Linea de tiempo
Ionáh
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1
La fuga de Ionáh y la tormenta
La primera misión: la fuga y su fracaso
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2
La plegaria de Ionáh desde las entrañas del pez
La primera misión: la fuga y su fracaso
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3
La Teshuvá (Retorno) de Nínive
La segunda misión: cumplimiento de la orden y queja
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4
El episodio de Kikaión y el reproche de Dios
La segunda misión: cumplimiento de la orden y queja
lior
Ionáh 4 Versículo 1
¿Qué fue lo que le desagradó?
¿Acaso él no sabía que para eso lo había enviado Dios, para que la gente de Nínive se arrepienta?
¿No debería haberse alegrado de que la gente cambie y mejore?
Radak se cuestiona: ¿Cómo supo Yoná que Nínive no sería destruida? Y responde que Dios se lo comunicó proféticamente.
Otros comentaristas como Meam Loez sostienen que, Yoná lo supo luego de pasados los 40 días, cuando vio que Dios no destruyó a Nínive, tal como había dicho.
Acorde a la opinión se Don Isaac Abarbanel, el motivo por el cual Yoná se enoja es porque él suponía que Dios perdonaría a los de Nínive, si se arrepentían, no solamente de sus malos actos, sino también, deberían abandonar la idolatría; pero al ver que solo abandonaron las malas obras, tal como dijo al final del capítulo anterior: Y vio Dios "sus acciones", que se habían apartado de su mal camino , a pesar que aun mantenían sus pensamientos paganos, a Yoná no le pareció correcto que no les recaiga el castigo adecuado.
Tal como explicamos al principio del libro, a Yoná no le parecía que, quien cometía un acto de maldad o robo contra su prójimo, sea perdonado por el sólo hecho de que se arrepienta, pues aquel que sufrió los daños, no recibe ninguna remuneración por los perjuicios que ha sufrido y eso no es justo.
Ionáh 4 Versículo 2
¿Por qué rezó?
¿Por qué solamente recuerda estas cualidades de Dios y no todas las que dijo en la Tora Shemot 34?
Metzudat David explica que, el pedido de su súplica es lo que dice en el próximo versículo y lo que dice aquí, es una introducción.
Malvim sostiene que, luego de lo sucedido en la tempestad en el mar, cuando Yoná vio que los marineros se habían arrepentido y cambiado, eso lo hizo reflexionar y por eso había aceptado ir a Nínive, pero, en aquel caso de los marineros, su arrepentimiento era más altruista, (allí utiliza el Nombre más elevado de Dios: el "Señor"), reconocieron a Dios y le temieron en forma reverencial, pero con Nínive, la gente no tuvo un arrepentimiento sincero, (no fue muy elevado, es por eso que el texto no utiliza con la gente de Nínive el Nombre elevado, sino que se refieren a Él como: Elohim "Dios") esto demuestra que, fue solo por el temor al castigo, cuando sintieron la espada en su pecho. Ese tipo de arrepentimiento no le parecía digno a Yoná. Para ilustralo imaginemos un pueblo que insulta al rey y le falta el respeto, a pesar de que aquel monarca siempre los trató bien, los protegió y los benefició en todo. Aun así, aquella gente se comportaba muy groseramente y en forma malvada con respecto a su bondadoso rey, a pesar de que fueron advertidos de que deben respetar a su rey, al ver el monarca que, aquella gente no cambiaba de actitud, entonces decidió el rey enviar a sus soldados para que castiguen a aquellos individuos. Cuando esa gente vio llegar a los soldados del rey, entonces, "de pronto" todos se tornaron amables y respetuosos, pero no porque hayan recapacitado, sino porque temían a los soldados. Lo malo de esta actitud, es que, una vez que los soldados se retiren y aquel pueblo no sienta más la amenaza, volverán a su antigua costumbre. Esto era lo que sostenía Yoná, él sabía que, una vez que pase la amenaza de la destrucción, la gente de Nínive volvería a sus malos actos y, a pesar de ello, Dios se apiadaría y los perdonaría y, por eso, a él no le parece digno que la gente de Nínive merezca ser perdonada.
