¿Había algo bueno en Iftaj?

¿Había algo bueno en Iftaj?

A veces no hay alternativa y se debe conciliar con un liderazgo indigno, simplemente porque no hay otra opción.

Grandes líderes como Ehud, Débora, Barak y Guidón, ya no volvieron a surgir en la segunda etapa del período de los jueces. Después de Abimelej y la masacre de todos los hermanos de la casa de Guidón, ya no nos habremos de sorprender del liderazgo de un juez como Iftaj. El contexto familiar es cuestionable, el grupo allegado a Iftaj son “hombres vacíos” (Versículo 3), el único “bien” es el nombre de la región en el Guilad, y en el final del capítulo él sacrificará a su hija, ya que cree que una promesa no puede ser incumplida (en contraste con el concepto de la Torá, en el capítulo 30 de Bamidbar; y en contraposición con la Halajá). Y el Tanaj no oculta nada.

¿Qué es lo que, de todos modos, Iftaj tenía de bueno?

Él estudió y sabía Torá como historia, y sabía redactar una carta presentable para el rey de Bnei Amón, en la cual defendió el derecho histórico y moral de las tribus israelitas Guiladitas, ante la demanda Amonita para la paz, consistente en restituir “los territorios ocupados”. Con leves diferencias, actualmente se puede pronunciar un discurso de estas características en la ONU, como un discurso israelí histórico y ético. No obstante, la prueba principal en el período de los jueces tenía lugar en la guerra. Después de la misiva, Iftaj fue agraciado con el espíritu del Eterno (un espíritu de valentía, como figura en el Targum Iehonatán), y sabía llevar a cabo una guerra y asestarle a Bnei Amón “un muy duro golpe” (Versículo 33).

Con eso ya era suficiente para hacerse acreedor a un sitio destacado en la historia del Tanaj.

No obstante Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, siguiendo el Tanaj, no se desentendieron de la imagen del líder que era de las “personas viles” (Rosh Hashaná 25b). Ellos elevaron una dura crítica por el hecho de que no haya consultado a un Cohen (Sacerdote), y de que no haya un Cohen que anulara su promesa, o lo instruyera a rescatar a su hija como ofrenda elevada conforme a la voluntad de Dios (Taanit 4a). Sin embargo, de Iftaj y de los ancianos de Guilad aprendieron que a veces no hay opción y se debe conciliar con un liderazgo indigno, simplemente porque no hay otro-“Iftaj en su generación fue como Shmuel en la suya” (Rosh Hashaná 25b). Pero la gran crisis en el liderazgo de los jueces (como en los casos de Guidón y Abimelej) será revelada en la profundidad de la tragedia, en el próximo capítulo.

Gentileza del sitio 929.

 

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