D-s ama la vida, aun con sus altibajos, y por ello está interesado en expiar a los pecadores.
D-s explica su piedad por Ninvé de dos formas diferentes: al final del capítulo 3, parece que el total arrepentimiento y retorno de Ninvé, es la razón del consuelo Divino por todo el mal. Pero en el capítulo 4, se propone una suerte de “Kal Vajomer”, un principio según el cual, allí donde hay dos leyes, se debe observar la de mayor peso: si Ioná se apiada del árbol de ricino, está más que claro, que D-s se habrá de apiadar de Ninvé, la gran ciudad”. En este caso, el arrepentimiento y el retorno de la gente de Ninvé no tienen incidencia en la piedad Divina.
¿Cómo puede comprenderse esta contradicción?
El enfoque racional de Ioná separa entre las demandas morales, que corresponden claramente al plano humano, y la vida en un modo imprescindible-vital. La característica saliente de la vida es la dinámica vital que tiene, de florecimiento y marchitamiento, de nacimiento y muerte, de idas y venidas. A diferencia de ello, la concepción humana-racional de la persona es contemplada por Ioná como perteneciente a las verdades eternas, en las que no recae el cambio. La postura ética de la persona debe apoyarse, según Ioná, en la verdad permanente, y no tiene existencia real, si no surge a partir de ese nivel.
No es así, el método de D-s, tal como es presentado en el libro Ioná. Aquí se contemplan todas las manifestaciones de la vida humana como un todo, que en todos sus niveles no escapa de la dinámica vital. Y el movimiento de idas y venidas, característico de la vida natural, existe también en forma coercitiva en la vida psíquica y moral. En la conducción del mundo por parte de D-s, hay sin embargo, una combinación entre la demanda de justicia y el enfoque de todos los fenómenos de la vida de un modo imprescindible-vital; y es el que esta ejemplificado en el episodio de Ninvé:
En el mismo momento en el que la gente de Ninvé concreta su arrepentimiento y retorno a la buena senda, no se registra el aspecto de “pecaré y me arrepentiré”, sino lo opuesto-en ese mismo momento el cielo y la tierra dan testimonio de que no reincidirán en sus malas acciones. Pero bien sabe D-s, no en menor medida que su profeta, que la dinámica de la vida psíquica puede hacerlos volver al mal camino con el distanciamiento del impacto del vuelco. La conclusión de Ioná al respecto es la negación de la vida, pero D-s desea enseñarle que la creación del mundo significa el amor de la dinámica de la vida. El proceso de florecimiento incluye en sí mismo el marchitamiento, y viceversa, y esta es la esencia de la vida.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído de la revista “Megadim”, de la Editorial “Tevunot”.