Daat Mikrá dice que, Yoná parafrasea lo que Dios le había revelado a Moshé en Shemot 34: Dios clemente y compasivo, lento para la ira y rico en misericordia, hasta aquí citó una a una las palabras de la Tora, pero, en lugar de decir: verdadero, como continúa diciendo en la Tora, aquí en lugar de ello dice:que Te arrepientes del mal. En realidad este "olvido" es muy evidente, aquel que lee nuestro versículo y tiene en mente el versículo de Shemot, la palabra verdadero "brilla por su ausencia"; su omisión no parece ser casual.
En realidad el profeta quiere acentuar precisamente este punto: Yoná no acepta la forma de actuar de Dios. Para Yoná no debería ser así, que Dios actúe en forma bondadosa y perdone, sino que debe imponerse la rigidez de la ley, y si no es así, eso es una falta a la verdad. Por eso omite esta palabra, y en su lugar agrega: que te arrepientes del mal.
Ionáh 4 Versículo 3
¿Por qué Yoná prefiere la muerte?
Esta es la segunda plegaria de Yoná, en la primera, dentro del pez, alaba a Dios por preservar su vida, ahora se lamenta y pide su muerte.
Al principio del libro, en 1:3 mencionamos tres opiniones de los distintos comentaristas acerca de los motivos por los cuales Yoná se niega a cumplir la orden de Dios de ir a advertir a la ciudad de Nínive. A continuación citaremos acorde a cada una de estas opiniones, cuál es el motivo por el cual Yoná prefiere morir antes de seguir con vida.
Rashí había dicho que el motivo que, Yoná escapó a la misión Divina fue para que, el inminente arrepentimiento de Nínive no dejará en evidencia el rechazo del pueblo judío a escuchar a sus profetas y a cambiar sus malos hábitos, lo que lo dejaría a Israel en una mala posición y desprestigio, es por eso que ante esto, Yoná pide la muerte, pues se siente responsable que, por su culpa le ha sobrevenido al pueblo de Israel un daño y desprestigio.
Radak había explicado que, Yoná, al principio no había querido obedecer a Dios, pues temía por su vida y su reputación. Los profetas en general se sentían en un callejón sin salida. Tenían que advertir al pueblo, generalmente al pueblo judío, que una tragedia se avecinaba. Pero, si Dios decidía perdonar al pueblo, el profeta quedaría expuesto como un profeta falso, pues al haberse ellos arrepentido, Dios no envió el castigo que había vaticinado el profeta, esta acusación sería gravísima en una ciudad donde él es extranjero, pues ser considerado falso profeta, podría costarle la vida. Es por eso que, una vez que Nínive no fue destruida tal como él vaticinó, Yoná pide morir, así no termina siendo matado por la gente de Nínive bajo la acusación de falso profeta.
Don Isaac Abarbanel había dicho que, Yoná se había negado a ir a Nínive, pues no quería salvar a los Asirios, que finalmente terminaron arrasando la ciudad de Shomrón, matando a miles de judíos, destruyendo el reinado de Israel (año 722 antes de la era común) y exiliando a las 10 tribus. Es por eso que ahora pide morir, antes de ver el mal que le advendrá a su pueblo en manos de los Asirios, que él mismo había ayudado a salvarse del castigo de Dios.
Una cuarta opinión, más profunda, sostiene que, el motivo por el cual Yoná no quiso ir a Nínive, es porque, en su carácter de profeta apegado a la verdad absoluta y fiel a lo estricto de la ley, él no concebía que, alguien que hizo el mal, sea perdonado sin que reciba su merecido castigo. Es por eso que, esta situación hace sentir extremadamente mal a Yoná, hasta el punto de que no puede vivir y tolerar, lo que para él, es una tremenda injusticia, prefiere morir, antes que ver eso.
