Pedid lluvia al Señor en el tiempo de la lluvia tardía; el Señor hace los nubarrones; Él les dará aguaceros, y hierba en el campo a cada hombre.

Malvim dice que la relación entre este versículo con lo que había dicho en el capítulo anterior es que, así como había dicho en el último versículo:   Pues ¡Qué bueno y cuánta es su hermosura! Como el trigo son sus jóvenes y como el vino sus doncellas en donde había explicado simbólicamente que el pueblo dice que no precisan la riqueza de las joyas, sino que, se alegrarán con tener lo qué comer y beber, es por eso que solo piden lluvia para los campos.

Metzudat David explica que Dios les dice a los de aquella generación que lo pongan a prueba, que pidan lluvia y verán como Él les responderá, vendrán nubes de lluvia que darán agua suficiente para regar los campos y la hierba.

en el tiempo de la lluvia tardía Radak dice que, se refiere a la lluvia del final del invierno, pues en primavera y verano ya no caen lluvias en la tierra de Israel, y la idea es que, aun hasta el último momento Dios les enviará lluvia si ésta es necesaria.

hierba en el campo a cada hombre esto se refiere a que, aunque un solo hombre precise lluvia para la hierba de su campo, aun así, Dios hará que caiga lluvia para ese campo específicamente. Es decir, Dios velará por las necesidades de cada uno y uno, y así podrán comprobar que Dios está con ellos y los bendice.

Porque los ídolos paganos hablan iniquidad, y los adivinos ven visiones mentirosas, y cuentan sueños falsos; en vano dan consuelo. Por lo tanto, el pueblo vaga como ovejas, está afligido porque no hay pastor. 

Metzudat David explica que el profeta les está recriminando que en el pasado, sus padres, en lugar de haber obedecido a Dios, ellos habían recurrido a todo tipo de ídolos paganos y adivinos, que les prometían cosas falsas y les deparaban un buen porvenir a pesar que ellos iban por el mal camino, lo que finalmente los llevó a la perdición y al exilio, tal como ocurre con un rebaño de ovejas que pastorean solas sin un pastor, cada vez se van alejando más, y pueden entrar en campos peligrosos, ya sea por los depredadores o porque hay acantilados, o que puedan ser atrapadas, etc.

Radak agrega a todo esto que, en realidad, luego que ellos mismos fueron testigos de todo eso, pueden comprobar que todas las palabras de los profetas de Dios se han cumplido, mientras que, las falsas profecías de bienestar, que pregonaban los falsos profetas idólatras de la época de la destrucción del primer Templo, no se cumplieron.

Don Isaac Abarbanel explica este versículo, no sobre el pueblo de Israel, sino sobre los enemigos, en este caso los griegos, y dice que, en realidad, ellos subirán a la tierra de Israel para conquistarla, basados en lo que sus ídolos paganos les pregonaban de que triunfarían y ganarían, pero en realidad, todas esas premoniciones son falsas.

Contra los pastores se enciende Mi ira, y a los machos cabríos castigaré; porque el Señor de los ejércitos ha recordado a Su rebaño, la casa de Yehudá, y hará de ellos como Su caballo de honor en la batalla. 

Rashí explica que cuando dice: pastores se refiere a los líderes de los pueblos que exiliaron a Israel, Nabujadnetzar y Sanjerib. Y cuando dice: machos cabríos se refiere a los capitanes y jefes del ejército enemigo.

Metzudat David dice que todo esto se refiere a la época mesiánica, y en aquel momento Dios castigará a todos los reyes de los demás pueblos que han hostigado a Israel y a sus ejércitos.

La comparación con el caballo, es porque este animal representaba la bravura y la arrojo en la batalla, y así Dios infundirá valor y valentía en el corazón del pueblo de Israel para que luchen contra sus enemigos.

Ibn Ezra y Radak, en cambio, sostienen que todo esto se refiere a la lucha contra el imperio griego y Antiojus, en donde los macabeos apabullaron al ejército griego.

Malvim hace notar que, si bien anteriormente había comparado al pueblo de Israel como un rebaño de ovejas que vagaba sin rumbo y sin pastor, ahora los convertirá en caballos fuertes y osados.

Hay comentaristas modernos, que traen a colación estos versículos y los comparan con la situación actual de Israel en que, si bien durante dos mil años habían sido sometidos sin oponer resistencia, en la actualidad el pueblo de Israel se levantó y presentó batalla contra sus enemigos.

De él saldrá la piedra angular, de él la lanza, de él el arco de guerra, de él todo gobernante; todo junto. 

Acorde a la opinión de los comentaristas, esto hace alusión al gran cambio que experimentará el pueblo de Israel, pues ya no serán gobernados por reyes de otros pueblos, sino que del mismo pueblo de Israel saldrá su líder, tendrán un ejército fuerte y junto a él lucharán y se defenderán de sus enemigos.

Esta explicación es correcta, tanto para aquellos que sostienen que se refiere a la época mesiánica, como aquellos que dicen que se refiere a la época de los macabeos que se levantaron contra los griegos y los expulsaron.

También en la actualidad, con la ayuda e inspiración de Dios, nos hemos convertido en un estado poderoso con un gran ejército.

serán como valientes, que huellan (al enemigo en) el barro de las calles; pelearán, porque el Señor estará con ellos, y serán avergonzados los que montan a caballo.

