado, no obstante, aun desde los días de Ezra, ya se había construido el altar y sobre él se ofrecían las ofrendas, es por eso que había ya un Cohen Gadol, sumo sacerdote.
Hay quienes sostienen (Abram Ibn Ezra y Don Isaac Abarbanel entre ellos) que cuando Zejariá tiene esta visión, Yehoshua ya había fallecido, y es por eso que recalca que Yehoshua estaba delante del ángel del Señor es decir, su alma está ante Dios, después de que ya había fallecido, por lo tanto, todo esto tiene un sentido simbólico que explicaremos más adelante.
Con respecto al significado del término Satán, en el judaísmo no tiene la acepción que se le otorga en otras religiones. No se trata de ningún demonio ni de un dios del mal, sino que tal como su nombre lo dice, Satán, en hebreo, quiere decir: el que desvía, el que aparte a alguien del camino en que va. La función de este emisario creado por Dios y sumido plenamente al servicio de Dios, representa en la naturaleza los impulsos, pasiones y apetitos del ser humano, todas aquellas tentaciones que empujan al ser humano a hacer cosas que no son tan correctas y es lo que, en definitiva, le otorga al ser humano la capacidad del libre albedria, pues merced a esa tentación, es que puede elegir él dejarse seducir por sus paciones y desviándose del buen camino, o ser fuerte y apegarse al bien, de esta manera se hace meritorio de una gran recompensa. ES por eso, que este mismo Satán, es el que acusa al individuo, pues es el testimonio que esa persona se ha desviado del camino correcto.
En este caso, en la visión de Zejariá, el Cohen Gadol, está siendo acusado por el Satán, que estaba a su derecha, pues es allí en donde se colocaba el acusador, a la derecha del acusado.
Don Isaac Abarbanel opina que cuando dice: estaba a su derecha se refiere a los descendientes de Yehoshua, específicamente a Matatiahu Cohen Gadol y sus hijos los Macabim, que lucharon contra los griegos. Y por su valentía y grandeza, el texto los denominó como si fueran la mano derecha de Yehoshua el fiel sumo sacerdote de Dios. El Satán, representa al malvado emperador griego Antiojus que luchó contra ellos para que abandonasen a Dios y se plieguen al helenismo y que acepten a los dioses griegos, cosa que, como es sabido, los macabeos no aceptaron y lucharon feroz y valientemente contra un enemigo que los superaba en número, poder y estrategia de guerra, obrando Dios con ellos un gran milagro como lo remembramos en la fiesta de Janucá.
Acorde a la opinión de Daat Mikrá, lo que representa es que, había algo que ponía en tela de juicio si realmente Yehoshua era digno de ocupar ese cargo de sumo sacerdote.
Otros comentaristas contemporáneos, sostienen que se refiere a que tal vez, Yehoshua no fue lo suficientemente insistente y perseverante para convencer al pueblo y a Zerubabel, para abocarse a la construcción del Templo.
Zejariá 3 Versículo 2
Y el Señor dijo al Satán: El Señor te reprenda, Satán. Repréndate el Señor que ha escogido a Jerusalem. ¿No es éste un tizón arrebatado del fuego?
Daat Mikrá recalca, que el que le habla al Satán es el ángel que hablaba con Zejariá.
Don Isaac Abarbanel dice que, al referirse a este Satán, como el enemigo griego, entonces Dios lo castigará por dos razones:
1. Por su propia maldad y la crueldad con que trataba los demás pueblos.
2. Por haber tenido el atrevimiento de presentarse en Jerusalem y pretender imponer allí los dioses paganos de Grecia, justamente en Jerusalem que es la ciudad que Dios escogió para que Lo sirvan.
Es por eso que repite dos veces que Dios reprenda al Satán, y en la segunda agrega a Jerusalem.
Cuando dice: un tizón arrebatado del fuego de acuerdo a la literalidad del texto, se refiere a que Yehoshua es un sobreviviente del fuego que destruyó a Jerusalem y el primer templo.