Anteriormente habíamos explicado que Yoná era discípulo del profeta Eliahu y como fiel alumno, vemos que toma la misma actitud que había tenido su maestro en el libro de Reyes I 19:4 Eliahu anduvo por el desierto durante un día de camino, y vino y se sentó bajo un árbol de Retama; y pidió morir y dijo: Basta ya, Señor, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres. En aquella ocasión, el profeta Eliahu se quejaba ante Dios acerca de la falta de cumplimiento de los preceptos por parte de Israel, y, aparentemente, tampoco "comprendía" cómo Dios no era más estricto con ellos. Más adelante, en el versículo 8, volveremos a analizar esta comparación.
Ionáh 4 Versículo 4
¿Qué es lo que Dios pretendió decirle con esta pregunta?
¿Qué es lo que Yoná respondió a Dios?
También en la respuesta de Dios, citaremos lo que cada uno de los comentaristas opinan, acorde al motivo por el cual Yoná se había enojado hasta el punto de desear su muerte (ver versículo anterior).
Rashí dice que, Dios le responde a Yoná, que, no es correcto enojarse y pensar así, pues, el hecho que el pueblo de Israel sea "testarudo" y de dura cerviz, que no escucha las advertencias de los profetas, no por eso otro pueblo debería sufrir, ni tampoco él debe sentirse responsable que, por su culpa le ha sobrevenido al pueblo de Israel un daño, pues ellos son responsables de sus propias acciones independientemente de lo que los demás hagan.
Radak había explicado que, Yoná, al principio no había querido obedecer a Dios, pues temía por su vida y ser acusado en Nínive de falso profeta y que lo condenen a muerte; ante esto Dios le dice que no debe temer, pues la gente de Nínive había ayunado y rezado con la esperanza de que Dios se apiade y no los destruya, tal como había dicho el rey en :9 Quién sabe, se vuelva, se arrepienta y aparte Su ira, y no perezcamos . Por lo tanto no lo acusarían a Yoná de falso profeta, sino que, pensarían que Dios escuchó y aceptó su ayuno.
Don Isaac Abarbanel había dicho que, Yoná se había negado a ir a Nínive, pues no quería salvar a los Asirios, a esto Dios le dice queno sería justo castigar a un pueblo por algo que aún no habían hecho.
La cuarta opinión, más profunda, que sostiene que, el motivo por el cual Yoná no quiso ir a Nínive, es porque, su carácter de profeta apegado a la verdad absoluta y fiel a lo estricto de la ley, no le permite actuar en contra de sus principios, a esto Dios le contesta que, no es del todo acertada su manera de ver las cosas ni su actitud tan estricta.
Daat Mikrá, sostiene parecido a lo que había explicado Rabí Yosef ibn Caspi en 1:3, que, en realidad, todo lo que va a decir en los próximos versículos (del 5 al 8) eso está sucediendo en la visión profética de Yoná. Este versículo 4 es el resumen y en los versículos 5 al 8 nos dice cómo sucedió esto, es por eso que en el versículo 9 vuelve a repetir esta pregunta que Dios le hace a Yoná (Entonces dijo Dios a Yoná:¿Acaso es correcto tu enojopor el ricino?) pero allí sí Yoná responde, pues es la continuación de lo que dijo aquí, como si fuera que los versículos 5 al 8 fueran un paréntesis y luego continúa.
Ionáh 4 Versículo 5
¿Por qué salió de la ciudad? ¿Por qué no se quedó allí para ver qué sucedería?
¿Qué tiene de importancia el detalle si se quedó al oriente o al occidente de la ciudad?
¿Acaso no dijo antes en el versículo 1 que Yoná se enojó porque Dios los perdonó?
Si Yoná ya sabe que Dios los perdonó ¿Para qué espera a ver qué sucedería?
Radak explica que, el motivo por el cual Yoná permanece allí para ver qué sucedería, es porque suponía que, el arrepentimiento de la gente de Nínive no sería algo duradero y que, al poco tiempo retornarían a sus malas costumbres y maldad, lo que ocasionaría que Dios los destruya como ya le había advertido.
