En nuestro capítulo, Kohelet se focaliza en el aspecto social y chequea: ¿Acaso el comportamiento de la sociedad es bueno o deficiente? ¿Acaso hay en ella orden y organización o tal vez un caos sin propósito?
El capítulo 4 de Kohelet está compuesto de una serie de pequeñas unidades, las cuales, aparentemente, no tienen relación alguna. El capítulo comienza con la angustia de los oprimidos, pasa al intento carente de valor de acumular esfuerzo y a la soledad humana, menciona las ventajas de la vida en sociedad y concluye con una afirmación referida al gobierno y a los intentos de hacer en él cambios y revueltas.
¿Cuál es el nexo entre los diferentes temas?
Este interrogante es respondido con numerosas y variadas respuestas. Una pista de la solución puede hallarse en la palabra que se reitera en todas las unidades, la palabra “dos”. El vocablo aparece en cada unidad, al menos una vez: “Y mejor que ellos dos, es el que todavía no ha sido” (Versículo 3), “Hay-quien es- uno y no tiene segundo” (Versículo 8), “Mejores son los dos que el uno” (Versículo 9), “con el niño sucesor” (Versículo 15).
La palabra “dos” manifiesta el abordaje de Kohelet en la sociedad. No pregunta si es que la realidad tiene sentido, sino cual s su modo de desenvolvimiento. Pasa de la vida del individuo a la realidad global, mientras que en este capítulo se focaliza en el aspecto social. Verifica si el comportamiento de la sociedad es bueno o deficiente-si es que en la sociedad hay orden y organización o un caos sin propósito…
La conclusión general expresada por Kohelet en el capítulo, es negativa-“Pues también esto es absurdo y quebranto de espíritu” (Versículo 16). En lugar de orden y organización, encuentra en la sociedad injusticias, soledad y falsas esperanzas de cambio. Kohelet es consciente de las ventajas existentes en la vida en sociedad, y en el transcurso del capítulo menciona la ayuda y la protección que brindan unas personas a otras, pero precisamente a la luz de ello sobresale su desilusión del comportamiento social deficiente en el que no impera un orden sino el caos. Las cualidades que puede tener la vida en sociedad enfatizan la sensación de la vanidad y la frustración de Kohelet con la sociedad, tal como es en realidad.
Sintetizado y editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído de una clase dictada en el Centro de Halajá y Enseñanza.