Los Pelishtim le plantearon a Israel un desafío difícil. Ellos tomaron el control con enorme fuerza y una ventaja tecnológica decisiva. Los hijos de Israel estaban supeditados a la industria filistea, incluso para el pulido de un arado y un hacha.
Desde lo literal, se puede explicar el primer versículo, de este modo-“Tantos años (así lo explicó Rabí Tanjum HaIerushalmi-una generación posterior a Rambam-en el libro de comentarios, citado en “Daat Mikrá”) tenía Shaúl al reinar, y dos años reinó en Israel”, hasta que estalló la guerra con los Pelishtim. Me resulta maravilloso, que los fieles replicadores de la tradición no intentaron completar a partir de una hipótesis o algo de información la edad de Shaúl, que fue borrada y desapareció aparentemente en una fase más temprana.
La primera guerra de Shaúl contra Bnei Amón se llevó a cabo de un modo similar a las guerras de los Jueces, Ehud e Iftaj, pero los Pelishtim eran completamente diferentes. Ellos tomaron el control con enorme fuerza y una ventaja tecnológica decisiva. Los hijos de Israel estaban supeditados a la industria filistea, incluso para el afilado de una reja del arado y las hachas (Versículo 20), y por cada pulido pagaron “dos tercios de siclo” (Versículo 21)-como se halló escrito en las piedras de peso.
Los Pelishtim tomaron el control con facilidad sobre el oeste de Biniamín, aparentemente porque las ciudades de los Guibonim se lo permitieron-y efectivamente, Shaúl luego se vengó de ellos (Shmuel II, Capítulo 21, versículo 1)-y desde Guibón era fácil tomar el control de la montaña. Gracias al férreo control de los varones de Biniamín en las laderas orientales, Shaúl logró conformar allí un núcleo combativo fijo de 3000 combatientes, 2000 de Mijmash (Mijmas) hacia el “monte Beit El” al norte, y mil hacia el sur en la jurisdicción de “Guivat Biniamín” (Versículo 2).
Iehonatán era el osado y el emprendedor a la par de su padre, el cauto-él golpeó a la guarnición filistea, e impuso la batalla decisiva, no obstante, en la primera fase, la ventaja filistea fue determinante. El ejército filisteo se apoderó de la franja norteña hasta Mijmash. Los hombres de Shaúl y muchos de los habitantes se dispersaron y escaparon hasta la ribera del Iardén-quedaron 600 combatientes frente al paso de Mijmash, éste era el último obstáculo ante el ejército filisteo, pero ellos temieron descender al paso, y parece ser que temían de una emboscada sorpresiva en un territorio en el que se sentían en inferioridad de condiciones.
Gentileza del sitio 929