Malvim, en cambio, dice que, el motivo por el cual no regresa, es porque, si bien Dios dijo que no los destruiría, de todas maneras, Yoná suponía que algún castigo les enviaría, tal como sucedió con el pueblo de Israel, en el desierto con el suceso de los espías que, en un principio, Dios le había dicho que destruiría a todo el pueblo por aquella actitud de desconfianza y rebeldía a Dios, y luego que Moshé suplicara a Dios, Él decide perdonarlos, no obstante, si bien no los aniquila como había dicho, les envía un castigo menor, decretando que deambularán por el desierto durante 40 años.
El motivo por el cual el versículo nos recalca que Yoná se va de la ciudad, es porque no soporta estar allí, en la ciudad de los enemigos del pueblo de Israel, es como si algún judío permaneciera, hoy en día en Irán, que es un país declarado archienemigo de Israel. Y nos dice que se instaló precisamente en el oriente de la ciudad, que es justamente lo contrario del camino de regreso a Israel, pues la tierra de Israel estaba al oeste de Nínive, y Yoná se fue hacia el este. Tal como ocurrió en el capítulo 1, que Dios lo envía hacia Nínive, y en lugar de ir al este, hacia aquella ciudad, Yoná se dirige justo al otro lado, hacia el mar, hacia el oeste.
Tal como había mencionado Daat Mikrá en la explicación del versículo anterior, todo esto está sucediendo en la visión profética de Yoná.
Meam Loez y Daat Mikrá dicen que, en realidad, el lugar de este versículo es luego del versículo 9 del capítulo anterior, Luego de que Yoná da su profecía a toda la gente de Nínive, inmediatamente sale de la ciudad a ver qué sucedería, y al ver que pasaron los 40 días y no fue destruida la ciudad de Nínive, tal como Dios había vaticinado, entonces Yoná se enfurece, como dice el versículo 1. Y explican que, el motivo por el cual trae este versículo aquí y no allí, es porque no quiso interrumpir el relato de cómo reaccionó la gente de Nínive y cómo se arrepintieron por lo cual Dios no lo destruyó.
Yoná se queda en las afueras de la ciudad, a la intemperie, debemos saber que la zona de Nínive (la actual ciudad de Mozul en Irak) la parte este de la ciudad es la que da a la zona desértica, (hacia el oeste está el río Tigris y es más fértil), ese es el motivo por el cual debe hacerse un techo con las ramas de árboles para sentarse a la sombra y poder protegerse del sol. Es por eso que, el versículo recalca que fue hacia el oriente (donde hace más calor) y que se sentó bajoel toldo de ramas que se había hecho para protegerse del sol.
Ionáh 4 Versículo 6
¿Por qué se alegró tanto Yoná?
¿Cómo creció tan rápido, hasta el punto de poder brindarle sombra?
El ricino cuyo nombre científico es Ricinus communis, es un arbusto o higuerilla de tallo grande y leñoso. Tiene gran capacidad para invadir territorios, puede tomar un color púrpura oscuro. Las hojas son muy grandes, de bordes irregularmente dentados.
El motivo por el cual Yoná se alegra tanto, es porque, tal como explica Malvim, el techo de ramas que él se había armado, solo le proporcionaba sombra de arriba pero no por los costados, además se marchitaba rápidamente por el calor, lo que hacía que debía cambiarlo casi todos los días; es por eso que al crecer este arbusto grande, no solo tendría un techo frondoso de hojas frescas sino también, a sus costados y la densidad del follaje vivo le proveía también de humedad y frescura.
Tal como explicó antes Daat Mikrá, en el versículo 4, todo esto está ocurriendo en la visión profética de Yoná, y será la respuesta de Dios al enojo de Yoná, tal como dirá en el versículo 10, es por eso que, dentro de una visión profética, no es imposible que surja un árbol frondoso en un solo día.
Ionáh 4 Versículo 7
¿Por qué Dios decide destruir aquel árbol?
¿Qué importancia tiene en qué momento del día murió el árbol?
Metzudat David y Radak explican que, el gusano lo que hizo fue impedir que la humedad de la tierra suba por el tallo y llegue a las hojas, de esa manera, el árbol se marchita y muere.
Don Isaac Abarbanel dice que, este árbol simboliza la efimeridad de la vida en este mundo, dura muy poco, y luego, el cuerpo es comido por gusanos.
