Descubrir el Tesoro que se halla en el pesar

Descubrir el Tesoro que se halla en el pesar

La lepra de la vivienda es descripta en la Torá como un evento festivo, ello a pesar de ser un hecho para nada agradable en el cual se debe destrozar la casa y vaciarla. Jaza”l (nuestros Sabios de Bendita Memoria) concibieron esta lepra como una noticia y una oportunidad para el hallazgo de tesoros. Parece que de este modo pueden contemplarse todas las desgracias que nos suceden en la vida.

El fenómeno de la lepra puede dañar no sólo al cuerpo de la persona sino también sus prendas e incluso su vivienda. El suceso dista mucho de ser agradable. En el momento en que se detectan las señales de la lepra en la vivienda, se convoca al Cohen y él ordena desarmar los ladrillos en los que aparece la afección por un tiempo experimental. Si el fenómeno no desaparece e incluso se expande, debe ser destruida toda la vivienda. Todo el proceso es desagradable. No es fácil ver que la casa en la cual criaste a tus hijos es destruida y hecha trizas ante tu vista. El hecho nos recuerda a aquel, cuya vivienda fue “rasurada” por un misil Grad. Y he aquí, que el texto bíblico, al describir el suceso, lo presenta en una forma casi festiva, como si fuera un evento que estuvimos esperando muchos años! Y así señala el versículo: “Cuando hayan venido a la Tierra de Kenaan…dispondré plaga de lepra en alguna casa de la tierra de vuestra posesión” (Versículo 34)parece como si siempre hubiéramos deseado ingresar a la tierra de Israel solamente para que tengamos lepra en nuestra vivienda. ¿Acaso esto no sorprende?

Nuestros Sabios relatan en el Midrash (y así también lo cita el comentarista Rashi) que efectivamente, una gran noticia estaba oculta en la lepra que apareció repentinamente en la vivienda. Los Kenaanim, habitantes de la tierra que precedieron a los nuevos residentes llegados de Egipto, decidieron ocultar su plata y oro dentro de las paredes de la vivienda. En forma natural, los hijos de Israel no podían descubrir esos tesoros. Sólo gracias a la lepra se presentó la oportunidad  de descubrirlos y disfrutar de ellos, y ese es el sentido festivo del versículo de apertura de las leyes de la lepra en las viviendas.

Aquel que lee el Midrash, seguramente se preguntará a sí mismo: ¿Acaso esto sucedió en todos los casos de lepra en la vivienda? De hecho, en la segunda y tercera generación, tras la salida de Egipto ya se acabaron los tesoros! Y más aún, después de que dos o tres judíos ya descubrieron el fenómeno del ocultamiento del tesoro, es lógico suponer que todos los demás también procederían a romper las baldosas y las paredes a fin de revelar los tesoros ocultos. Y el interrogante aún más complejo: ¿Por qué es necesario que haya lepra en la vivienda? Si se le puede compartir al pueblo que en las paredes de las viviendas hay tesoros ocultos, y se le recomienda a todo judío revisar las paredes a fin de descubrir el tesoro oculto en ellas.

Parecería ser que la intención del Midrash y de la Torá es la de acostumbrar a la persona a utilizar anteojos nuevos para examinar las próximas desgracias que le habrán de suceder, como individuo y como sociedad. Cuando nos azota una desgracia que nos fuerza a destruir nuestra vivienda, podemos vernos agobiados por la tensión e histeria, la desesperanza y la tristeza, y principalmente desarrollar amargura y enojo. ¿Contra quién? Contra nosotros,  nuestra pareja, y tal vez contra los hijos y el país. La Torá nos enseña que detrás de toda afección y daño en la vivienda se esconde un tesoro oculto entre sus paredes. No siempre habrá en ese tesoro plata y oro. Puede que haya nuevas concepciones de vida, cuya gravitación e importancia son mucho más importantes que el oro y la plata. No siempre tendremos el deseo y la fuerza  de revelar el tesoro por nuestra frustración, pero bien sabremos que el tesoro se encuentra allí, oculto. Esto no significa que por el tesoro viene la desgracia, pero el tesoro oculto en la pared puede representar una pizca de aliento y consuelo para aquel que debe destruir su casa.

Nuestra generación es una generación de transición entre la trágica Shoá y el majestuoso renacimiento del pueblo judío de la ceniza de los crematorios de Auschwitz y Majdanek; e incluso en una generación como esta, estamos comprometidos a buscar el tesoro que se halla oculto en las paredes. No por el hecho que el mismo nos brinde alguna explicación o justificativo por los hechos horrendos, sino porque el tesoro de las almas que se halla en los pozos de la muerte y los crematorios, es el manantial del cual emana el riego de las raíces de nuestra existencia aquí, en el Estado judío. Las almas de nuestros hermanos son las que nos encomiendan la obligación  de garantizar la continuidad de la identidad judía a lo largo de las generaciones. Ellas son las que nos claman para prestar atención a todo lo que ellas representaron en su vida y en su muerte. Millones de integrantes de nuestro pueblo que fueron masacrados por los asesinos nos han dejado a través de sus escritos y sus relatos de vida y heroísmo  tesoros de bienes espirituales que pueden iluminar nuestra senda por generaciones.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Parashá baktaná" publicado por "Maguid"

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