Este versículo pregona que, a pesar que no poseían elementos para la guerra ni estaban entrenados para la guerra ni disponían de experiencia en el campo de batalla, no obstante ello, igualmente lucharán contra sus enemigos y Dios los hará triunfar, tal como sucedió con los macabeos contra los griegos, que a pesar que los macabeos eran sacerdotes y no disponían de entrenamiento para la guerra, igualmente, lograron derrotar al poderoso ejército griego que disponía de una gran maquinaria de guerra con elefantes, caballos, arqueros, etc.

También, en la actualidad, Dios le concedió a Israel la capacidad de disponer de avanzadas armas y tecnología, fabricadas por ellos mismos, con los que logra defenderse de los ataques enemigos y derrotar a sus adversarios en la batalla.

Fortaleceré la casa de Yehudá y la casa de Yosef salvaré, y los haré volver porque Me he compadecido de ellos; y serán como si no los hubiera rechazado, porque Yo soy el Señor su Dios, y les responderé. 

Metzudat David explica que, cuando dice: la casa de Yosef se refiere a las 10 tribus perdidas.

Don Isaac Abarbanel hace notar, que primero menciona a la tribu de Yehudá, y luego a la casa de Yosef que representan a las 10 tribus restantes, esto es así, porque en los tiempos mesiánicos, será la tribu de Yehudá la que comenzará a fortificarse y volver a Dios, luchando contra sus enemigos y volviendo a sus raíces y a su propia tierra, y recién después, Dios hará regresar a las otras tribus, las que se asentarán en la tierra de Israel y así todo volverá a ser como había sido en un principio, en la época de David y Dios estará cercano a ellos, protegiéndolos con su providencia Divina y respondiendo a sus rezos.

Efraín será como un valiente, y se alegrará su corazón como el vino; sus hijos lo verán y se alegrarán, y se regocijará su corazón en el Señor. 

Cuando llegue esa época, las 10 tribus, que fueron mencionadas en este versículo bajo el nombre de Efraim (tal como lo hacían los antiguos profetas) entonces ellos también lucharán contra los que los habían sometido y volverán a la tierra de Israel con alegría, tal como el vino que alegra el corazón de los hombres.

Luego sus hijos, que ya no precisarán luchar, vivirán alegres y tranquilos.

Les silbaré y los reuniré, porque los he redimido; y serán tan numerosos como lo fueron. 

Los comentaristas, sostienen que aquí se trata de que, al estar exiliado el pueblo de Israel por todos los rincones de la tierra, entonces Dios los reunirá, tal como un pastor que chifla para llamar a su ganado que se encuentra lejano y que vuelvan a él, así Dios los llamará para que vuelvan a su tierra.

Don Isaac Abarbanel, va un paso más adelante, y dice que Dios hará surgir en los exiliados un despertar espiritual y nacional, que los hará querer salir de los países en donde residían, y aun los propios pueblos paganos los expulsarán de sus tierras, y aunque ello parezca algo malo a los ojos del pueblo de Israel, en realidad será para su propio bien, pues los hará regresar a la tierra prometida. Y cuando dice: serán tan numerosos como lo fueron se refiere a que, aun estando en el exilio, no serán pocos, sino que Dios hará que se reproduzcan y sean muy numerosos, tal como había ocurrido en Egipto.

Si bien los esparcí entre los pueblos, aun en las lejanías se acordarán de Mí, y vivirán con sus hijos, y volverán. 

Malvim explica, que a pesar que estén esparcidos por todos los pueblos, aun así, no se olvidarán de Dios, y mantendrán viva la fe en Dios y se las trasmitirán a sus hijos, y vivirán en la diáspora respetando las tradiciones judías, a pesar de la hostilidad de los paganos que los circundan, hasta que llegue el día en que Dios los haga volver.

Tal como podemos ver hoy en día, que el pueblo de Israel regresó desde lugares lejanos, desde Argentina, Australia, México e Irak, Estados Unidos y Rusia, Marruecos y Etiopía.

Los haré volver de la tierra de Egipto, y de Asiria los recogeré; los traeré a la tierra de Guilad y del Líbano, hasta que no haya sitio para ellos. 

Don Isaac Abarbanel dice que se refiere a las diez tribus perdidas, que fueron exiliadas por los asirios, y ellos vivían en las tierras del norte en la zona del Líbano, y en Guilad, al oriente del rio Jordán; no obstante, serán tan numerosos que esas bastas tierras no les alcanzarán.

Pasarán por el mar de la angustia, y herirá las olas en el mar y se secarán todas las profundidades del Nilo; y será abatido el orgullo de Asiria y será apartado el cetro de Egipto. 

Radak explica, que el resto de los pueblos y grandes civilizaciones, que son numerosos como el mar, también ellos pasarán angustias y todas sus grandezas con las cuales se enorgullecen, como si fueran grandes olas, serán desoladas y destruidas por Dios y dejaran de brillar pues se darán cuenta qué cosas bajas y falsas han perseguido y, por lo tanto, ya no tendrán de qué enorgullecerse.

Ibn Ezra sostiene que esto hace referencia a la época de los macabeos, en que, luego que asestaran un gran golpe a la potencia dominante de aquella época que era Grecia, ya ningún otro pueblo se atrevió a enfrentarse contra los judíos.

En el Señor se fortalecerán, y en Su Nombre andarán, palabra del Señor.

En ese entonces, Dios será el que les infunda valentía y fuerza, y abandonarán la idolatría, de forma tal que, todos los pueblos podrán comprobar que Dios los hace triunfar en las batallas, a pesar de toda lógica y desproporción numérica frente a sus cuantiosos enemigos.