Daat Mikrá dice que, el árbol murió justamente al despuntar el alba, que era justo el momento en que más iba a ser útil, cuando salía el sol y precisaría protección de sus rayos. En ese momento en que Yoná podría disfrutar más del frondoso follaje, justo allí es cuando se marchitó.
Ionáh 4 Versículo 8
¿Por qué Dios manda ese viento?
Tanto Rashí, Radak y Metzudat David sostienen que, a causa del intenso calor de aquel día, y al ser que estaba a la intemperie, Yoná se deshidrató rápidamente, hasta el punto de quedar casi inconsciente a causa del calor y la falta de hidratación. En esa situación, solo deseaba la muerte antes que una larga agonía.
Don Isaac Abarbanel explica que este viento seco y caluroso del desierto solo traía mayor calor y sequedad, todo eso, sumado al abrasador sol, hacía que nadie pudiera sobrevivir a la intemperie sin protección alguna.
Yoná había quedado desprovisto de protección y en esa situación era vulnerable.
Daat Mikrá señala que, a lo largo del libro encontramos varias veces el verbo:dispuso. La primera vez en el capítulo 2 cuando dice: Y el Señor dispuso un gran pez que se tragara a Yoná. Luego en nuestro capítulo figura otras tres veces: Y el SeñorDios dispuso que creciera un ricino sobre Yoná, otra vez cuando dice: Y dispuso Dios que, al rayar el alba del día siguiente un gusano atacara al ricino y por último en nuestro versículo: dispusoDios un sofocante viento solano.
Al principio del libro (1:4) dijo Y elSeñorenvió un poderoso viento al mar, y se formó una gran tormenta en el mar, al final del libro, no es un viento de tempestad, sino que es un viento tranquilo y callado. En las escrituras podemos citar nuevamente un viento tranquilo, precisamente en el libro de Reyes I 19:4 con el profeta Eliahu, maestro y mentor de Yoná, y como fiel alumno, vemos que toma la misma actitud que había tenido su maestro: Eliahu anduvo por el desierto durante un día de camino, y vino y se sentó bajo un árbol de Retama; y pidió morir y dijo: Basta ya, Señor, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres. En aquella ocasión, el profeta Eliahu se quejaba ante Dios acerca de la falta de cumplimiento de los preceptos por parte de Israel, y, aparentemente, tampoco "comprendía" cómo Dios no era más estricto con ellos. Allí la historia de Eliahu continúa en una visión profética: Y Eliahu entró en una cueva y pasó en ella la noche; y he aquí, vino a él la palabra del Señor, y Él le dijo: "¿Qué haces aquí, Eliahu?" Y él respondió: "He tenido mucho celo por el Señor, Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han abandonado Tu pacto, han derribado Tus altares y han matado a espada a Tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela".(Podemos ver de aquí, claramente que Eliahu se queja ante Dios del accionar del pueblo y exige que Él haga algo, no comprende por qué Dios permanece pasivo) Entonces Él dijo: "Sal y ponte en el monte delante del Señor". Y he aquí que el Señor pasaba. Y un grande y poderoso viento destrozaba los montes y quebraba las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Y después del fuego, el susurro de una brisa apacible.(Luego del huracanado viento, del terremoto y del fuego, que son todas cosas fuertes y destructivas, ahora nos menciona un tranquilo viento, casi una brisa, y préstese atención que, aquí no dice como había dicho las veces anteriores que "el Señor no estaba allí") Y sucedió que cuando Eliahu lo oyó, se cubrió el rostro con su manto, y salió y se puso a la entrada de la cueva. Y he aquí, una voz vino a él y le dijo: ¿Qué haces aquí, Eliahu? Y él respondió: He tenido mucho celo por la causa del Señor, Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han abandonado Tu pacto, han derribado Tus altares y han matado a espada a Tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela.(todas las visiones anteriores no han producido ningún cambio en Eliahu, su discurso permanece exactamente igual al que dijo antes)Y el Señor le dijo: "Ve, regresa por tu camino al desierto de Damasco y cuando hayas llegado, … a Elishá, hijo de Shafat de Abel-mehola, ungirás por profeta en tu lugar. (vemos que, a causa de su tenacidad, Dios da por terminada la función de Eliahu como profeta de Israel)
Ionáh 4 Versículo 9
¿Por qué se apena tanto Yoná por la muerte de un simple árbol?
