Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria comparan a la asamblea de Israel que cruza el Iardén con nuestro patriarca Iaacov. Al cruzar el Iardén, el pueblo de Israel concreta lo que tenía destinado desde hace tiempo-desde la época de nuestro patriarca Iaacov-el exilio en el extranjero y el retorno a la tierra.
“He aquí que eres hermosa amada mía, eres hermosa, ojos de paloma detrás de tu velo. Tus cabellos son como un rebaño de cabras que bajan del monte Guilad” (Shir Hashirim, Cantar de los Cantares, capítulo 4, versículo 1)
En la concepción del Midrash, todo el libro de Shir Hashirim (Cantar de los Cantares) elabora un sistema de símbolos que expresa la relación amorosa entre Dios e Israel. ¿Quiénes son esas cabras que bajan del monte Guilad?
“Tus cabellos son como rebaños de cabras que bajan del monte Guilad” Rabí Huna explicó que el rebaño que cruzó el Iardén lo hizo por mérito de nuestro patriarca Iaacov, como está citado “Les harán saber a vuestros hijos que por tierra seca cruzó Israel este río Jordán” (Shir Hashirim Raba 4, 4).
En el enfoque del comentarista, las cabras que bajan del Guilad se convierten en personas. Rebaños de personas que cruzan el Iardén (Jordán). ¿Y gracias a quién ellos cruzan el Iardén? Por mérito de nuestro patriarca Iaacov.
¿Cómo se transformaron las cabras en personas? ¿De dónde les aparece aquí el Iardén? ¿Y nuestro patriarca Iaacov-cómo ha llegado hasta aquí?
Parece ser que el interpretador une aquí dos imágenes. La imagen del pueblo de Israel que cruza el Iardén y la imagen de Iaacov que atraviesa el Iardén al huir de Labán. Al escaparse Iaacov de Labán, él acampa en un monte que recibe el nombre de monte Guilad: “Huyó pues él, y todo lo que era de él, se aprestó y cruzó el río y se dirigió hacia las montañas de Guilad” (Bereshit capítulo 31, versículo 21). ¿Por qué se llama así el lugar? La continuidad del capítulo nos revela-Iaacov y Labán concertan un pacto: “Dijo Labán: este montículo es testigo entre tú y yo, el día de hoy. Por eso llamó su nombre Galhed” (Bereshit capítulo 31, versículo 48)
Un hombre exiliado llega a la casa de Labán, trabaja arduamente, se casa, tiene hijos, y se convierte en un pueblo numeroso. Él sale de la casa de Labán y llega a la tierra de Israel. A fin de arribar a la tierra de Israel, este hombre debe cruzar el Iardén y luchar contra un ángel. En ese punto él se transforma de Iaacov en Israel: “pues has contendido ante Elohim y con los hombres y has prevalecido” (Bereshit capítulo 32, versículo 29)
Iaacov avanza en su camino, cruza el Iardén, y encuentra a su hermano Esav. Al final de su senda llega a la tierra de Israel y se asienta allí.
Todo este episodio se repite cuando el pueblo de Israel desciende a Egipto, realiza trabajos duros, sale de Egipto como un gran pueblo rumbo a la tierra de Israel.
Al cruzar el pueblo de Israel el Iardén, de hecho, está replicando el cruce de nuestro patriarca Iaacov. Este encuentro de imágenes es manifestado por el comentarista en una frase:
“Tus cabellos son como un rebaño de cabras que bajan del monte Guilad”-el rebaño que cruzó el Iardén, lo hizo gracias a nuestro patriarca Iaacov.
En el cruce del Iardén, el pueblo de Israel concreta lo que ya tenía destinado-desde la época de nuestro patriarca Iaacov-el exilio en el extranjero y el retorno a la tierra. Todo este lienzo histórico, este encuentro de imágenes, se representa ante nuestros ojos a través de una poesía de amor en la que aparece una imagen de cabras deslizándose desde el monte Guilad.
Gentileza del sitio 929.