Acorde al Midrash (estudio esotérico) en el Talmud Yerushalmi, tratado Taanit capítulo 4, dice que, cuando se destruyó el primer Templo, 80.000 hijos de los cohanim fueron arrojados al fuego, y uno de los pocos sobrevivientes de esa matanza fue Yehoshua, quien luego se convirtiera en el sumo sacerdote.
Zejariá 3 Versículo 3
Y Yehoshua estaba vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel.
Los comentaristas dicen que las ropas sucias representan a las malas acciones que cometió.
Radak dice que el texto, utilizó un lenguaje discreto y alegórico para referirse a los errores de Yehoshua. En este caso hace alusión a sus descendientes, Pues la ropa no es su cuerpo, sino algo que va unido a él, y entre los descendientes de él, algunos de ellos, se casaron con mujeres no judías y Yehoshua no los amonestó lo suficiente, y ellos continuaron unidos a esas mujeres; algunas de ellas eran hijas de líderes de otros pueblos que eran hostiles hacia Israel, como por ejemplo la hija de Sanbalat, tal como lo cita en el libro de Ezra.
Don Isaac Abarbanel, en cambio, dice que se refiere a la época de los macabeos, cuando éstos una vez que derrotaron a los Griegos, con la ayuda milagrosa de Dios, ellos asumieron el reinado de Israel, lo que se conoció con el nombre del reinado de los Jashmonaim; y acorde a la ley judía, los sacerdotes no podían ocupar el cargo de rey, y éste, a los ojos de los sabios de Israel, fue un error que cometieron los macabeos. Más aun, el linaje del rey de Israel, debe venir de la casa del rey David y ninguno de los macabeos, al ser cohanim, pertenecían a la dinastía de David. Es por eso que dice que sus ropajes estaban sucios, pues los sacerdotes no pueden vestirse con las ropas de la nobleza, sino con las vestimentas sacerdotales que Dios estipuló para ellos en la Tora.
El comentarista contemporáneo, Dr. Jagui Ben Artzi, sostiene que las ropas sucias que vestía el sumo sacerdote, representan que tal vez se debía a que fue dejado de lado, apartado, y confinado al santuario, a una labor meramente protocolar, pues las ropas sucias hacen que los demás se alejen de él. Es por eso que el profeta habla de que Yehoshua volverá a tener su rol importante en la conducción del pueblo, velando por la parte espiritual, a eso hace alusión lo que dice en el próximo versículo cuando dice: y te vestiré de ropas de gala.
Más aun, se enfatiza en lo que dirá en el próximo capítulo cuando habla acerca de Zerubabel que era el líder político/militar del pueblo y allí dice: Esta es la palabra del Señor a Zerubabel: “No por la bravura ni por la fuerza, sino por mi Espíritu” dice el Señor de los ejércitos. Es decir, no solamente hace falta la dirección política del pueblo, sino también la cuestión espiritual que recaía principalmente en el sumo sacerdote.
Zejariá 3 Versículo 4
Y éste habló, y dijo a los que estaban delante de él: Quitadle las ropas sucias. Y le dijo a él: Mira, he quitado de ti tu iniquidad y te vestiré de ropas de gala.
Como respuesta a lo que había dicho en el versículo 2, Dios ordena que le quieten las ropas sucias a Yehoshua, insinuando con ello, que los errores que representaban una mancha en él, ya le fueron quitados.
Acorde a la opinión de Daat Mikrá, cuando dice: los que estaban delante de él se refiere a los ángeles que están ante Dios.
Rashí, sostiene que al decir: Quitadle las ropas sucias se refiere a que los descendientes de Yehoshua abandonen a las mujeres paganas con las que se habían casado.
El comentarista Metzudat David, juntando estas dos opiniones anteriores, explica que esto se refiere a que ordenó a sus enviados, los profetas, Quitadle las ropas sucias se refiere a que ellos amonesten a los descendientes de Yehoshua para que se divorcien de las mujeres paganas, algo que, aparentemente, Yehoshua no había hecho apropiadamente, o (como sugiere Malvim) ellos solos se dieron cuenta de su error y se alejaron de aquellas mujeres; de uno u otra manera, su error estaría reparado; es por eso que en seguida dice: he quitado de ti tu iniquidad.