¿Por qué antes en el versículo 4 cuando Dios le hizo la misma pregunta allí Yoná no respondió nada y aquí sí responde?
A diferencia del versículo 4 en donde Dios hace la misma pregunta, aquí Yoná sí responde a Dios. Daat Mikrá explica que, lo que dijo en el versículo 4, fue como un título, una introducción a la profecía que vendría luego, y ahora es cuando continúa, es por eso que repite la pregunta, para retomar el tema y ahora obtendremos la respuesta de Yoná.
De las palabras de Dios podemos ver que Yoná se apena por la muerte del ricino, no por su situación personal.
A Yoná le fastidia que haya muerto así en vano aquel árbol que era tan provechoso. Una vez más, Yoná no comprende la manera de actuar de Dios: ¿Por qué Él permitió que muera aquel árbol que era tan provechoso? ¿Por qué no lo salvó de aquel gusano?
Yoná no puede comprender la falta de justicia que él ve, y prefiere la muerte antes que tener que soportar eso.
Ionáh 4 Versículo 10
¿Qué es lo que debería aprender Yoná del suceso de ricino?
Dios le responde a Yoná que, él se apiada de aquel árbol que fue producto de un solo día, y que no tuvo que trabajar ni esforzarse por él, no obstante, a Yoná le parece una desdicha y desperdicio que se pierda esa planta; con más razón debería comprender que Dios se apiade de toda una gran ciudad como Nínive.
En este versículo es la última vez que aparece el Nombre de Dios en el libro de Yoná. En total figura 26 veces que, en guematriá (la suma del valor numérico de las letras del Nombre de Dios) suman 26. Otras 17 veces aparece el Nombre de Dios Elohim, que tradujimos como "Dios". En guematriá, el número 17 forma la palabra "TOB" que quiere decir: Bueno.
Dios, maneja al mundo con bondad y no con la rigidez de la ley que pretendía Yoná. Así dice el profeta Iejezkel 9:23 Que no se enaltezca el de buenas cualidades con sus cualidades, que no se enaltezca el valiente con su valentía, que no se enaltezca el rico con su riqueza; sino que con esto habrá de enaltecerse el que se enaltezca: el que Me conoce y medita en Mí, pues Yo, el Señor, obro bondad, justicia y equidad sobre la tierra, con ellos Me complazco, palabra del Señor.
Ionáh 4 Versículo 11
Metzudat David y Malvim explican que todos los seres humanos son obra de Dios, y Él se apiada de ellos y no desprecia a ninguno.
Una idea similar vemos en el Midrash, al relatarnos que, cuando los egipcios se hundían en el mar, los ángeles celestiales querían unirse al pueblo de Israel que alababa a Dios por su salvación, Dios les dice a los ángeles: "¿la obra de Mis manos se está hundiendo en el mar y ustedes quieren entonarme alabanzas?"
Don Isaac Abarbanel explica que, Dios le hace entender a Yoná, que aquella ciudad está llena de niños que no tienen conocimiento del bien ni del mal, y que no merecen ser destruidos.
Daat Mikrá dice que la lección lógica que debería haber aprendido Yoná es que, así como él se apiadó de una planta, cuyo valor en la escala de la vida es mucho menor que la de los humanos, cuanto más debería apiadarse de una ciudad llena de seres humanos, en la que la mayoría no dispone de conocimientos, por lo tanto, no se puede condenar como si estuvieran haciendo daño adrede.
Tampoco Yob comprendía el accionar de Dios, y Lo cuestionaba, hasta que finalmente Dios le responde y luego Yob entra en razón y comprende. Allí en aquel libro, nos relata que al final Yob 42:2 se retractó He declarado lo que no comprendía, cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no sabía. Escucha te lo ruego, y hablaré; te preguntaré y Tú me instruirás.He sabido de Ti sólo de oídas, pero ahora mis ojos Te ven.Por eso me retracto, me arrepiento y me rebajo como el polvo y la ceniza.A diferencia de Yob, con Yoná, el texto no nos menciona si el profeta comprendió lo que Dios le dijo, pero eso no es lo importante, sino el mensaje que Dios nos transmite para todas las generación a través de esta historia.
