Am Segulá

Am Segulá


Y ahora, si escuchar, escuchareis mi voz, y cuidares Mi pacto, he aquí que serás para Mi, Segulá entre todos los pueblos, porque Mía es toda la tierra.
Preguntas
• ¿Qué significa el término: Am Segulá?
• ¿El pueblo de Israel, es de por sí Am Segulá, o será Am Segulá si cumple determinadas condiciones?
• ¿Acaso, decir que somos Am Segulá, no puede ser considerado como altanero, engreído o racista?
• ¿Por qué Dios eligió al pueblo de Israel para ser Am Segulá?
• ¿Por qué es tan importante ser Am Segulá?
Respuestas 
El término Am Segulá, en la Torá, se utiliza, para denominar algo que es muy preciado, muy querido, muy cercano a él. En nuestro versículo dice: "Segulá mi kol haamim, ki li kol haaretz" De entre todos los pueblos, son los más preciados para Dios, porque Mía es toda la tierra.
Toda la tierra junto a todos los seres humanos, pertenecen a Dios. Por lo tanto, la designación de Israel como preciados, no quiere decir que a Dios no le importa los demás pueblos, al contrario, le interesan, pues todos son Su creación y se preocupa de todos y les otorga sustento a todos, tal como dice en los Salmos: Su misericordia se expando sobre toda Su creación. Otorga pan a toda carne. 
Sin embargo, entre todos los pueblos de la tierra, Dios selecciona al pueblo de Israel, para ser Su pueblo más cercano, más preciado. ¿Por qué? A diferencia de los demás pueblos, el pueblo de Israel, no se formó solo, sino que fue Dios el que los constituyó como pueblo.    
Todos los demás pueblos se formaron solos, ¿Cómo lo hacen? Un grupo de gente con un lenguaje y valores similares, que habitaban un cierto territorio en común y antepasados en común, deciden llamarse con un nombre y ser todos un mismo pueblo. En cambio con el pueblo de Israel, fue Dios el que nos instituyó: Primero, nos sacó de Egipto, luego nos entregó la Torá en el monte Sinaí y nos entregó Su tierra, la tierra de Israel.
Está escrito: Si van a escuchar Mi voz y respetar el pacto, entonces serán un pueblo selecto.
Vemos que el texto está en forma condicional, esto sucederá solo si el pueblo va a escuchar la voz de Dios y respetar su pacto. Tal como un contrato. En el momento en que se cumplen las condiciones, entonces se obtiene el titulo de pueblo de Dios.
¿Qué implica respetar el pacto y escuchar Su voz? 
El pacto, es aceptar a Hashem como nuestro Dios, lo más elevado y nuestro Rey supremo. Por lo tanto, si él está en esa categoría, por ende debemos escuchar y respetar todo lo que nos dice.
Al actuar de esta manera, entonces simétricamente, Dios nos toma a nosotros como Su pueblo preciado.
El hecho que el pueblo haya aceptado el pacto, aunque sea en la teoría, y aunque sea que no siempre haya cumplido su parte del pacto, entonces ya le otorga el estatus de pueblo de Dios. Tal como alguien que haya aceptado dar una ayuda, a pesar que aun no otorgó su ayuda en forma práctica, de todas maneras ya lo consideramos como una persona bondadosa, de igual manera, el pueblo de Israel, al aceptar el pacto, ya adquiere el titulo de pueblo de Dios, para siempre.
¿Por qué Dios nos eligió?, porque somos los hijos de Abraham, Itzjak y Yaacob. No obstante, eso solo no alcanza de por sí, pues si así fuera, ya seriamos el pueblo preciado sin tener que aceptar un pacto. Sino que si nosotros actuamos tal como Abraham, Itzjak y Yaacob, (es decir cumplimos el pacto y escuchamos Su voz) entonces somos su pueblo preciado.
¿Qué tiene de importante ser el pueblo predilecto?
La importancia de esto es que Dios nos eligió, para que seamos un pueblo que pueda ser el ejemplo e inspiración para los demás pueblos. Un pueblo que va detrás de los caminos verdaderos de Dios. Un pueblo que vive la vida con un sentido, una nación que tiene a Dios por sobre todos sus valores y actúa coherentemente con esta idea. Es un estatus especial, somos el pueblo de Dios, como si fuéramos hijos del rey, por lo tanto no podemos actuar de cualquier manera, a pesar que los demás pueblos sí lo hagan, de nosotros se espera un actuar distinto y más decoroso, una actitud ejemplar.
Con respecto a si el título de pueblo preciado, no podría ser considerado como un signo de altanería y engreídos; lo primero que tenemos que aclarar, es que no es el pueblo de Israel el que se otorga este título, sino que fue Dios el que se lo otorgó.
Tampoco es algo racista, pues no se trata de algo genético. El pueblo de Israel no es una raza. Cualquiera que quiera ser parte de este pueblo puede hacerlo, por lo tanto no es una raza, y por ende no es algo racista.
Por otro lado, racista, es considerado, aquel que se ve a sí mismo como una raza superior, y considera a los demás como algo inferior, a quien puede pisotear o despreciar, tal como hicieron los nazis, pero con respecto al pueblo de Israel eso no existe. 

Tal como vimos, el hecho de ser el pueblo predilecto, no es solo un privilegio, sino que también implica una serie de obligaciones y compromiso que nos impiden actuar de una manera cualquiera. De nosotros se exige otro comportamiento
Por cuanto, que somos el  pueblo preciado de Dios, es que debemos comportarnos como tal. Debemos estar a la altura de este título.
Es por eso, que si nos quejamos por cómo está la humanidad hoy en día, en vez de apuntar el índice en forma acusadora a las demás civilizaciones; debemos antes echar un vistazo hacia nosotros mismos. Si el mundo está así, es tal vez porque nosotros mismos no estamos siendo un buen ejemplo ni estamos logrando inspirar al resto de la humanidad para que adquiera y se maneje por valores más altruistas. Es lo que dijeron los sabios: cuando señales a alguien con el dedo, no debes olvidar que hay otros tres dedos que apuntan hacia ti.
Por lo tanto lejos de ser un privilegio, es una gran responsabilidad ser el pueblo que Dios eligió para darle su Tora. 
 

Volver al capítulo