Cuando dice: y te vestiré de ropas de gala se refiere, a que, una vez que haya quitado los errores que había hecho, entonces resaltarán solamente las cosas meritorias que ha hecho, es por eso que, en la alegoría de las ropas, sería como lucir ropaje de gala.
Don Isaac Abarbanel, continuando con la explicación que había dado a esta visión, que en realidad no se refiere a los descendientes cercanos de Yehoshua que habían tomado mujeres paganas como esposas, sino que se refiere a los descendientes más lejanos: los Macabeos, que, si bien lucharon heroicamente contra los griegos y no sucumbieron a la asimilación helenística, no obstante, una vez que desterraron al enemigo de la tierra de Israel y se independizaron, los Macabeos, que eran cohanim, se ungieron como reyes del pueblo, algo que, como dijimos anteriormente en el versículo anterior, era algo que contradice lo que la tora dice. Es por eso que al decir: Quitadle las ropas sucias se refiere a que les quiten los ropajes reales que no son dignos de ser vestidos por los cohanim y que en cambio sean vestidos con las ropas apropiadas para los sacerdotes, lo que indica que volverán a sus funciones y rangos de cohanim al servicio de Dios en el santuario y la educación y bienestar espiritual del pueblo, y no dedicarse a la cuestión política. Eso que Dios hace, no debe interpretarse como que le está haciendo algo malo o limitándolo, al quitarle el reinado de manos de los Macabeos, sino que es por su bien, pues el rango de sacerdocio, es, a los ojos de Dios, más elevado, a esto se refiere cuando dice: Y le dijo a él: Mira, he quitado de ti tu iniquidad y te vestiré de ropas de gala.
Zejariá 3 Versículo 5
Después dijo: Que le pongan un turbante limpio en la cabeza. Y le pusieron un turbante limpio en la cabeza y le vistieron con ropas de gala; y el ángel del Señor estaba parado allí.
Continua Don Isaac Abarbanel diciendo, que, al ser que los Macabeos, una vez que derrotaron a los griegos, hubiera sido apropiado que se pongan un turbante limpio en la cabeza, que representa el raciocinio y descernimiento, pues luego de su valerosa guerra contra los griegos, ellos deberían haber cedido el reino en manos de un hombre de la dinastía de David, pero aun en el caso de que ellos, por sí mismo no tuvieran la entereza de abandonar la corona en manos de alguien del linaje del rey David, como sería lo correcto, entonces lo más apropiado es que el pueblo, o los ministros sean los que le pongan un turbante limpio en la cabeza es decir, hacerlos volver a sus meritorias funciones de cohanim.
Zejariá 3 Versículo 6
Entonces el ángel del Señor amonestó a Yehoshua, diciendo:
Luego de que Dios amonestó al Satán, es decir, una vez que “borró” o quitó los errores de Yehoshua, los cuales eran como una mancha en su ropa, Dios se dirige a Yehoshua exigiéndole un compromiso a cambio de lo que Dios ha hecho por él.
Si bien Dios es bondadoso y magnánimo, Él no deja pasar las cosas, es por eso que si bien lo perdonó y ha borrado el error de Yehoshua (o de sus descendientes) no obstante, lo amonesta, y le exige un compromiso, como veremos en el próximo versículo.
Zejariá 3 Versículo 7
Así dice el Señor de los ejércitos: “Si anduviereis en Mis caminos, y si guardareis Mis ordenanzas, también tú gobernarás Mi casa; además tendrás a tu cargo Mis atrios y te daré libre acceso entre éstos que están aquí parados.
Daat Mikrá explica que cuando dice: Mis caminos, se refiere al camino de la justicia y misericordia y cuando dice: Mis ordenanzas se refiere a las leyes y requisitos que el sacerdocio impone.
Malvim dice que: Mis caminos se refiere a las cualidades morales, y cuando dice: Mis ordenanzas se refiere a los preceptos y obligaciones.