El profeta Ishaiahu 55:7 también aporta una respuesta al interrogante acerca de cómo Dios maneja al mundo y Sus criaturas: Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, que tendrá de él compasión, (volved) al Dios nuestro, que será amplio en perdonar. Porque Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos Mis caminos declara el Señor.Porque como los cielos son más altos que la tierra, así Mis caminos son más altos que vuestros caminos, y Mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos.
El Talmud nos relata una bella historia, que tiene a Rabí Shimón bar Iojai como protagonista. Este gran erudito era conocido por su fama de ser muy estricto y exigente. En cierta oportunidad debió esconderse del imperio romano durante 12 años dentro de una cueva, pues el imperio lo buscaba para matarlo. Durante todo ese tiempo, Rabí Shimón bar Iojai permaneció con su hijo estudiando toda la Tora, aun los aspectos más profundos y secretos. Cuando por fin, luego de 12 años le fue informado que podía ya salir de la cueva, pues el emperador romano había muerto y sus decretos habían prescripto, entonces el rabino salió y observó todo lo que lo rodeaba, de pronto posó su vista sobre un labrador que trabajaba la tierra, quedó completamente absorto y fastidiado: ¿Cómo podía ser que la gente perdiera su tiempo en cuestiones terrenales en lugar de aprovechar para apegarse a Dios y conocer todos los secretos de Su sagrada Tora? Para él todas aquellas personas eran un desperdicio, su estricto pensamiento los fulminó como si fueran un montículo de huesos muertos y calcinados. Cuando Dios vio eso, le dijo a Rabí Shimón bar Iojai: "¿Has salido de la cueva para destruir Mi mundo?, para eso regresa inmediatamente a la cueva" Al cabo de 12 años de estar nuevamente encerrado, Rabí Shimón bar Iojai salió y su manera de ver las cosas esta vez había cambiado radicalmente, su visión esta vez estaba llena de misericordia y bondad, pues comprendió, tal como dijo el rey David en los Salmos 89:3 El mundo subsiste por la misericordia. Es decir, el mundo no podría mantenerse si solo se ejerce la estricta justicia sin un ápice de piedad, bondad y misericordia.
Tal como hicimos al comienzo del libro, una vez más recordaremos la cita del Talmud de Jerusalem, tratado Makot capítulo 2:6, en donde dice: Le preguntaron a la sabiduría: - ¿Cuál es el castigo para el que transgrede?, y contestó: “El mal perseguirá eternamente a los transgresores”; le preguntaron a la profecía: - ¿Cuál es el castigo para el que transgrede?, Y contestó: - “Aquel que transgreda la palabra de Dios será muerto”. Le preguntaron a Dios - ¿Cuál es el castigo para el que transgrede? Y contestó: - que se arrepienta sinceramente y le será perdonado, tal como dice en la Tora: “Que traiga una ofrenda y le será perdonado”.
Yoná era del tipo de profetas que se guían estrictamente por la verdad absoluta, y por ende no “pueden” ir en contra de sus principios. Dios le enseña a Yoná que, a pesar de que, acorde a lo estricto de la ley, el individuo que obra mal merece recibir el debido castigo, de todas maneras, Dios acepta el arrepentimiento, aunque aquel individuo solo se retracte por el temor al castigo, como lo hizo la gente de Nínive, aun así, la misericordia de Dios los acepta y les da una chance, a pesar de ser el nivel de arrepentimiento más bajo en calidad, igualmente, es aceptado por Dios, y no los castiga (por supuesto que eso no quiere decir que los recompensará como a aquellos que sirven a Dios con respeto reverencial, por amor y desinteresadamente).
Este mensaje profundo es tan importante, que nuestros sabios lo encontraron como el más apropiado para que sea leído en uno de los momentos más importantes del día de Kipur (día del perdón).