Si los sacerdotes, los descendientes de Yehoshua se mantienen en ese camino, entonces podrán mantenerse en ese cargo por muchos años más.
Mi casa hace alusión al pueblo de Israel, pues la función de los sacerdotes era también educar al pueblo en el camino correcto.
Mis atrios se refiere a todo lo concerniente con el servicio en el Templo.
Si realmente se mantendrán en ese camino fiel, entonces serán dignos de ser contados entre aquellos sumos sacerdotes que fueron hombres piadosos y elevados, que sobre ellos se posaba la inspiración Divina y que al entrar al Sancto Sanctórum no morían a causa de la santidad del lugar.
De esta forma, el Satán, que acusa y pone en tela de juicio el mérito de él y sus descendientes de ocupar un puesto tan prestigioso, será acallado, tal como lo hizo Dios en esa oportunidad.
Si bien, este versículo está dirigido a Yehoshua, la mayoría de los comentaristas concuerdan que se refiere a él y su descendencia.
Zejariá 3 Versículo 8
Escucha ahora, Yehoshua, sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan ante ti, todos son hombres dignos, pues he aquí que Yo voy a traer a Mi siervo, el retoño.
Los compañeros a los que se refiere este versículo, son aquellos hombres que fueron dignos y meritorios de que Dios obre por ellos grandes cosas, ya sea manteniéndolos vivos en el exilio y no permitir que sean extinguidos tal como lo planeó Aman, o los que volvieron y tendrán el mérito de reconstruir a Jerusalem y el Templo de Dios.
Cuando dice: el retoño se refiere al Mashiaj, que es el retoño de la dinastía de David.
Zejariá 3 Versículo 9
Porque he aquí la piedra que he puesto delante de Yehoshua, sobre esta única piedra hay siete ojos. He aquí, Yo tallaré sobre ella adornos, declara el Señor de los ejércitos, y quitaré la iniquidad de esta tierra en un solo día.
El comentarista Radak, dice que se refiere a la piedra fundamental con la que se iniciará la construcción del Templo, y que esa construcción tendrá una protección especial por parte de Dios, a eso hace referencia cuando dice: hay siete ojos se refiere a los 7 hombres especiales que trabajaran por la construcción del Templo: Yehoshua, Ezra, Zerubabel, Nejemiá, Jagai, Zejariá y Malají.
Otros explican que se refiere a que gozarán de una providencia especial que los protegerá de los peligros que los acometan para la construcción, ya sean que vengan desde los cuatro puntos cardinales, de arriba o de abajo o aun desde adentro mismo del pueblo de Israel.
Y en el futuro, podrán vivir en paz y armonía sin peligros ni temor de los pueblos vecinos que los amenazaban y los delataban ante el emperador de Persia.
Don Isaac Abarbanel explica que cuando dice he aquí la piedra se refiere a lo que había dicho nuestro patriarca Yaacob (Bereshit 28:22) cuando soñó el sueño de la escalera, que dijo que aquella piedra sobre la que se acostó, construirá con ella una casa para Dios.
Don Isaac Abarbanel sugiere que este versículo en realidad se refiere al tercer Templo, y es por eso que dice: Yo tallaré sobre ella que en aquella época será Él el que lo construya, y entonces ya no será como el primero en el cual había entre el pueblo asesinatos, idolatría etc., o como en el segundo Templo que dentro del pueblo se peleaban unos con otros, sino que en aquella época ya no habrá esos pecados: quitaré la iniquidad de esta tierra.
Zejariá 3 Versículo 10
Aquel día, declara el Señor de los ejércitos, invitaréis cada uno a su prójimo bajo su parra y bajo su higuera."
En aquel entonces, cuando reine paz y la tranquilidad, entonces los hijos de Israel vivirán en armonía y felicidad unos con los otros.
El ejemplo de la parra y la higuera representa la abundancia material y que a nadie le faltarán sus necesidades básicas y estará cada cual feliz con lo que tiene sin envidiar a su vecino.